M. Priede
Será en Octubre
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- 14 Sep 2011
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Es en el Pozo Sotón, Asturias, en el concejo de San Martín del Rey Aurelio (eso es un nombre hermoso para un pueblo, ¿eh?, y lo demás esnobismos; tan sonoro como elocuente, un topónimo con historia de verdad). El pozo llega a los 700 metros, y comunica con otros dos, el San Nicolás y el María Luisa.
Extracto de un pdf donde un visitante relata sus impresiones. No da la fecha, pero la visita se realizó cuando el pozo aun estaba en producción; actualmente ya no, aunque continúan las visitas, que por cierto, en agosto pasado tuvieron que cerrar por una combustión espontánea de carbón en una galería, cosa al parecer bastante frecuente en las minas.
Requisitos:
Extracto de un pdf donde un visitante relata sus impresiones. No da la fecha, pero la visita se realizó cuando el pozo aun estaba en producción; actualmente ya no, aunque continúan las visitas, que por cierto, en agosto pasado tuvieron que cerrar por una combustión espontánea de carbón en una galería, cosa al parecer bastante frecuente en las minas.
"Una de las impresiones más vivaces que produce la mina es el fuerte sentido de territorialidad que se percibe en todos los espacios, una territorialidad celosa y llena de orgullo que, como en los valles, bosques y aldeas de la superficie, impulsa a bautizar con nombres cada rincón de importancia, a humanizarlos con calificativos que hablan de una poderosa conciencia de propiedad emocional sobre los lugares de trabajo. Las galerías, igual que calles, poseen numerosos letreros y carteles que nos advierten de nuestra situación en el inmenso plano de labores, o de zonas particularmente peligrosas, de la orientación cardinal de las galerías o de tajos que funcionaron durante un período y han sido sellados al agotarse la vena. Pueden ser letreros de madera con los rótulos inscritos o marcas de topografía o la presencia casi ceremonial y mística de una Cruz de San Andrés señalando el tránsito entre el espacio asegurado y un más allá amenazante".
"Caminar por una mina es un ejercicio de constante vacilación en la que tus pies y tus manos palpan y se apoyan contra cualquier masa sólida que les procure sustento, tus piernas se trastabillan y tu cuerpo trata de mantenerse erguido. Afinas los sentidos y continúas, siempre hacia delante, hacia otra zona desconocida. El suelo es una masa de tierra seca o de barro apelmazado en los mejores tramos y un lodazal en el que se hunden tus botas, anegado en algunos puntos por el agua, en los peores. En galerías abandonadas o de menos tránsito, las filtraciones de agua tras*forman la superficie en un lago de colores opalinos y fondo arcilloso y ocre donde quedan sumergidos los caminos de hierro. La cuneta de desague está desbordada y se me advierte del peligro que supone pisar en ella, ya que en algunos tramos la profundidad alcanza hasta la cintura.
Los contrastes de calor, que tantas veces he visto descritos en los libros de minería o en los testimonios de los propios mineros, son formidables y se producen de manera insospechada en un breve espacio de tiempo. En una galería principal de ventilación, la poderosa corriente de aire fustiga tu cara y el impacto es mayor si abres la compuerta de ventilación. Entonces, el oxígeno se precipita, se agolpa en la abertura y se escapa con una energía huracanada hacia la siguiente zona de la galería. Por eso es tan importante cerrar estos pasos y por eso Guillermo no pierde ocasión de enseñarme las banderolas, los mandos que, con su aspecto de enseñas metálicas, permiten controlar la apertura y el cierre a ambos lados de los paneles. En algunos lugares, este frescor prevalece si tu recorrido sigue longitudinalmente la zona ventilada, pero si tuerces hacia una galería tras*versal al margen de esta ruta, en apenas unos metros la sensación vivificante del oxígeno limpio desaparece y es sustituida por un calor tórrido y una atmósfera seca en la que absorbes más que respiras un aire que se espesa como si fuese líquido".
"En veinte años de dedicación a la historia y al patrimonio cultural he vivido momentos muy variados, sentimientos de felicidad y frustración, he sido testigo de hallazgos extraordinarios que provocan entusiasmo y he visitado centenares de yacimientos, edificios y paisajes que despiertan la irrepetible emoción del pasado, pero creo que ninguna de mis lecturas, de mi conocimiento o de mis investigaciones me había preparado para la intensa experiencia de asistir a una mina viva, de cruzar sus entrañas todavía practicadas y contemplar con mis propios ojos una tradición laboral tan heroica y orgullosa. La riqueza de imágenes, sonidos y sensaciones que descubro en el Pozo Sotón me cautiva y me sobrepasa, como confieso luego a Guillermo. Ese fin de semana no puedo quitarme de la retina lo que he visto, ni de los sentidos lo que he podido oler o tocar por primera vez. Pienso en Sotón y en quienes trabajan allí y trato de ser respetuoso con mis palabras. Sopeso mucho los adjetivos con los que he de describir mi descenso al pozo. Temo que muchos de ellos puedan resultar frívolos e inadecuados si tenemos en cuenta que estoy hablando de un oficio arriesgado con trabajadores que siguen allí, a pie de veta, arrancando el carbón, mientras yo redacto estas líneas".
http://www.visitapozosoton.es/wp-content/uploads/sites/4/2015/06/VISITA_POZO_SOTON.pdf
"Caminar por una mina es un ejercicio de constante vacilación en la que tus pies y tus manos palpan y se apoyan contra cualquier masa sólida que les procure sustento, tus piernas se trastabillan y tu cuerpo trata de mantenerse erguido. Afinas los sentidos y continúas, siempre hacia delante, hacia otra zona desconocida. El suelo es una masa de tierra seca o de barro apelmazado en los mejores tramos y un lodazal en el que se hunden tus botas, anegado en algunos puntos por el agua, en los peores. En galerías abandonadas o de menos tránsito, las filtraciones de agua tras*forman la superficie en un lago de colores opalinos y fondo arcilloso y ocre donde quedan sumergidos los caminos de hierro. La cuneta de desague está desbordada y se me advierte del peligro que supone pisar en ella, ya que en algunos tramos la profundidad alcanza hasta la cintura.
Los contrastes de calor, que tantas veces he visto descritos en los libros de minería o en los testimonios de los propios mineros, son formidables y se producen de manera insospechada en un breve espacio de tiempo. En una galería principal de ventilación, la poderosa corriente de aire fustiga tu cara y el impacto es mayor si abres la compuerta de ventilación. Entonces, el oxígeno se precipita, se agolpa en la abertura y se escapa con una energía huracanada hacia la siguiente zona de la galería. Por eso es tan importante cerrar estos pasos y por eso Guillermo no pierde ocasión de enseñarme las banderolas, los mandos que, con su aspecto de enseñas metálicas, permiten controlar la apertura y el cierre a ambos lados de los paneles. En algunos lugares, este frescor prevalece si tu recorrido sigue longitudinalmente la zona ventilada, pero si tuerces hacia una galería tras*versal al margen de esta ruta, en apenas unos metros la sensación vivificante del oxígeno limpio desaparece y es sustituida por un calor tórrido y una atmósfera seca en la que absorbes más que respiras un aire que se espesa como si fuese líquido".
"En veinte años de dedicación a la historia y al patrimonio cultural he vivido momentos muy variados, sentimientos de felicidad y frustración, he sido testigo de hallazgos extraordinarios que provocan entusiasmo y he visitado centenares de yacimientos, edificios y paisajes que despiertan la irrepetible emoción del pasado, pero creo que ninguna de mis lecturas, de mi conocimiento o de mis investigaciones me había preparado para la intensa experiencia de asistir a una mina viva, de cruzar sus entrañas todavía practicadas y contemplar con mis propios ojos una tradición laboral tan heroica y orgullosa. La riqueza de imágenes, sonidos y sensaciones que descubro en el Pozo Sotón me cautiva y me sobrepasa, como confieso luego a Guillermo. Ese fin de semana no puedo quitarme de la retina lo que he visto, ni de los sentidos lo que he podido oler o tocar por primera vez. Pienso en Sotón y en quienes trabajan allí y trato de ser respetuoso con mis palabras. Sopeso mucho los adjetivos con los que he de describir mi descenso al pozo. Temo que muchos de ellos puedan resultar frívolos e inadecuados si tenemos en cuenta que estoy hablando de un oficio arriesgado con trabajadores que siguen allí, a pie de veta, arrancando el carbón, mientras yo redacto estas líneas".
http://www.visitapozosoton.es/wp-content/uploads/sites/4/2015/06/VISITA_POZO_SOTON.pdf
Requisitos:
Dadas las especiales características del entorno que se va a visitar y a las condiciones de la visita, próximas a las propias del turismo de aventura, el visitante debe saber que durante el recorrido puede sufrir situaciones de estrés y sobrecarga.
Las condiciones dentro de la mina son muy especiales: oscuridad, iluminación artificial, sonidos, ruidos inusuales, sensación de confinamiento en espacios reducidos, humedad, calor, presencia de polvo en el ambiente, etc…
Por todo ello, la participación en la visita requiere que el visitante cumpla unos requisitos físicos básicos
El interior de la mina no está adaptado para personas con movilidad reducida.
La actividad no estará permitida a menores de edad, salvo que medie autorización expresa de quien ostente la patria potestad y guardia custodia del menor y suscriba el documento justificativo correspondiente, fijándose la edad mínima para la realización de la visita en 16 años.
El visitante no debe presentar ninguno de los siguientes procesos considerados como contraindicaciones:
Arritmia, angina de pecho, antecedente de infarto de miocardio o enfermedad coronaria.
Asma bronquial, bronquitis crónica, enfisema o enfermedades que afecten a la capacidad ventilatoria.
Claustrofobia, ataques epilépticos o crisis convulsivas, antecedentes de ictus cerebral, trastornos del equilibrio o vértigo, alteraciones en la marcha o deambulación.
Obesidad mórbida, diabetes insulinodependiente, hipertensión arterial con cifras no controladas.
Embarazo.
Bajo circunstancias normales, si, por casualidad, tuviera lugar un problema grave de salud en el interior de la mina, los guías que acompañarán la visita cuentan con formación en primeros auxilios. Además, se ha implantado un protocolo de actuación en caso de accidente para garantizar la seguridad y evacuación de las personas. No obstante, la empresa cuenta con un Servicio Médico Propio preparado para atender los incidentes que pudiesen ocurrir durante las visitas.
Dadas todas estas condiciones, por razones de seguridad, HUNOSA se reserva el derecho de autorizar la bajada a la mina a personas, que bajo su criterio, no cumplan los requisitos mínimos exigidos para poder llevar a cabo la actividad.
Recomendaciones
Se recomienda acudir provisto de dos mudas de ropa interior ya que la que se use durante la visita no quedará en condiciones de volver a ser utilizada ese día. En caso de olvido, HUNOSA podrá proporcionar ropa interior de mina a los integrantes de las visitas, teniendo en cuenta que se trata de ropa exclusivamente masculina de nuestro vestuario minero.
HUNOSA aportará toallas. Se recomienda que cada persona acuda provista de calzado para la ducha así como de un neceser con productos de aseo personal.
Queda terminantemente prohibido introducir al interior de la mina cualquier tipo de dispositivo eléctrico o electrónico: relojes de pila, teléfonos móviles, cámaras, etc.
Igualmente, no está permitido el acceso con comida.
Tampoco se podrá fumar en el interior de las instalaciones.
Horarios
Hora de presencia en el Pozo Sotón: 8 :20h (Nota: superada la hora de presencia en el pozo se perderá el derecho a la visita y no tendrá derecho a reembolso económico.)
Recorrido por la mina
Las condiciones dentro de la mina son muy especiales: oscuridad, iluminación artificial, sonidos, ruidos inusuales, sensación de confinamiento en espacios reducidos, humedad, calor, presencia de polvo en el ambiente, etc…
Por todo ello, la participación en la visita requiere que el visitante cumpla unos requisitos físicos básicos
El interior de la mina no está adaptado para personas con movilidad reducida.
La actividad no estará permitida a menores de edad, salvo que medie autorización expresa de quien ostente la patria potestad y guardia custodia del menor y suscriba el documento justificativo correspondiente, fijándose la edad mínima para la realización de la visita en 16 años.
El visitante no debe presentar ninguno de los siguientes procesos considerados como contraindicaciones:
Arritmia, angina de pecho, antecedente de infarto de miocardio o enfermedad coronaria.
Asma bronquial, bronquitis crónica, enfisema o enfermedades que afecten a la capacidad ventilatoria.
Claustrofobia, ataques epilépticos o crisis convulsivas, antecedentes de ictus cerebral, trastornos del equilibrio o vértigo, alteraciones en la marcha o deambulación.
Obesidad mórbida, diabetes insulinodependiente, hipertensión arterial con cifras no controladas.
Embarazo.
Bajo circunstancias normales, si, por casualidad, tuviera lugar un problema grave de salud en el interior de la mina, los guías que acompañarán la visita cuentan con formación en primeros auxilios. Además, se ha implantado un protocolo de actuación en caso de accidente para garantizar la seguridad y evacuación de las personas. No obstante, la empresa cuenta con un Servicio Médico Propio preparado para atender los incidentes que pudiesen ocurrir durante las visitas.
Dadas todas estas condiciones, por razones de seguridad, HUNOSA se reserva el derecho de autorizar la bajada a la mina a personas, que bajo su criterio, no cumplan los requisitos mínimos exigidos para poder llevar a cabo la actividad.
Recomendaciones
Se recomienda acudir provisto de dos mudas de ropa interior ya que la que se use durante la visita no quedará en condiciones de volver a ser utilizada ese día. En caso de olvido, HUNOSA podrá proporcionar ropa interior de mina a los integrantes de las visitas, teniendo en cuenta que se trata de ropa exclusivamente masculina de nuestro vestuario minero.
HUNOSA aportará toallas. Se recomienda que cada persona acuda provista de calzado para la ducha así como de un neceser con productos de aseo personal.
Queda terminantemente prohibido introducir al interior de la mina cualquier tipo de dispositivo eléctrico o electrónico: relojes de pila, teléfonos móviles, cámaras, etc.
Igualmente, no está permitido el acceso con comida.
Tampoco se podrá fumar en el interior de las instalaciones.
Horarios
Hora de presencia en el Pozo Sotón: 8 :20h (Nota: superada la hora de presencia en el pozo se perderá el derecho a la visita y no tendrá derecho a reembolso económico.)
Recorrido por la mina
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