Por enésima vez: soy ingeniero y de un tiempo a esta parte que trabajo, entre otras cosas, para varias gestoras y contratistas de centros sanitarios, a menudo como responsable de instalaciones e infraestructuras diversas. De normal que para ello me integro en equipos cargaditos de todo tipo de personal, incluyendo enfermeros, o intensivistas. Con los que hablo a todas horas.
Me da que con esto no lo vas a pillar del todo. A ver. ¿Sabes de esos tíos que se ocupan de las maquinitas que hacen bip y encienden las lucecitas con las que se forran y pueblan los hospitales que molan? Pues hay un puñado de ellos en tu país. Cuando te enchufen a una máquina por estulto lo harán los médicos, sí, pero cuando toque calibrarla, resetearla, renovarle consumibles, reconfigurarla, reemplazarla... será cuando pringue yo, o un enfermero ninja, o un subcontratado del fabricante de la máquina; depende del marrón, del dispositivo y del lugar. Hay de todo y de todo tiene que haber.
Y claro que antes de hacer lo que hago ahora hice muchas cosas, de hecho empecé repartiendo pizza y de ahí me puse a currar de dependiente de una sex-shop. No es coña. Pregunta a tu progenitora y verás.
En fin. A ti lo que te pasa es que ya no tienes por donde intentar desacreditarme, cosa que es ridícula porque soy ante todo un tío tan anónimo como tú. Aunque también cabe que seas otro de los estultoes que pueblan este sitio y no consigas comprender algo tan sencillo como que no todo el personal de los hospitales es doctor en medicina. Pero lo más probable es que seas un simple negao, esto es, un negacionista en estado de negación que se agarra a cualquier clavo ardiendo con tal de negar la mayor y seguir dando la turra con que todo el mundo está en el ajo de engañarle para envenenarle y controlarle la mente por orden de un complot masónicobolivariano alubio*reptiliano dirigido por Bill Gates montado en nanobot. Si quieres puedes seguir montándote castillos y haciéndote caricias conmigo, a mi plim, ya ha quedado claro que tú cualquier cosa para enfangar y embarrar en vez de intentar rebatirme o refutarme nada.
