Alemania se reunificó en sus dos mentalidades distintas representando ambas lo peor de aquellos bloques enfrentados en primera línea. Fue muy caro y nada fácil pero la cuestión siempre es que exista una voluntad real de hacer las cosas además de la determinación de que no habrá marcha atrás. Nosotros imaginamos estas cosas desde nuestros paradigmas personales pero desconociendo el alcance que tiene el "poder" cuando se pone en marcha. Es pura voluntad y si algo así se iniciara, se iniciaría a su vez una nueva etapa en la historia de España a través de un elemento esencial en la vida de cualquier sociedad como es su estado anímico. Ponderar las dificultades materiales conferiría seriedad a esa aventura pero nunca llegaría a buen puerto poniéndolas delante de la propia voluntad de hacer... Parece que en ciertos asuntos se nos olvida que las grandes ocasiones siempre contaron con grandes voluntades. Nada con valor real es gratis en términos de esfuerzo y compromiso, y en ocasiones, incluso de apuro y sufrimiento.
España se está consumiendo ensimismada y ha entrado en esa fase autodestructiva en la que suelen entrar las personas incapaces de levantar la mirada de su propio ombligo. La reunificación de PR sería un golpe jovenlandesal muy positivo, como lo era el toque al tocadiscos cuando entraba en bucle... Nos estamos rayando hasta extremos suicidas.
Los españoles somos así y en realidad somos así todos los hispanos porque compartimos corazones muy parecidos. Necesitamos que nos quieran porque en ese querer encontramos una parte importante de nuestra seguridad emocional. Que nos quieran acaba haciendo que nos queramos un poco y cuando uno se quiere a sí mismo al punto de llegar a respetarse, cambia todo alrededor y las dificultades son menos y las penas menos dolorosas.