Bien, lo que voy a poner para el que no lo haya leído o oído parece una burrada, pero se empiezan a hacer diamantes a partir de las cenizas de los perecidos.
Lo dejo aquí por si alguno se quiere pensar eso de acabar siendo diamante y estar en la sortija de una muyer o tocando una pechuga en un collar con otros amiguitos perecidos.
Una funeraria ofrece convertir en diamantes las cenizas de los difuntos
El precio de la gema, a partir de 3.700 euros, depende del tamaño, la talla y los quilates
Si siempre ha sido una joya, ahora podrá seguir siéndolo. Para la eternidad. Y será un diamante, pero no un diamante convencional, sino uno elaborado a partir de las cenizas de esa persona amada fallecida cuyos seres queridos quieren sentir muy cerca. Tal y como rezaba aquel eslogan publicitario, ‘‘un diamante es para siempre’’.
Y es que los servicios funerarios avanzan, cambian y ofrecen posibilidades que van más allá de la incineración o del enterramiento. No hace falta irse lejos para encontrar un servicio que muchos consideran una bella alternativa, y otros una extravagancia. Tanatorio Bizkaia ofrece a sus clientes la posibilidad de transformar las cenizas de un ser querido fallecido en un diamante. Un diamante entero y verdadero, con sus quilates y todo, que luego podrá engarzarse en un anillo o un colgante que permitan llevar los restos de la persona amada en contacto con la piel, muy cerca del corazón...
Paco Uribelarrea es director gerente de este tanatorio, y explica que dada la complejidad del proceso químico que supone esta transformación, no es una labor que lleven a cabo en el propio tanatorio, sino que trabajan con Algordanza, una empresa que nació en el año 2004, que tiene presencia en varios países y que está asentada en Suiza. Es en laboratorios de este país donde se obtiene el diamante.
El tratamiento que se hace de cada caso es absolutamente personalizado y arranca en el propio tanatorio vizcaino, donde se les informa a los clientes de esta posibilidad. Una vez que la familia se decide a llevarlo a cabo, personal de Algordanza en el Estado viaja desde Barcelona para encontrarse con ellos, explicarles todo el proceso con detalle y llevarse personalmente las cenizas, que posteriormente viajarán a Suiza. La entrega de la joya obtenida también es personal, en mano.
«La empresa ofrece numerosos certificados y garantías que dejan claro que el diamante que te entregan son realmente las cenizas que has mandado», explica Uribelarrea. «Hacen mucho hincapié en eso. Es importante que todo sea creíble, que no haya dudas».
Estos diamantes se crean a partir del carbono extraído de una parte de los restos físicos de una persona. La empresa ofrece un análisis químico con la lectura de los elementos químicos presentes en el carbono extraído, que sirve como garantía de origen. Uribelarrea explica que a través de análisis previos se verifica que esos restos van a permitir la transformación. «Si no son aptos, si ven que no va a salir bien, informan a la familia y el coste es cero. Si ven que es posible, se inicia el proceso», afirma. Durante toda la transformación, la empresa se mantiene en contacto con la familia y le informa de su transcurso. Además, estos diamantes, una vez concluidos son certificados por el Instituto Gemológico Suizo.
Exclusivo y de tonalidad único
Cada diamante que se obtiene es único. La exclusividad aquí está más que garantizada por que las características de la piedra van a estar determinadas por la presencia de boro, un elemento químico, en el organismo de la persona de quien proviene. Así, el tonalidad de la piedra será «el que salga», aunque habitualmente tiende a ser azulado. Lo que el cliente sí que puede elegir el número de quilates, la talla y el tamaño de la gema. Al más puro estilo Tiffany’s. Eso será lo que determine el precio de la pieza. A partir de 3.700 euros, una de estas joyas irrepetibles puede ser suya.
Tanto desde Tanatorio Bizkaia como desde Algordanza destacan la importancia de un tratamiento digno y respetuoso de estas cenizas. «Esto no es un reloj. Son restos humanos y deben tener un tratamiento especial» afirma Uribelarrea.
En nuestro entorno esta alternativa se va introduciendo de manera discreta, poco a poco, quizá por desconocimiento, o quizá porque estos son terrenos que en nuestra cultura pisamos con cautela. De momento, Tanatorio Bizkaia ha realizado un único servicio, aunque ha atendido varias consultas de gente interesada. Uribelarrea considera que acabará cuajando. «Creo que resultará, porque aquí se han llevado mucho las chapitas con la imagen grabada de una persona querida fallecida. Este procedimiento cuesta más dinero por la tecnología que se utiliza etc... Pero el valor simbólico es muy grande».
Según afirma una de las representantes de Algordanza en el Estado, Yasmine de la Vega, «éste es un proceso en el que es necesaria mucha sensibilidad, porque mueve sentimientos y los familiares ponen mucha ilusión por tocar de nuevo la esencia del ser querido».
Puede que esta posibilidad despierte polémica o discrepancias de tipo ético. Pero realmente, no deja de ser un último intento poético, y quizá desesperado de aferrarse a este mundo reencarnado en piedra preciosa.
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