MarcoFurioCamilo
Madmaxista
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Propongo opinar cuales fueron los enemigos de Roma mejor preparados, y los menos preparados.
Allá voy con los mejores...
- ANIBAL
No, no, no. No voy a recurrir a lo típico: que si la Batalla de Cannas, que si Trasimeno...
Lo que más admiro de Aníbal es que inició la Segunda Guerra Púnica conociendo al pueblo romano. Cuales eran sus costumbres, cuales eran sus virtudes y sus defectos, cómo funcionaba su sistema político, quienes eran los personajes famosos de por aquel entonces, cómo batallaban, etc etc. No incendió Sagunto sin conocer bien a Roma. Y lo supo aplicar bien, como ejemplos:
- Tras las tres primeras derrotas, con decenas de miles de muertos, Roma quedó tan espantada que nombró dictador a Fabio Máximo. Un título que duraría 6 meses. La estrategia de Fabio era muy eficaz: no presentar batalla a Aníbal. Evitar que se aprovisionase. Que se muriese de aburrimiento, hambre y ardor de estomago en Italia. Ahora bien: Aníbal, pese a estar sufriendo dificultades, sabía que el carácter chulesco y engreído de los romanos iba en contra de la estrategia de Fabio Máximo, y que no tarde o temprano iban a presentar una batalla. El tiempo le dió la razón a Aníbal: a los 6 meses, el título de dictador de Fabio Máximo expiró, no se lo renovaron; su exitosa estrategia se fue a la cosa, y enseguida se volvió a la habitual estrategia de la fuerza bruta (con las consencuencias de Cannas....).
- ¿Por qué Aníbal cruzó los Alpes con elefantes? ¿Solamente para guerrear? No: para impresionar a las tribus célticas del Valle del Po, y a las ciudades italianas sometidas a Roma, como Cápua. La gente pensaría: Si un tío es capaz de llevar a cabo tal hazaña, algo bueno tiene que tener sí o sí. Una vez entró en Italia, la primera estrategia de Aníbal fue impresionar a la gente con su gesta, y dió sus frutos: muchos celtas se unieron a su ejército, formando parte de la infantería pesada con sus gigantescas espadas, y varias ciudades romanas se ofrecieron voluntarias para alimentarle (al final de la guerra, Roma las castigó brutalmente...).
- No quería hablar de Cannas, pero bueno... Había dos cónsules, Emilio Paulo y Terencio Varrón. Aníbal los conocía. Sabía que Paulo era más cauto, más presto a idear alguna estrategia que pudiera poner a Aníbal en apuros. Por contra, Varrón era un tío impulsivo, que quería una victoria inmediata. Por ello, Aníbal presentó batalla un día en el que a Varrón le tocó el mando de las 8 legiones.
Aníbal merece mis respetos, pues no lo considero solamente una bestia en el campo de batalla, sino un estratega meticuloso que no dejaba nada al azar, ni siquiera las costumbres, sistema político y demás del enemigo que iba a combatir.
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- VERCINGETÓRIX:
Este hombre me merece el mismo respeto que Julio César. Vercingetórix no fue un salvaje que se dedicaba a apiolar romanos sin más: estuvo del 58 al 52AC estudiando a los romanos. Extrayendo conclusiones sobre cuales eran sus puntos fuertes y sus puntos débiles.
- Lo primero que entendió, y que llevó a la práctica, es que las tribus celtas tenían que dejar a un lado su orgullo tribal y unirse todas. Vercingetórix debió de decirles al resto de jefes tribales: Tenemos toda la vida para darnos de palos entre nosotros. Pero como pueblo, nos quedan pocos años de existencia si los romanos nos machacan. Hoy en día sería como si China fuese a invadir Europa: ¿no sería lógico que españoles, franceses, alemanes, daneses, griegos... dejáramos a un lado el "que hay de lo mío" y formásemos una milicia juntos? Vercingetórix se cargó el divide et impera que había instalado César.
- Lo segundo que entendió, una vez convencida casi toda la Galia, fue entender que no podían derrotar a los romanos en una batalla abierta. Una formación de 120 legionarios con el scutum y el gladius preparado eran impenetrables yendo a saco. Optó por una guerra "a lo Vietnam". Sus hombres (y mujeres, pues 1 de cada 4 combatientes celtas eran mujeres) lanzaban ataques por la retaguardia, que duraban apenas dos minutos, para no dar tiempo a los romanos a reorganizarse, y se largaba. O arrojaban lanzas, flechas o piedras desde los valles. O quemaban las propias cosecha y aldeas para que los romanos no pudieran aprovisionarse. A Vercingetórix le fue bien... hasta que cometió el error de ir, con sus 70.000 combatientes, a Alesia.
- En el asedio a Alesia, solía enviar hombres a caballo para hostigar a los constructores, pero acababan muertos. Se dió cuenta que no valía la pena. Así que prefirió dejarles construír el muro... y utilizar la caballería para que fueran a la Galia a pedir socorro. Entonces, y sólo entonces cuando vino Commio con otros 200.000 galos, Vercingetórix se atrevió a salir de las murallas y combatir. Antes de eso, fue cautoloso; una virtud estratégica que admiro.
- Cuando la ciudad se rindió, le pidió a César que le matase a él si quisiera, pero que no matase a su pueblo Para que sus costumbres sigan existiendo. Muy noble de su parte: no era un castuzo que aspiraba al poder, sino un patriota.
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En cambio no me gustan...
- BOUDICA:
¡Ojo! Esta mujer merece toda mi admiración como patriota, como guerrera, como progenitora, pero no nos engañemos: su estrategia fue pésima.
No tenía un plan preconcebido. Se dedicaba a destruír las ciudades romanas que pillaba a su paso. Primero Camelodunum, luego Londinium, luego Verulamium... Pero es que hasta desde la lejanía, se podía ver al ejército britano. Sin ningún orden, cada individuo yendo por su cuenta, y bueno... entraban en las ciudades, quemaban, asesinaban... pero para esto hace falta ser un bestia, pero no un genio militar.
La gran cagada de Boudica: la Batalla de Watling Street. Insisto, con todos mis respetos a Boudica, que tenía mucho valor pero poca visión estratégica. Los pocos legionarios de que disponía Suetonio Paulino tenían protegidos los flancos por los bosques de alrededor. Sólo había una forma de atacarlos: de forma frontal, y ahí los celtas tenían todas las de perder sí o sí (Vercingetórix no hubiera caído en la trampa).Con que los romanos supiesen mantener la formación a lo largo de la llanura, era suficiente. Los primeros celtas cayeron bajo los pilum... luego cayeron como moscas contra las gladius... luego ya los romanos salieron del escondite, tomaron la iniciativa de avanzar y fue el acabóse.
Dejando a un lado cualidades militares, insisto que yo admiro a Boudica: Si unos estranjeros vienen a mi país, dicen que "no puedo gobernar por ser mujer", me azotan con el látigo, roban a mis súbditos, le azotan también a mis hijas... pues me entrarían ganas de aplastar cabezas, al precio que fuese.
Allá voy con los mejores...
- ANIBAL
No, no, no. No voy a recurrir a lo típico: que si la Batalla de Cannas, que si Trasimeno...
Lo que más admiro de Aníbal es que inició la Segunda Guerra Púnica conociendo al pueblo romano. Cuales eran sus costumbres, cuales eran sus virtudes y sus defectos, cómo funcionaba su sistema político, quienes eran los personajes famosos de por aquel entonces, cómo batallaban, etc etc. No incendió Sagunto sin conocer bien a Roma. Y lo supo aplicar bien, como ejemplos:
- Tras las tres primeras derrotas, con decenas de miles de muertos, Roma quedó tan espantada que nombró dictador a Fabio Máximo. Un título que duraría 6 meses. La estrategia de Fabio era muy eficaz: no presentar batalla a Aníbal. Evitar que se aprovisionase. Que se muriese de aburrimiento, hambre y ardor de estomago en Italia. Ahora bien: Aníbal, pese a estar sufriendo dificultades, sabía que el carácter chulesco y engreído de los romanos iba en contra de la estrategia de Fabio Máximo, y que no tarde o temprano iban a presentar una batalla. El tiempo le dió la razón a Aníbal: a los 6 meses, el título de dictador de Fabio Máximo expiró, no se lo renovaron; su exitosa estrategia se fue a la cosa, y enseguida se volvió a la habitual estrategia de la fuerza bruta (con las consencuencias de Cannas....).
- ¿Por qué Aníbal cruzó los Alpes con elefantes? ¿Solamente para guerrear? No: para impresionar a las tribus célticas del Valle del Po, y a las ciudades italianas sometidas a Roma, como Cápua. La gente pensaría: Si un tío es capaz de llevar a cabo tal hazaña, algo bueno tiene que tener sí o sí. Una vez entró en Italia, la primera estrategia de Aníbal fue impresionar a la gente con su gesta, y dió sus frutos: muchos celtas se unieron a su ejército, formando parte de la infantería pesada con sus gigantescas espadas, y varias ciudades romanas se ofrecieron voluntarias para alimentarle (al final de la guerra, Roma las castigó brutalmente...).
- No quería hablar de Cannas, pero bueno... Había dos cónsules, Emilio Paulo y Terencio Varrón. Aníbal los conocía. Sabía que Paulo era más cauto, más presto a idear alguna estrategia que pudiera poner a Aníbal en apuros. Por contra, Varrón era un tío impulsivo, que quería una victoria inmediata. Por ello, Aníbal presentó batalla un día en el que a Varrón le tocó el mando de las 8 legiones.
Aníbal merece mis respetos, pues no lo considero solamente una bestia en el campo de batalla, sino un estratega meticuloso que no dejaba nada al azar, ni siquiera las costumbres, sistema político y demás del enemigo que iba a combatir.
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- VERCINGETÓRIX:
Este hombre me merece el mismo respeto que Julio César. Vercingetórix no fue un salvaje que se dedicaba a apiolar romanos sin más: estuvo del 58 al 52AC estudiando a los romanos. Extrayendo conclusiones sobre cuales eran sus puntos fuertes y sus puntos débiles.
- Lo primero que entendió, y que llevó a la práctica, es que las tribus celtas tenían que dejar a un lado su orgullo tribal y unirse todas. Vercingetórix debió de decirles al resto de jefes tribales: Tenemos toda la vida para darnos de palos entre nosotros. Pero como pueblo, nos quedan pocos años de existencia si los romanos nos machacan. Hoy en día sería como si China fuese a invadir Europa: ¿no sería lógico que españoles, franceses, alemanes, daneses, griegos... dejáramos a un lado el "que hay de lo mío" y formásemos una milicia juntos? Vercingetórix se cargó el divide et impera que había instalado César.
- Lo segundo que entendió, una vez convencida casi toda la Galia, fue entender que no podían derrotar a los romanos en una batalla abierta. Una formación de 120 legionarios con el scutum y el gladius preparado eran impenetrables yendo a saco. Optó por una guerra "a lo Vietnam". Sus hombres (y mujeres, pues 1 de cada 4 combatientes celtas eran mujeres) lanzaban ataques por la retaguardia, que duraban apenas dos minutos, para no dar tiempo a los romanos a reorganizarse, y se largaba. O arrojaban lanzas, flechas o piedras desde los valles. O quemaban las propias cosecha y aldeas para que los romanos no pudieran aprovisionarse. A Vercingetórix le fue bien... hasta que cometió el error de ir, con sus 70.000 combatientes, a Alesia.
- En el asedio a Alesia, solía enviar hombres a caballo para hostigar a los constructores, pero acababan muertos. Se dió cuenta que no valía la pena. Así que prefirió dejarles construír el muro... y utilizar la caballería para que fueran a la Galia a pedir socorro. Entonces, y sólo entonces cuando vino Commio con otros 200.000 galos, Vercingetórix se atrevió a salir de las murallas y combatir. Antes de eso, fue cautoloso; una virtud estratégica que admiro.
- Cuando la ciudad se rindió, le pidió a César que le matase a él si quisiera, pero que no matase a su pueblo Para que sus costumbres sigan existiendo. Muy noble de su parte: no era un castuzo que aspiraba al poder, sino un patriota.
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En cambio no me gustan...
- BOUDICA:
¡Ojo! Esta mujer merece toda mi admiración como patriota, como guerrera, como progenitora, pero no nos engañemos: su estrategia fue pésima.
No tenía un plan preconcebido. Se dedicaba a destruír las ciudades romanas que pillaba a su paso. Primero Camelodunum, luego Londinium, luego Verulamium... Pero es que hasta desde la lejanía, se podía ver al ejército britano. Sin ningún orden, cada individuo yendo por su cuenta, y bueno... entraban en las ciudades, quemaban, asesinaban... pero para esto hace falta ser un bestia, pero no un genio militar.
La gran cagada de Boudica: la Batalla de Watling Street. Insisto, con todos mis respetos a Boudica, que tenía mucho valor pero poca visión estratégica. Los pocos legionarios de que disponía Suetonio Paulino tenían protegidos los flancos por los bosques de alrededor. Sólo había una forma de atacarlos: de forma frontal, y ahí los celtas tenían todas las de perder sí o sí (Vercingetórix no hubiera caído en la trampa).Con que los romanos supiesen mantener la formación a lo largo de la llanura, era suficiente. Los primeros celtas cayeron bajo los pilum... luego cayeron como moscas contra las gladius... luego ya los romanos salieron del escondite, tomaron la iniciativa de avanzar y fue el acabóse.
Dejando a un lado cualidades militares, insisto que yo admiro a Boudica: Si unos estranjeros vienen a mi país, dicen que "no puedo gobernar por ser mujer", me azotan con el látigo, roban a mis súbditos, le azotan también a mis hijas... pues me entrarían ganas de aplastar cabezas, al precio que fuese.