El café de Julio te ha removido el vientre bajo puntualmente es la hora de ejercitar la imaginación. Antes pensaba que soltar en casa era la autentica salud y nada más lejos de la realidad. Primero porque soltar es algo biológico y por tanto inevitable así que el tiempo para todas las necesidades de este tipo tiene que salir de la jornada laboral así como los insumos necesarios. Cagado se viene de casa es un mantra capitalista, soltar se caga en trabajo y además sin apurar algo que yo llamo "soltar consciente". Nunca he entendido como el la filosofías orientales se ha pasado el acto de soltar por alto, hay un respirar consciente , un tercer ojo consciente incluso una pelvis consciente, pero lo que realmente refleja la realidad de mundo, el despertar consciente del ser humano, es el acto de excretar. Después de abrir el ojo a la realidad del mundo con una cierta sonoridad, que así tiene que ser para que todo el mundo sepa que ha sido una necesidad, retiras de un rollo sin usar el canuto de cartón y metes el el bolsillo en papel higiénico por si alguna vez experimentas la necesidad ineludible (desgraciadamente no he llegado a la capacidad de retener las heces durante un fin de semana) de defecar en casa. Ahora se abre el grifo del lavabo con un caudal generoso y audible pero con ninguna intención higiénica pues el fin no es lavarse las manos sino hacer saber que te las lavas y descontar algún minuto más. No te las puedes lavar porque de camino a tu oficina aún puedes saludar a algún compañero y quién sabe tal vez estás de suerte y comienzan a llegar los jefes a la empresa, si esto ocurre es la hora de saludar en serio.