castguer
Madmaxista
Mientras duró el crecimiento económico y la guerra fría, mientras el pleno empleo alimentaba al Estado de bienestar y el miedo al comunismo legitimaba la partitocracia y la seguridad social, nadie se preocupó del peligro que entrañaba la entrega del Estado a los partidos, sin posibilidad de control sobre ellos. Pero sin pleno empleo, sin confianza en el porvenir de la asistencia social del Estado y sin miedo al comunismo, volvemos la mirada al régimen político que ha de sacarnos de la crisis más grave desde los años treinta, y sólo vemos en él incompetencia, despilfarro y corrupción. En España no se ha producido todavía ese divorcio entre la gran empresa y el régimen de partidos porque la deuda pública ha sido financiada con capitales extranjeros, pero como están en estos momentos las cosas, para no divorciarse entre ellos quieren que sigamos pagando el mantenimiento de regímen de partidos que tan buenos resultados les ha procurado a toda la oligarquía estafadora y amedrantadora que lleva siglos en el mismo sitio.
Demos
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