Aceptable a medias.
El meollo de la cuestión se le escapa.
Pero yo se lo explico, es demasiado importante para ignorarlo, o confundirlo.
El Alto Mando alemán no solicitó el Armisticio por que sus ejércitos hubieran sido derrotados.
En el tras*curso de los cuatro años que duró la guerra,las tropas alemanas y austrohúngaras lucharon siempre en territorio extranjero; en Bélgica, Francia, Italia, Serbia, Rumania, Grecia. Rusia...
Los Ejércitos Centrales nunca fueron vencidos en el campo de batalla, ni siquiera en Verdún, donde la heroica resistencia de los franceses hizo fracasar la ofensiva de Von Falkenhayn,pero sin que en el contraataque que siguió pudieran los galos obtener ventaja alguna.
El Gobierno alemán solicitó el Armisticio por que los grupos "espartakistas" y comunistas de Rosa Luxembourg y Liebknecht estaban convirtiendo la retaguardia alemana en un campo de batalla y amenazaban con desatar una revolución generalizada del mismo tipo que la sobrevenida en Rusia un año atrás.
Por otra parte, la entrada en guerra de los Estados Unidos convertía en problemática una rápida victoria germánica, y una victoria rápida era imprescindible si se quería evitar que la amenaza bolchevique interior degenerara en un cáncer imposible de controlar.
Por ese motivo, Berlín pidió el Armisticio sobre la base del programa de Wilson, esto es, de una «paz sin vencedores ni vencidos», para poder dedicar todo el peso de su esfuerzo contra el bolchevismo interior y el que se insinuaba, amenazador, en las fronteras orientales del Reich.
El Armisticio fue firmado como preludio de una paz negociada, y esto es fundamental entenderlo, porque un Armisticio acordado en tales condiciones de acuerdo previo, es muy diferente de una rendición incondicional..
«La guerra no debe terminarse con un acto de venganza. Ninguna nación, ningún pueblo deben ser robados o castigados. Ninguna anexión, ninguna contribución, ninguna indemnización.» afirmó el ministro plenipotenciario argentino, Dr.Honorio Pueyrredón,conceptos que reiteraría posteriormente cuando se firmó el Tratado de Versalles.
Éstas sabias y generosas fórmulas, hicieron que el Estado Mayor alemán depusiera las armas, creyendo en la palabra de honor y en las promesas de los estadistas aliados, promesas ratificadas bajo firma en el Armisticio de Compiégne, ellas constituyeron, sin duda alguna, el mayor crimen político de la Historia de Europa y prepararon con matemática certeza, la siguiente conflagración mundial.