Viene a cuento recordar que durante el siglo XV el Ducado de Borgoña se convirtió en una de las potencias más poderosas de Europa Occidental al sumar a sus posesiones (las más de las veces por medio de una inteligente política matrimonial dinástica) originales (el propio Ducado, el Condado de Borgoña-Nevers o el Franco Condado) la gran mayoría de los Países Bajos (que incluían no solo las actuales Bélgica, Holanda y Luxemburgo sino también, a grosso modo, la región francesa actual de Norte-Paso de Calais, es decir feudos como Picardía o Artois, en cuanto a las zonas de los Países Bajos que no controlaban directamente, como el Obispado de Lieja, los duques de Borgoña ejercían en su política una gran influencia en cualquier caso. Cabe mencionar que de todos modos en esta época la ciudad de Calais no dejó de pertenecer nunca a Inglaterra, ni siquiera tras el fin de la Guerra de los Cien Años).
El duque Carlos el Temerario intentó expandir sus territorios (de hecho en última instancia sus pretensiones territoriales no eran muy distintas de lo que sería un mapa del antiguo Reino de Lotaringia, uno de los tres Reinos en que se dividió el Imperio carolingio tras el reinado de Ludovico Pío) y conseguir que finalmente se le ascendiera a la dignidad real, pero fracasó: en 1477 invadió el Ducado de Lorena (vasallo del Sacro Imperio Romano Germánico), no consiguió tomar la ciudad de Nancy, capital del Ducado, y posteriormente, al alejarse de la ciudad e intentar atravesar un puente fue asesinado por uno de los caballeros de su comitiva, sin descendencia masculina, posteriormente los Estados borgoñones pasarían a manos o bien de Francia (Borgoña-Nevers y la propia Borgoña) o a los Habsburgo (Franco Condado y las posesiones borgoñonas en los Países Bajos, que de hecho posteriormente heredarían Carlos I y los Habsburgo españoles). En cualquier caso, en ningún caso los duques de Borgoña consiguieron elevar sus Estados a la categoría real.
En otro orden de cosas, acabo de recordar que el Reino de Bohemia (que fue el único reino del Sacro Imperio Romano Germánico hasta la aparición del Reino de Prusia durante el siglo XVIII, que en principio fue una concesión del Emperador austríaco a Federico I, gobernante de la unión dinástica de los margraviatos de Brandeburgo y el Ducado de Prusia, por su apoyo militar a la causa austracista en la Guerra de Sucesión española, aunque al principio los reyes de Prusia no podían hacerse denominar así oficialmente sino Reyes "en" Prusia, costumbre que dejaron de llevar a cabo a medida que Prusia fue convirtiéndose en una potencia a nivel europeo) fue elevado a la condición real desde su condición anterior de ducado por medio de una bula del Sacro Emperador Romano Germánico Federico II. Claro que seguramente la concesión a un Estado del título de Reino no dependía de las mismas instancias en el Imperio que en el resto de Europa.