La memoria histórica de la basílica de la Macarena: incendiada por republicanos y reconstruida por Queipo de Llano.
La imagen fue rescatada por un hermano que la ocultó en su domicilio durante la contienda civil mientras el templo donde estaba fue destruido.
La exhumación de Don
Gonzalo Queipo de Llano la pasada madrugada de la
Basílica de la Macarena de Sevilla junto con los restos de su mujer, Genoveva Martí Tovar, y del auditor de guerra Francisco Bohórquez Vecina ha puesto el foco en la vinculación del general franquista con la iglesia que alberga una de las vírgenes más veneradas en la capital andaluza. La hermandad, que cuenta con más de 13.000 miembros, ha cedido a las
presiones del Gobierno de Pedro Sánchez y ha olvidado a uno de sus principales benefactores tras la destrucción de la iglesia de San Gil por militantes republicanos al comienzo de la Guerra Civil.
En esos días multitud de iglesias fueron saqueadas e incendiadas por toda España, como había ocurrido en 1931 tras la proclamación de la II República. Una de las imágenes que se perdieron en esos incendios que inauguraron los años de la república española fue la famosa talla del
Cristo de la Buena fin o Cristo de Mena de Málaga vinculada a la Legión Española. La imagen que hoy portan durante la Semana Santa es una réplica posterior a la Guerra Civil.
Como el Cristo de Mena en muchas localidades andaluzas se perdieron imágenes centenarias originarias del siglo XVII con gran veneración por parte de los fieles en los incendios de templos y conventos católicos que se produjeron en los primeros días de la Guerra Civil. La
Esperanza Macarena podría haber sido uno de esas tallas que se perdieron si no hubiera sido por un hermano que la ocultó en su domicilio y la victoria del Alzamiento Nacional en la ciudad que encabezó el general Gonzalo Queipo de Llano.
La propia hermandad
cuenta en su web oficial esa historia. Asegura que "en la madrugada del 18 de julio de 1936 se produjo el
incendio intencionado de la Parroquia de San Gil Abad y de la Capilla propiedad de la hermandad. A las doce de la noche, después de un tiroteo intenso, con voces, carreras y golpes, se pudo reconocer que del templo de San Gil se veían salir llamas de todos sus rincones". Explica la Macarena que "los incendiarios se dirigieron a continuación al almacén de los pasos, situado frente al templo, pero al ser estos descubiertos por vecinos desde los balcones, desistieron realizar otro acto de vandalismo sobre las Imágenes, pasos y objetos que se guardaban allí. Las Imágenes del Señor de la Sentencia y de Nuestra Señora del Rosario fueron depositadas en el almacén de los pasos, frente a San Gil.
La Virgen de la Esperanza se trasladó al domicilio particular de un hermano. En el mes de octubre de ese año, la Hermandad se traslada a la Iglesia de la Anunciación".
En los disturbios que los fieles a la II República provocaron en la capital andaluza muchas iglesias y conventos que estaban en barrios obreros como Triana, la Macarena o San Bernardo fueron pastos de las llamas.
En San Gil se perdieron las cubiertas de madera de las naves del templo y enseres e imágenes. También ardieron Santa Marina, San Roque, la capilla del Monte-Sión, el Onmium Sanctorum, San Román, la parroquia de San Bernardo, la O, San Juan de la Palma y San Marcos.
El vínculo con Queipo de Llano
Tras la Guerra Civil se inició la construcción de un nuevo templo para albergar la imagen de la Esperanza Macarena ubicado justo al lado de la iglesia destruida tras el incendio del 18 de julio de 1936 por republicanos. Las obras se iniciaron en 1941 y terminaron ocho años después.
Uno de los impulsores de la obra fue el propio Queipo de Llano, que tras su fallecimiento en 1951 fue enterrado en la nueva Basílica.
La imagen fue rescatada por un hermano que la ocultó en su domicilio durante la contienda civil mientras el templo donde estaba fue destruido.
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