Ni una sola represalia de ningún tipo ni tan siquiera amenazas ya de ello.
Los no medicados acertamos en nuestra decisión y nos hemos ido de rositas. No han tenido huevones.
Mientras, miles de medicados muertos por las banderillas y el resto acojonado por efectos secundarios que jamás podrán saber si fueron por la cosa que se inyectaron o no.