Tusade
Madmaxista
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Hace 1.500 años, el Papa era un triste funcivago a cargo de una ciudad en ruinas llamada Roma. Le pagaba un tributo (una tasa) al Emperador de Constantinopla (al gobernador bizantino de Rávena para agilizar trámites) para que éste le reconociera como el verdadero Pope y no otro usurpador.
En esa época, el Papa había ganado popularidad entre los italianos, ya que se le recordaba por haber defendido Roma de Atila mientras los romanos orientales no hacían nada para defenderles. Además, el Papa no había alcanzado todavía el nivel de corrupción que luego llegó con la llamada "pronocracia", sino que, gracias a la actitud pía de los monjes y sacerdotes cristianos de la época, el Papa se había ganado la fama como defensor y juez de los romanos. Y por extensión, de los italianos.
Las conquistas bizantinas en Italia la dejaron hecha un erial, con la misma ciudad de Roma siendo sitiada y capturada hasta 3 veces. Ciudades abandonadas y saqueadas. Edificios y templos romanos hasta el momento intactos tuvieron que ser demolidos para ser utilizados como fuente de recursos.
Los italianos empezaron a llamar a los bizantinos "gréculos", con un tono despectivo, en el mismo sentido que nosotros llamanos "franchutes" a los franceses. La opinión italiana de los bizantinos no era nada buena. Se identificaban ellos mismos como romanos y cristianos, claro. Pero ese Imperio de Constantinopla les parecía algo demasiado extraño, demasiado lejano. Es algo así como la Unión Europea. Nosotros nos identificamos como europeos y cristianos, pero esta Unión Europea se nos hace extraña... y demasiado corrupta y burocrática.
Además, el Imperio bizantino tenía problemas financieros para pagar a todas las tropas y las milicias de la ciudad de Roma impedían la entrada de los funcivagos bizantinos como forma de protesta y amotinamiento. Tuvo que ser el Papa quien calmara a las milicias gracias a su buena reputación entre los romanos.
Cuando los demorados de los Isáuros llegaron al poder en Constantinopla y empezaron la destrucción iconoclasta, las cosas empeoraron ya que ni el Papa ni los italianos entendecían la locura del Emperador de romper las estatuas y obras de arte, como si fuese un bárbaro enloquecido.
En esa época, el Imperio de Oriente ya estaba bastante tocado por los árabes, búlgaros, serbios, lombardos,... Estos últimos invadieron Italia aprovechando la incapacidad del Imperio de defender sus territorios, amenazando la ciudad de Roma y al Papa.
El Papa pedía ayuda al Emperador Bizantino, pero lo único que enviaba eran funcivagos para que ayudasen al Papa a manejar la situación con los invasores de manera diplomática. Su manera de proceder era pedirle al Rey Lombardo que devolviese territorios del antiguo exarcado de Rávena al trono de San Pedro (al Papa, quiero decir), apelándole a su devoción cristiana, y que luego el Papa se los cediese a los bizantinos. Al final, viendo la inutilidad del Emperador de Constantinopla, el Papa decidió pedir ayuda a los francos y éstos sí defendieron al Papa de los lombardos, recuperando los territorios papales.
Y bueno, esa es mi visión de las cosas. Yo creo que el Papa actuó muy bien pidiendo ayuda a los francos en vez de a los bizantinos, porque el Emperador Bizantino era un incapaz y un poco agradable iconoclasta de cosa, que se dedicaba a saquear sus propios monasterios e iglesias. Tal como dicen en Skyrim, "las mejores estrategias las tras*miten los supervivientes". O algo así.
En esa época, el Papa había ganado popularidad entre los italianos, ya que se le recordaba por haber defendido Roma de Atila mientras los romanos orientales no hacían nada para defenderles. Además, el Papa no había alcanzado todavía el nivel de corrupción que luego llegó con la llamada "pronocracia", sino que, gracias a la actitud pía de los monjes y sacerdotes cristianos de la época, el Papa se había ganado la fama como defensor y juez de los romanos. Y por extensión, de los italianos.
Las conquistas bizantinas en Italia la dejaron hecha un erial, con la misma ciudad de Roma siendo sitiada y capturada hasta 3 veces. Ciudades abandonadas y saqueadas. Edificios y templos romanos hasta el momento intactos tuvieron que ser demolidos para ser utilizados como fuente de recursos.
Los italianos empezaron a llamar a los bizantinos "gréculos", con un tono despectivo, en el mismo sentido que nosotros llamanos "franchutes" a los franceses. La opinión italiana de los bizantinos no era nada buena. Se identificaban ellos mismos como romanos y cristianos, claro. Pero ese Imperio de Constantinopla les parecía algo demasiado extraño, demasiado lejano. Es algo así como la Unión Europea. Nosotros nos identificamos como europeos y cristianos, pero esta Unión Europea se nos hace extraña... y demasiado corrupta y burocrática.
Además, el Imperio bizantino tenía problemas financieros para pagar a todas las tropas y las milicias de la ciudad de Roma impedían la entrada de los funcivagos bizantinos como forma de protesta y amotinamiento. Tuvo que ser el Papa quien calmara a las milicias gracias a su buena reputación entre los romanos.
Cuando los demorados de los Isáuros llegaron al poder en Constantinopla y empezaron la destrucción iconoclasta, las cosas empeoraron ya que ni el Papa ni los italianos entendecían la locura del Emperador de romper las estatuas y obras de arte, como si fuese un bárbaro enloquecido.
En esa época, el Imperio de Oriente ya estaba bastante tocado por los árabes, búlgaros, serbios, lombardos,... Estos últimos invadieron Italia aprovechando la incapacidad del Imperio de defender sus territorios, amenazando la ciudad de Roma y al Papa.
El Papa pedía ayuda al Emperador Bizantino, pero lo único que enviaba eran funcivagos para que ayudasen al Papa a manejar la situación con los invasores de manera diplomática. Su manera de proceder era pedirle al Rey Lombardo que devolviese territorios del antiguo exarcado de Rávena al trono de San Pedro (al Papa, quiero decir), apelándole a su devoción cristiana, y que luego el Papa se los cediese a los bizantinos. Al final, viendo la inutilidad del Emperador de Constantinopla, el Papa decidió pedir ayuda a los francos y éstos sí defendieron al Papa de los lombardos, recuperando los territorios papales.
Y bueno, esa es mi visión de las cosas. Yo creo que el Papa actuó muy bien pidiendo ayuda a los francos en vez de a los bizantinos, porque el Emperador Bizantino era un incapaz y un poco agradable iconoclasta de cosa, que se dedicaba a saquear sus propios monasterios e iglesias. Tal como dicen en Skyrim, "las mejores estrategias las tras*miten los supervivientes". O algo así.