Honkytonk Man
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Corrupción PSOEra que no se ha vito en ningún puñetero medio de comunicación. Por cierto, esta tía es hija del Ministro Moscoso, para que luego digan que los puestos en la política sólo se heredan en la derecha.
Adriana Moscoso, hija del exministro que del que tomaron nombre los días extra de vacaciones de los funcionarios, completó ese máster a los 25 años, entre 1997 y 1998, tras licenciarse en la Universidad Autónoma de Madrid. Solo la matrícula costaba entonces 26.373 dólares (hoy sale por 69.916 dólares: 61.069 euros). La Fundación Autor, hoy Fundación SGAE y que depende de esta entidad de gestión de derechos de autor, cubrió íntegramente esa matrícula en Columbia y también gran parte de los gastos de la entonces estudiante en Nueva York.
Para justificar estos pagos, la Fundación Autor simuló en sus actas y en su memoria anual un supuesto “Convenio con la Universidad de Columbia” con la SGAE del que no ha quedado rastro. En los últimos días, eldiario.es ha preguntado a la Universidad de Columbia y a la actual SGAE por dicho convenio. Nadie ha encontrado registro alguno: ni Columbia ni la SGAE. Solo aparece nombrado en las actas y otros documentos de la Fundación Autor con las que se habilitó el presupuesto que después se gastó en pagar los estudios en Nueva York de Adriana Moscoso.
En teoría, el supuesto convenio entre SGAE y la Universidad de Columbia era para “la ampliación de estudio en la Facultad de Derecho de dicha universidad en temas relacionados con Derechos de Autor y Propiedad Intelectual”; un “programa de becas que incluye la matrícula, gastos de alojamiento, seguros, etc”. Becas, en plural. Pero solo hubo una a cuenta de esta partida: la de Adriana Moscoso. Todos los fondos presupuestados para este supuesto convenio, 35.000 dólares, fueron destinados a la formación de la hoy directora de Industrias Culturales del Gobierno español.
La propuesta al patronato de la Fundación Autor de este supuesto convenio tiene fecha del 15 de julio de 1997. Se aprobó ese mismo día. En él no aparece el nombre de la alumna becada, a pesar de que ya estaba decidido. Aún no había sido aprobada siquiera la “propuesta” por el patronato de la Fundación Autor pero ese “programa de becas” ya tenía una única ganadora: Adriana Moscoso. La víspera, el 14 de julio, ya había firmado el contrato para recibir esta beca.
A pesar de que el programa de becas que aprobó la Fundación Autor era, en teoría, para “temas relacionados con Derechos de Autor y Propiedad Intelectual” –según reza la propuesta al patronato–, Moscoso sufragó con estos fondos una formación muy distinta: un “Legum Magister”, o postgrado generalista en Derecho, no un curso especializado en propiedad intelectual. Al año siguiente, en 1998, el convenio fantasma entre la SGAE y la Universidad de Columbia desapareció de la memoria anual de la Fundación Autor.
Adriana Moscoso confirma igualmente que fue el propio Teddy Bautista, presidente de la SGAE, quien le ofreció pagar sus estudios en Nueva York y el contrato posterior, aunque asegura que “su aprobación se llevó a los órganos de Gobierno de la entidad y así consta en acta”.
Adriana Moscoso es hija de Javier Moscoso, que fue ministro de la Presidencia del primer gobierno de Felipe González y más tarde Fiscal General del Estado. Tras dejar la primera línea de la política, entre 1990 y 1995, Javier Moscoso fue secretario del consejo de administración de la SGAE y máximo responsable de sus servicios jurídicos. En aquel momento Teddy Bautista era vicepresidente y más tarde se convirtió en presidente de esta entidad, a la que llegó tras una reforma de los estatutos diseñada por Javier Moscoso y que le dio más poder del que, hasta entonces, había tenido ningún otro presidente de la SGAE.
En 1997, cuando la Fundación Autor pagó irregularmente los estudios de Adriana Moscoso, Teddy Bautista ya era el máximo responsable de SGAE y Javier Moscoso era vocal a propuesta del PSOE del Consejo General del Poder Judicial, el máximo órgano de gobierno de los jueces. Javier Moscoso y Teddy Bautista han mantenido durante años una excelente relación.
Según las explicaciones de Adriana Moscoso, su padre “no tuvo nada que ver” ni con su llegada como becaria al departamento jurídico de la SGAE que él antes dirigía ni con el pago de sus estudios en Nueva York ni con su contrato laboral posterior. Lo mismo asegura Teddy Bautista, contactado por eldiario.es. “Desde Fundación Autor otorgábamos regularmente becas de formación a personas de dentro y de fuera de la entidad”, asegura Bautista. Y es cierto que es así. En las actas de Fundación Autor figuran numerosas becas y subvenciones a distintas personas. Pero a diferencia de Adriana Moscoso, en todas ellas aparecen los nombres de las personas becadas y el programa de que se trata, no un supuesto “convenio” con la Universidad.
Por ejemplo, la Fundación Autor también pagó en 1997 tres de las becas del programa Fulbright, que financia anualmente los estudios universitarios en Estados Unidos de decenas de jóvenes españoles. Pero a diferencia del falso convenio con Columbia, esas becas fueron comunicadas públicamente y contaban con un proceso de selección riguroso. El jurado que entregaba esas becas estaba formado por el director de cine José Luis Cuerda, el coreógrafo Víctor Ullate y el compositor Joan Albert Amargós, además de tres representantes de la Comisión Fulbright. Y los nombres de los estudiantes becados aparecen publicados en la memoria de 1997 de la Fundación Autor.
Por contra, en el supuesto “programa de becas” que decidió el pago de los estudios a Adriana Moscoso no hubo jurado alguno ni comunicación previa a posibles candidatos ni tampoco un proceso de selección. Tampoco se publicó el nombre de Adriana Moscoso en la memoria de la fundación.
Nada más volver de sus estudios en Nueva York, en julio de 1998, Adriana Moscoso fue contratada por la SGAE, donde ha trabajado 14 años, la mayor parte de su carrera profesional. Formó parte de la asesoría jurídica de esta entidad hasta septiembre de 2006, cuando fue nombrada, bajo gobierno de Zapatero, directora del departamento jurídico de la empresa pública Seacex –Sociedad Estatal para la Acción Cultural en el Exterior–. En marzo de 2010 regresó a la SGAE, como secretaria general del Instituto Autor. Y en 2017 se trasladó a París, al frente del equipo legal de CISAC –una confederación europea de entidades de derechos de autor de la que forma parte la SGAE–. Dejó ese puesto con el cambio de gobierno, al ser nombrada alto cargo en el Ministerio de Cultura.
El ascenso de la Moscoso y la intervención de la SGAE
La Dirección General de Industrias Culturales se ocupa de fiscalizar a la SGAE y también desde donde se dirige la probable intervención de esta entidad, que el Ministerio de Cultura ha solicitado ante un juez. Desde Cultura aseguran que Adriana Moscoso se inhibe de todas las decisiones que afectan la SGAE, donde aún mantiene su puesto de trabajo en excedencia.
Adriana Moscoso tomó posesión de su actual puesto el 10 de julio, cuando se informaba como el único cargo impuesto desde Ferraz al nuevo ministro José Guirao. Era el mismo día en que se hizo público el ultimátum que la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC) enviado a la SGAE: debe aprobar cambios estatutarios antes de mediados de julio y haber ejecutado antes de finales de 2018 todas las recomendaciones de buena gobernanza que la organización internacional le exige a la entidad de gestión de derechos de autor española.
“En caso de que la SGAE no lleve a cabo los pasos necesarios para abordar las conclusiones del informe, el Consejo de la CISAC no tendrá otra alternativa que analizar la aplicación de las sanciones pertinentes contra SGAE”, añaden.
Hasta entonces, Adriana Moscoso era la Directora del Departamento Jurídico y asuntos públicos de la CISAC, donde entró más de un año antes y desde donde siguió la crisis generada por José Miguel Fernández Sastrón al frente de la SGAE.
La noticia de las irregularidades en torno a su máster llegan cinco días después de que el Ministerio de Cultura anunciase la intervención parcial de la Sociedad General de Autores y Editores. Guirao afirmó, durante un encuentro con la prensa, estar dispuesto a no seguir adelante con la medida si la entidad de gestión “quiere arreglar” los tres puntos cuya modificación resultan cuestión fundamental para el Gobierno de Pedro Sánchez.
“Si la SGAE quiere arreglar los temas, estos decaerán”, dijo el ministro José Guirao sobre su postura ante esta intervención parcial que, por el momento, insiste en que pedirá a la Justicia esta misma semana. Con ello, espera conseguir que la entidad cambie sus estatutos y los adapte a la ley, revise los criterios de reparto del dinero recaudado entre los diversos colegios que la conforman y habilite el sistema de voto electrónico. “Ha habido toda una política dilatoria y el ministerio ha tenido mucha paciencia”, explicó Guirao.
Los 'moscosos' fueron creados en diciembre de 1983 por Javier Moscoso, ministro de la Presidencia del primer gobierno de Felipe González. El término entró en el avance de la 23º edición del diccionario de la RAE como una voz coloquial cuyo significado es "un día de permiso de libre disposición que tienen pactado ciertos colectivos de trabajadores y funcionarios".
SGAE pagó irregularmente un máster de 61.000 € a la Moscoso, su hoy reguladora y en excedencia
Adriana Moscoso, hija del exministro que del que tomaron nombre los días extra de vacaciones de los funcionarios, completó ese máster a los 25 años, entre 1997 y 1998, tras licenciarse en la Universidad Autónoma de Madrid. Solo la matrícula costaba entonces 26.373 dólares (hoy sale por 69.916 dólares: 61.069 euros). La Fundación Autor, hoy Fundación SGAE y que depende de esta entidad de gestión de derechos de autor, cubrió íntegramente esa matrícula en Columbia y también gran parte de los gastos de la entonces estudiante en Nueva York.
Para justificar estos pagos, la Fundación Autor simuló en sus actas y en su memoria anual un supuesto “Convenio con la Universidad de Columbia” con la SGAE del que no ha quedado rastro. En los últimos días, eldiario.es ha preguntado a la Universidad de Columbia y a la actual SGAE por dicho convenio. Nadie ha encontrado registro alguno: ni Columbia ni la SGAE. Solo aparece nombrado en las actas y otros documentos de la Fundación Autor con las que se habilitó el presupuesto que después se gastó en pagar los estudios en Nueva York de Adriana Moscoso.
En teoría, el supuesto convenio entre SGAE y la Universidad de Columbia era para “la ampliación de estudio en la Facultad de Derecho de dicha universidad en temas relacionados con Derechos de Autor y Propiedad Intelectual”; un “programa de becas que incluye la matrícula, gastos de alojamiento, seguros, etc”. Becas, en plural. Pero solo hubo una a cuenta de esta partida: la de Adriana Moscoso. Todos los fondos presupuestados para este supuesto convenio, 35.000 dólares, fueron destinados a la formación de la hoy directora de Industrias Culturales del Gobierno español.
La propuesta al patronato de la Fundación Autor de este supuesto convenio tiene fecha del 15 de julio de 1997. Se aprobó ese mismo día. En él no aparece el nombre de la alumna becada, a pesar de que ya estaba decidido. Aún no había sido aprobada siquiera la “propuesta” por el patronato de la Fundación Autor pero ese “programa de becas” ya tenía una única ganadora: Adriana Moscoso. La víspera, el 14 de julio, ya había firmado el contrato para recibir esta beca.
A pesar de que el programa de becas que aprobó la Fundación Autor era, en teoría, para “temas relacionados con Derechos de Autor y Propiedad Intelectual” –según reza la propuesta al patronato–, Moscoso sufragó con estos fondos una formación muy distinta: un “Legum Magister”, o postgrado generalista en Derecho, no un curso especializado en propiedad intelectual. Al año siguiente, en 1998, el convenio fantasma entre la SGAE y la Universidad de Columbia desapareció de la memoria anual de la Fundación Autor.
Adriana Moscoso confirma igualmente que fue el propio Teddy Bautista, presidente de la SGAE, quien le ofreció pagar sus estudios en Nueva York y el contrato posterior, aunque asegura que “su aprobación se llevó a los órganos de Gobierno de la entidad y así consta en acta”.
Adriana Moscoso es hija de Javier Moscoso, que fue ministro de la Presidencia del primer gobierno de Felipe González y más tarde Fiscal General del Estado. Tras dejar la primera línea de la política, entre 1990 y 1995, Javier Moscoso fue secretario del consejo de administración de la SGAE y máximo responsable de sus servicios jurídicos. En aquel momento Teddy Bautista era vicepresidente y más tarde se convirtió en presidente de esta entidad, a la que llegó tras una reforma de los estatutos diseñada por Javier Moscoso y que le dio más poder del que, hasta entonces, había tenido ningún otro presidente de la SGAE.
En 1997, cuando la Fundación Autor pagó irregularmente los estudios de Adriana Moscoso, Teddy Bautista ya era el máximo responsable de SGAE y Javier Moscoso era vocal a propuesta del PSOE del Consejo General del Poder Judicial, el máximo órgano de gobierno de los jueces. Javier Moscoso y Teddy Bautista han mantenido durante años una excelente relación.
Según las explicaciones de Adriana Moscoso, su padre “no tuvo nada que ver” ni con su llegada como becaria al departamento jurídico de la SGAE que él antes dirigía ni con el pago de sus estudios en Nueva York ni con su contrato laboral posterior. Lo mismo asegura Teddy Bautista, contactado por eldiario.es. “Desde Fundación Autor otorgábamos regularmente becas de formación a personas de dentro y de fuera de la entidad”, asegura Bautista. Y es cierto que es así. En las actas de Fundación Autor figuran numerosas becas y subvenciones a distintas personas. Pero a diferencia de Adriana Moscoso, en todas ellas aparecen los nombres de las personas becadas y el programa de que se trata, no un supuesto “convenio” con la Universidad.
Por ejemplo, la Fundación Autor también pagó en 1997 tres de las becas del programa Fulbright, que financia anualmente los estudios universitarios en Estados Unidos de decenas de jóvenes españoles. Pero a diferencia del falso convenio con Columbia, esas becas fueron comunicadas públicamente y contaban con un proceso de selección riguroso. El jurado que entregaba esas becas estaba formado por el director de cine José Luis Cuerda, el coreógrafo Víctor Ullate y el compositor Joan Albert Amargós, además de tres representantes de la Comisión Fulbright. Y los nombres de los estudiantes becados aparecen publicados en la memoria de 1997 de la Fundación Autor.
Por contra, en el supuesto “programa de becas” que decidió el pago de los estudios a Adriana Moscoso no hubo jurado alguno ni comunicación previa a posibles candidatos ni tampoco un proceso de selección. Tampoco se publicó el nombre de Adriana Moscoso en la memoria de la fundación.
Nada más volver de sus estudios en Nueva York, en julio de 1998, Adriana Moscoso fue contratada por la SGAE, donde ha trabajado 14 años, la mayor parte de su carrera profesional. Formó parte de la asesoría jurídica de esta entidad hasta septiembre de 2006, cuando fue nombrada, bajo gobierno de Zapatero, directora del departamento jurídico de la empresa pública Seacex –Sociedad Estatal para la Acción Cultural en el Exterior–. En marzo de 2010 regresó a la SGAE, como secretaria general del Instituto Autor. Y en 2017 se trasladó a París, al frente del equipo legal de CISAC –una confederación europea de entidades de derechos de autor de la que forma parte la SGAE–. Dejó ese puesto con el cambio de gobierno, al ser nombrada alto cargo en el Ministerio de Cultura.
El ascenso de la Moscoso y la intervención de la SGAE
La Dirección General de Industrias Culturales se ocupa de fiscalizar a la SGAE y también desde donde se dirige la probable intervención de esta entidad, que el Ministerio de Cultura ha solicitado ante un juez. Desde Cultura aseguran que Adriana Moscoso se inhibe de todas las decisiones que afectan la SGAE, donde aún mantiene su puesto de trabajo en excedencia.
Adriana Moscoso tomó posesión de su actual puesto el 10 de julio, cuando se informaba como el único cargo impuesto desde Ferraz al nuevo ministro José Guirao. Era el mismo día en que se hizo público el ultimátum que la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC) enviado a la SGAE: debe aprobar cambios estatutarios antes de mediados de julio y haber ejecutado antes de finales de 2018 todas las recomendaciones de buena gobernanza que la organización internacional le exige a la entidad de gestión de derechos de autor española.
“En caso de que la SGAE no lleve a cabo los pasos necesarios para abordar las conclusiones del informe, el Consejo de la CISAC no tendrá otra alternativa que analizar la aplicación de las sanciones pertinentes contra SGAE”, añaden.
Hasta entonces, Adriana Moscoso era la Directora del Departamento Jurídico y asuntos públicos de la CISAC, donde entró más de un año antes y desde donde siguió la crisis generada por José Miguel Fernández Sastrón al frente de la SGAE.
La noticia de las irregularidades en torno a su máster llegan cinco días después de que el Ministerio de Cultura anunciase la intervención parcial de la Sociedad General de Autores y Editores. Guirao afirmó, durante un encuentro con la prensa, estar dispuesto a no seguir adelante con la medida si la entidad de gestión “quiere arreglar” los tres puntos cuya modificación resultan cuestión fundamental para el Gobierno de Pedro Sánchez.
“Si la SGAE quiere arreglar los temas, estos decaerán”, dijo el ministro José Guirao sobre su postura ante esta intervención parcial que, por el momento, insiste en que pedirá a la Justicia esta misma semana. Con ello, espera conseguir que la entidad cambie sus estatutos y los adapte a la ley, revise los criterios de reparto del dinero recaudado entre los diversos colegios que la conforman y habilite el sistema de voto electrónico. “Ha habido toda una política dilatoria y el ministerio ha tenido mucha paciencia”, explicó Guirao.
Los 'moscosos' fueron creados en diciembre de 1983 por Javier Moscoso, ministro de la Presidencia del primer gobierno de Felipe González. El término entró en el avance de la 23º edición del diccionario de la RAE como una voz coloquial cuyo significado es "un día de permiso de libre disposición que tienen pactado ciertos colectivos de trabajadores y funcionarios".
SGAE pagó irregularmente un máster de 61.000 € a la Moscoso, su hoy reguladora y en excedencia