El Bicarbonato de Sodio es un poderoso destructor de hongos y a diferencia de las drojas, la Cándida no puede "conformarse" con él. Al paciente le ha dado bicarbonato sódico por vía oral y por medios internos como un endoscopio, un tubo largo y delgado que los médicos utilizan para ver dentro del cuerpo sin cirugía.
Esto permite que el bicarbonato de sodio sea colocado directamente en el cáncer, en el hongo.
Los antiguos egipcios conocían las propiedades curativas de las sustancias anti-hongos y los libros de la India se remonta a mil años realmente recomendaban productos "Alcalinos" cuya fuerte potencia es ideal para tratar el cáncer.
En 1983, Simoncini trató a un hombre italiano, Gennaro Sangermano, que se le había dado unos pocos meses de vida, tenía cáncer de pulmón. Unos meses más tarde, estaba de regreso, con salud y el cáncer había desaparecido. Tras el éxito seguido, Simoncini presentó sus resultados al Departamento de Salud de Italia con la esperanza de que comenzarían a hacer ensayos científicos para demostrar su trabajó.
Pero él iba a aprender el verdadero alcance de la manipulación médica y el engaño.