Frecuentemente las herencias se convierten en la ocasión para ajustar cuentas pasadas, donde afloran viejos odios y envidias, tanto de la familia directa como la política, y donde aquel dicho de "por verte tuerto me quedo yo ciego" se muestra con toda crudeza, las medias para los pies, lo ideal es liquidar todo el patrimonio común y que cada uno vuele con lo suyo
Sí, eso es claramente lo mejor, pero el patrimonio no es siempre fácilmente liquidable. Y, aparte del reparto: a Hacienda hay que pagarle en euros contantes y sonantes... Y el impuesto de sucesiones (salvo cuando hay bonificaciones) viene a ser el 30% del valor de lo heredado.