Redbull Vol. II
Madmaxista
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Pondre aqui una pequeña serie para relatar como fueron los acontecimientos politicos de la primera republica.
Empezaremos por el gobierno de Estanislao Figueras.
El reinado de Amadeo paso sin gloria y con bastante pena, y lo único que dejo fueron algunas curiosidades numismáticas, y quizás una lección para los que dicen que la solución para Isabel II hubiera sido dar el gobierno a Prim y compañía, no hay motivos para pensar que el gobierno de los progresistas con Doña Isabel II hubiera sido muy distinto del que fue con Amadeo, y hubiera supuesto un deterioro del prestigio de la institución monárquica de muy difícil reparación.
Las Cortes rápidamente proclamaron la república el 11 de Febrero de 1873, y los que hacía solo unos días eran monárquicos ahora eran republicanos, pero a estas alturas supongo que eso no asombrara a los lectores, este cambio lo explico muy bien el diputado Sr. Martos ahora presidente del congreso, y miembro de la mayoría radical
“Nosotros creemos dos cosas, que la monarquía no es una abstracción, que la monarquía es una realidad que se encarna en la vida de las sociedades humanas ¿Y dónde vamos nosotros los radicales a encarnar ahora el principio de la monarquía? ¿La vamos a encarnar en la restauración? Esto para nosotros sería una vergüenza ¿La vamos a encarnar en el carlismo? Esto es un imposible y un absurdo ¿Vamos a pensar en la quimera de una nueva elección de monarca? Pues pensaríamos en otro imposible. De modo que seguiremos creyendo que el principio monárquico es un buen guardador de la libertad y de la democracia, pero no teniendo encarnación posible, yo pregunto ¿Podemos honradamente hacer otra cosa que votar la república?
De estas palabras quizás lo más interesante sea la razón para descartar la restauración del los destronados, no la niega por ser malo para la libertad la prosperidad o la felicidad de España, no alega más razón que la vergüenza, es lógico preguntase ¿De qué tendrían vergüenza? ¿De reconocer su error? ¿De tener que reconocer que no habían sido capaces de mejorar nada y todo lo habían empeorado? Triste es que para evitarse la vergüenza de tener que asumir errores propios sometieran a España a lo que la república trajo.
El que la Cortes no tuviesen atribuciones para contra la constitución modificar la forma del estado, pasando de ser una monarquía a una república, era algo que a nadie pareció importarle. Lo constitucional hubiese sido formar un consejo de regencia y que este convocase elecciones constituyentes, pero todos tenían mucha prisa.
La república fue recibida con alborozo y alegría popular, alegría que solo podía ser fruto de la inconsciencia de lo que se venía.
La primera consecuencia de la república fue el recrudecimiento de la guerra carlista, con el regreso del pretendiente a suelo patrio, y la segunda fue que había que decidir qué tipo de república se quería, si unitaria o federal, nuestros próceres no estarían conformes si no se discutía sobre cuestiones que a nadie en el pueblo interesaban. Y por supuesto se aprestaban a redactar una nueva constitución. El primer presidente fue Estanislao Figueras, y su gobierno formado por ministros federalistas como Emilio Castelar en Estado; Francisco Pi y Margall en Gobernación; y Nicolás Salmerón en Gracia y Justicia y cinco radicales José Echegaray en Hacienda; Manuel Becerra y Bermúdez en Fomento; Francisco Salmeron en Ultramar; el general Fernando Fernández de Córdoba en Guerra y el almirante José María Beranguer en Marina, este gobierno duro poco, el 24 de febrero se prescindió de los ministros radicales, fue el fin del gobierno de conciliación, que como todos los anteriores fracaso por falta de acuerdo entra los ministros de distinto origen político. Quedando el gobierno entre dos fuegos, por un lado los republicanos federales intransigentes y por otro los radicales.
La alegría de los republicanos era desbordante y auguraban todo tipo de bienes y prosperidades a la nación gracias a la república, y de paso a ellos tambien que por primera vez se arrimaban a la ubérrima ubre del estado, no falto tampoco quien pensó que la república era la consumación de todos los disparates y en Andalucía hubo quien intento asaltar las cárceles para liberar a los presos o quien asalto la casa de los ricos del pueblo, en Febrero de 1873 en Montilla los disturbios costaron la vida a varias personas por el delito de ser los ricos del pueblo o ser pariente del alcalde, y el incendio de sus propiedades, tal era forma se entendía la libertad republicana, lo que no es de extrañar viendo el ejemplo que daban los políticos. El algunos pueblos se repartían las dehesas entre la gente sin tierras, lo que provocaba la emigración de los propietarios que querían conservar la vida, ya que la hacienda la consideraban perdida.
La indisciplina se extendía en el ejército, y a los oficiales les costaba ser obedecidos, difícil era mantener la disciplina cuando el ministro de la guerra era quien convirtiera a sargentos en tenientes o capitanes, o cuando el criterio para dar destinos era la afinidad política. La desmoralización de la tropa era tal que en Málaga la tropa abandono las armas y se autolicencio, siendo sus armas tomadas por el pueblo. Sucesos de ese tipo se repetían por toda España. Lo que al gobierno le pareció normal y nada importante, mientras que decía que quería mantener el orden.
Estados Unidos siempre dispuesta a aplaudir todo lo que supusiese males para España se apresuro a reconocer la república, tambien reconoció la república Suiza, que entonces era el modelo de nuestros republicanos federales que no caían en la cuenta de que Suiza la habitaban suizos y que los españoles distábamos mucho de su comportamiento cívico, la republicana Francia no lo hizo, en doce días ya llevábamos dos gobiernos, y no tenía pinta de que la cosa se estabilizase en un plazo razonable.
Los acontecimientos recientes de la Comuna en Paris levantaban temores en la población de Madrid que exigía a los alcaldes de barrio armas para mantener el orden en caso de motín generalizado, por supuesto los vecinos no confiaban en el gobierno para imponer la ley, máxime cuando notorios revolucionarios de la Internacional estaban en España y el gobierno no hacia nada por controlarlos.
Las primeras semanas de la república firmaron el acta de defunción del partido radical, que habiendo sido antiisabelino cuando se llamaba progresista paso a ser amadeista bajo Amadeo, y ahora pretendía ser republicano, cualquier cosa con tal de no dejar los despachos oficiales, pero los federales apretaban fuerte, y salieron vencedores. El 9 de Marzo se proclamo en Barcelona el estado catalán por parte de la Diputación, pero un oportuno viaje del presidente Figueras apago momentáneamente esa proclamación no sin trabajo.
Mientras tanto en Madrid los pocos diputados que acudían a las Cortes se dedicaban a tirarse los trastos a la cabeza los unos a los otros, poco edificante ejemplo que era seguido por el país entero. Se discutía como crear nuevos batallones de voluntarios cuando la guerra lo que necesitaba era más soldados en los batallones que ya estaban en el frente, eso sin mencionar que nadie decía como se había de pagar a esos voluntarios, no faltaban ayuntamientos o diputaciones como la de Barcelona que por su cuenta y riesgo decretaban abolidas las quintas, todo esto no conviene olvidarlo mientras España tenía a los carlistas en armas en la península y otra guerra en Cuba.
Mientras tanto Castelar a falta de asuntos importantes de que ocuparse, y con esa manía que tienen los revolucionarios triunfantes de cambiar cosas que a nadie importan y a nadie benefician se dedicaba a legislar las condecoraciones, suprimiéndolas, aunque peor era la ocupación de los pocos diputados que acudían a las cortes, ocupados contra toda legalidad y sin tener competencias para ello en aprobar subvenciones a oscuras empresas que el exhausto Tesoro Público no podría cubrir, del mismo modo que no podía cubrir el ejército de voluntarios pagaderos a 8 reales cada uno, que importaba dos tercios del total del presupuesto público.
El drama de la república es que gente como Figueras, Castelar o Pi y Margal eran magníficos teóricos capaces de escribir magnificas obras admiración de los teóricos y estudiosos de la política y con sus palabras y teorías destruían gobiernos, pero eran incapaces de construir nada duradero ni digno de perdurar, los encumbro su verbo, pero las naciones no viven de palabras, y nunca fueron capaces de comprender eso, veían asombrados que sus teorías de derrumbaban ante los embates de la cruel realidad y no comprendían como eso era posible, porque por mucho que supiesen no conocían el alma del pueblo español.
Asi el ministro Castelar que en su programa ministerial acertaba con las necesidades de España, que no eran otras que devolver la disciplina la ejercito, restaurar el orden público y sanear la hacienda, pero esto eran cosas que no se lograban con floridos y huecos discursos ni con citas de Suetonio.
La anarquía campaba a sus anchas por España, y los más horribles delitos no tenían castigo, parecía que al gobierno no le importase nada que ocurriese fuera de Madrid. La animadversión que en anteriores revoluciones fue contra los frailes ahora rea contra los burgueses, a quienes ante la ausencia de frailes ahora se acusaba de los mismos males que antes se achacaban a los religiosos, cambio el objetivo del repruebo pero no los métodos. Cualquier republicano sensato era acusado de reaccionario, los que antes eran los radicales más avanzados ahora habían sido sobrepasados y ahora eran tachados de conservadores, como Castelar que paso de demagogo a conservador sin haberse movido de sus ideas. Las familias pudientes emigraban en masa ya sea a Portugal o incluso a jovenlandia que ofrecía un gobierno más serio que España y mayores garantías personales.
Regreso Figueras a Madrid dejando Barcelona en calma pero solo aparentemente, los que habían proclamado el estado catalán desde la diputación seguían en sus cargos y solo esperaban otra ocasión más propicia, pasaban las semanas y se estaba en la misma situación que el primer día, España había dejado de ser una democracia para ser una oclocracia, las turbas eran las dueñas de la situación ante la inoperancia del gobierno. Pi y Margal preso de un optimismo patológico decía que no era para tanto y que las cosas se arreglarían por si solas con algo de tiempo.
El gobierno suspendió las sesiones de las Cortes y fue designada una comisión permanente en la que tenían mayoría los radicales, hasta que se formaran las nuevas Cortes constituyentes, que se elegirían entre el 10 y el 13 de Mayo, la elección de los miembros de esa comisión fue motivo de peleas personales más que políticas, y una vez formada la pelea continuo para decidir cuáles eran sus atribuciones, en franca disputa con el gobierno que no quería ser fiscalizado por comisión alguna
El desorden era tal que por toda España las manifestaciones de republicanos federales acudían a ayuntamientos y diputaciones para exigir la renuncia de los cargos elegidos democráticamente para ser sustituidos por republicanos elegidos por los manifestantes, contra toda ley y contra el sentido común, que en esa época parecía haber emigrado de España como tanta otra gente. Cuando los alcaldes de Extremadura acosados por las masas pidieron consejo y auxilio al gobierno este les contesto que cediesen el poder a las juntas revolucionaras
La empleomanía no había desparecido de España con la llegada de la república, la diferencia estaba en que antes los cesantes conspiraban políticamente para recuperar el puesto, y ahora lo hacían al frente de turbas violentas que no dudaban en incendiar o asesinar a quien se les oponía, no parece un adelanto ni un progreso.
Preparando las elecciones que habrían de ser constituyentes se formo una unidad de conservadores en el que los pocos antiguos moderados que aun estaban en España salieron de debajo de la cama para unirse con los antiguos radicales que a su vez habían sido antiguos miembros de la Unión Liberal, la unión entre moderados y unionistas llegaba siete años tarde, por si los conflictos no fuesen bastantes el conflicto entre el gobierno y las Cortes, por dilucidar quién tenía preeminencia subió de tono y el 23 de Abril Madrid amaneció ocupada por las milicias populares republicanas federales intransigentes defensoras del gobierno para oponerse a un tímido intento de los conservadores de dar un golpe de fuerza a cuyo frente estaba Serrano y otros generales conservadores, pero la verdad es que solo demostraron que carecían de tal fuerza capaz de oponerse a los republicanos intransigentes, el enfrentamiento se saldo con una victoria del gobierno sobre la comisión permanente de las Cortes que fue disuelta contra toda legalidad, en esta revuelta fue detenido el ex ministro Figuerola, que fue conducido a la guandoca del Saladero entre gritos de ladrón, justicia poética hacia quien se atrevió a lanzar esa misma perversos acusación contra la reina. En la guandoca tambien acabo Topete, aunque después fue liberado al no encontrar cargos contra él .Otras figuras conservadoras como Serrano tuvieron mejor suerte, huyendo a Francia, aunque tambien fueron buscados.
Vencedores los federales no falto quien dijese que la única legalidad valida era la “legalidad revolucionaria” y urgieron al gobierno a declarar la república federal sin esperar a elecciones constituyentes, Disolviendo diputaciones y ayuntamientos para borrar todo vestigio de legalidad constitucional, pues ellos eran la voz de la “voluntad popular” es una constante que todo vencedor de una revolución se crea ungido de una representación que solo está escrita con la punta de sus bayonetas o en los gritos de las masas, oclocracia pura y dura.
Está escrito en el destino de las revoluciones que una vez iniciadas estas, sus vencedores siempre son los más exaltados. En la búsqueda de Serrano y otros líderes conservadores se allanaron casas como la de su suegra, o la de la marquesa de Montijo y hoteles, todo ello sin mandamiento judicial ni orden de búsqueda legal, que lejos quedaban los tiempos de los legalismos de Bravo Murillo, aquel a quien llamaban (y algunos aun llaman) tirano represor. Sería interesante saber cuál era el pensamiento en esos días de Serrano, el que había sido aclamado hacia unos años como el héroe de Alcolea, que había recibido todos los honores imaginables, que había sido hasta candidato a rey de España, ahora se escondía a salto de mata como un bandolero, hasta llegar despojado de bigote a Francia.
En Francia se declaro abiertamente Alfonsino, y dijo que si no se presento directamente a la reina fue para no llamar la atención,
Analizando la situación política se podría resumir en que habíamos vuelto al absolutismo, un absolutismo republicano, en el que el gobierno no tenia que rendir cuentas a nadie y su voluntad era la ley, de la constitución ya nadie se acordaba quizás porque mencionarla era arriesgarse a ser tachado de reaccionario y acabar con sus huesos en la guandoca, dijo el gobierno “el gobierno dará en su día cuenta de esta resolución a las Cortes Constituyentes” Cortes que se encargaría de hacer a su medida, por supuesto.
En este golpe tuvo Castelar una digna intervención y de justicia es mencionarlo, salvando a miembros de la comisión parlamentaria de las turbas, llegando a decirles a los voluntarios republicanos
“si queréis tener el honor de apiolar a un republicano de toda la vida MATAD A CASTELAR”
El gobierno por escapar de la tutela de las cortes había caído en la tutela de las masas, mucho menos flexibles y tolerante, en el pecado tenia la penitencia. Los conservadores tampoco ofrecían un espectáculo mucho mas edificante, a tres días de las elecciones constituyentes aun discutían si presentarse a ellas, ni pensar en nombrar candidato a nadie, discutían mas entre ellos que contra el gobierno que los había borrado de un plumazo.
En las elecciones no solo se retrajeron los políticos conservadores, tambien lo hicieron sus electores, siendo la abstención mayoritaria en toda España, en Madrid solo voto el 28% del censo y en Cataluña el 25%, como es lógico los republicanos federales obtuvieron mayoría absolutisima, 343 escaños de 383 posibles. Como era costumbre lo que parecía solidísima mayoría pronto se dividiría en múltiples fracciones, que competían por ser cada una más radical que las otras.
Los republicanos federales quedaron divididos en tres facciones, la “derecha” capitaneada por Castelar, un grupo de centro que pensaba que la constitución sería la solución de todos los males, y a la izquierda los intransigentes que veían en la revolución la solución a todos los males.
Entre los diputados no faltaba quien quería disolver el ejercito, vender los barcos de la marina y suprimirla, abolir la magistratura y declarar innecesario el ministerio de Fomento, nada extraño pues para los socialistas de la época, el socialismo consistía en repartirse las tierras y el dinero de los ricos, lo que hacer cuando ese dinero se agotase era algo a lo que no tenían respuesta, pero tampoco importaba gran cosa porque nadie hacia esa pregunta, ya en el discurso de apertura el gobierno no contento a casi nadie, y las Cortes se convirtieron en un desfile de reproches mutuos sin que nadie propusiera algo con el mas mínimo sentido.
Lo novedoso es que los diputados se agruparon por provincias y regiones, como si el congreso fuese una cámara de representación territorial, que no lo era, luchando por imponer sus provincias por encima de las otras, es fácil pensar cuál sería el resultado de semejante cosa. Era el llevar las rivalidades vecinales entre pueblos al Congreso, el cainismo pueblerino de pelearse con el vecino elevado a política de estado.
Nadie se sentía obligado a obedecer al gobierno central y asi Salvoechea Alcalde de Cádiz se quedo con tres millones y medio que el gobierno de jovenlandia envió por su puerto a España como plazo del pago de la indemnización de la guerra, diciendo simplemente que eran necesarios en su cantón y por eso se los quedaba
Uno de los muchos fracasos de los republicanos fueron los cuerpos Francos de Voluntarios que se suponía serian capaces de ganar la guerra carlista y que en realidad solo servían para ejecutar motines, y desobedecer a sus oficiales a quienes no dudaban en amenazar si intentaban poner orden, en Tordera Barcelona los cuerpos francos violaron a las mujeres después de apiolar a los hermanos o maridos que intentaron defenderlas ¿Con soldados asi para que se necesitábamos carlistas? Es razonable pensar que la desidia del gobierno en reprimir tales excesos no era más que un plan preconcebido para disolver el ejército tal y como muchos reclamaba, dejando que la indisciplina y el crimen lo socavasen jovenlandesalmente, demoliéndolo desde dentro. Los federales desconfiaban profundamente del ejército y por eso no movían un dedo por mejorar su condición material, jovenlandesal ni combativa. Las reformas militares pueden ser un buen ejemplo de cómo se legislaba en la época, lejos de toda lógica y contacto con la realidad, se propone crear un ejercito profesional de voluntarios pagados a 8 reales diarios por hombre lo que daba una cantidad anual de 78 250 000 pesetas, algo que era en todo punto inasumible por la hacienda pública, lo cual no fue óbice para que se votase y aprobase, como no se presentaron los voluntarios necesarios fue necesario volver al sistema de quintas, esas mismas que todos habían prometido suprimir.
Asi describe Galdós las discusiones parlamentarias del momento.
"Las sesiones de las Constituyentes me atraían, y las más de las tardes las pasaba en la tribuna de la prensa, entretenido con el espectáculo de indescriptible confusión que daban los padres de la Patria. El individualismo sin freno, el flujo y reflujo de opiniones, desde las más sesudas a las más extravagantes, y la funesta espontaneidad de tantos oradores, enloquecían al espectador e imposibilitaban las funciones históricas. Días y noches tras*currieron sin que las Cortes dilucidaran en qué forma se había de nombrar Ministerio: si los ministros debían ser elegidos separadamente por el voto de cada diputado, o si era más conveniente autorizar a Figueras o a Pi para presentar la lista del nuevo Gobierno. Acordados y desechados fueron todos los sistemas. Era un juego pueril, que causaría risa si no nos moviese a grandísima pena".
El 7 de Junio de 1873 fue proclamada la república federal por las Cortes, el problema es que cada quien tenía su propia idea de los que significaba federal, Estanislao Figueras dimitió, encomendándose la formación de gobierno a Pi y Margal, pero sus gobierno eran rechazados por los intransigentes en las Cortes, lo que bloqueaba cualquier cambio, pero tampoco Figueras podía formar gobierno, todas sus listas eran rechazadas.
La situación era tal que el 11 de Junio de 1873 el presidente de la república Figueras, dimitió se subió a un tren y no se bajo hasta llegar a Paris. De él se puede decir que vio pronto lo que otros tardaron mucho en ver y algunos no alcanzaron a ver nunca, en el tren escribió a Nicolás Salmeron.
"Hemos prometido la federal, y la federal es imposible, hemos prometido hacer la felicidad del país con la república, y estamos labrando su desdicha. Yo no debo, no puedo, no quiero hacerme solidario de tamaña felonía. En una palabra, hemos defraudado las esperanzas del pueblo, y para nosotros todo ha concluido"
Empezaremos por el gobierno de Estanislao Figueras.
El reinado de Amadeo paso sin gloria y con bastante pena, y lo único que dejo fueron algunas curiosidades numismáticas, y quizás una lección para los que dicen que la solución para Isabel II hubiera sido dar el gobierno a Prim y compañía, no hay motivos para pensar que el gobierno de los progresistas con Doña Isabel II hubiera sido muy distinto del que fue con Amadeo, y hubiera supuesto un deterioro del prestigio de la institución monárquica de muy difícil reparación.
Las Cortes rápidamente proclamaron la república el 11 de Febrero de 1873, y los que hacía solo unos días eran monárquicos ahora eran republicanos, pero a estas alturas supongo que eso no asombrara a los lectores, este cambio lo explico muy bien el diputado Sr. Martos ahora presidente del congreso, y miembro de la mayoría radical
“Nosotros creemos dos cosas, que la monarquía no es una abstracción, que la monarquía es una realidad que se encarna en la vida de las sociedades humanas ¿Y dónde vamos nosotros los radicales a encarnar ahora el principio de la monarquía? ¿La vamos a encarnar en la restauración? Esto para nosotros sería una vergüenza ¿La vamos a encarnar en el carlismo? Esto es un imposible y un absurdo ¿Vamos a pensar en la quimera de una nueva elección de monarca? Pues pensaríamos en otro imposible. De modo que seguiremos creyendo que el principio monárquico es un buen guardador de la libertad y de la democracia, pero no teniendo encarnación posible, yo pregunto ¿Podemos honradamente hacer otra cosa que votar la república?
De estas palabras quizás lo más interesante sea la razón para descartar la restauración del los destronados, no la niega por ser malo para la libertad la prosperidad o la felicidad de España, no alega más razón que la vergüenza, es lógico preguntase ¿De qué tendrían vergüenza? ¿De reconocer su error? ¿De tener que reconocer que no habían sido capaces de mejorar nada y todo lo habían empeorado? Triste es que para evitarse la vergüenza de tener que asumir errores propios sometieran a España a lo que la república trajo.
El que la Cortes no tuviesen atribuciones para contra la constitución modificar la forma del estado, pasando de ser una monarquía a una república, era algo que a nadie pareció importarle. Lo constitucional hubiese sido formar un consejo de regencia y que este convocase elecciones constituyentes, pero todos tenían mucha prisa.
La república fue recibida con alborozo y alegría popular, alegría que solo podía ser fruto de la inconsciencia de lo que se venía.
La primera consecuencia de la república fue el recrudecimiento de la guerra carlista, con el regreso del pretendiente a suelo patrio, y la segunda fue que había que decidir qué tipo de república se quería, si unitaria o federal, nuestros próceres no estarían conformes si no se discutía sobre cuestiones que a nadie en el pueblo interesaban. Y por supuesto se aprestaban a redactar una nueva constitución. El primer presidente fue Estanislao Figueras, y su gobierno formado por ministros federalistas como Emilio Castelar en Estado; Francisco Pi y Margall en Gobernación; y Nicolás Salmerón en Gracia y Justicia y cinco radicales José Echegaray en Hacienda; Manuel Becerra y Bermúdez en Fomento; Francisco Salmeron en Ultramar; el general Fernando Fernández de Córdoba en Guerra y el almirante José María Beranguer en Marina, este gobierno duro poco, el 24 de febrero se prescindió de los ministros radicales, fue el fin del gobierno de conciliación, que como todos los anteriores fracaso por falta de acuerdo entra los ministros de distinto origen político. Quedando el gobierno entre dos fuegos, por un lado los republicanos federales intransigentes y por otro los radicales.
La alegría de los republicanos era desbordante y auguraban todo tipo de bienes y prosperidades a la nación gracias a la república, y de paso a ellos tambien que por primera vez se arrimaban a la ubérrima ubre del estado, no falto tampoco quien pensó que la república era la consumación de todos los disparates y en Andalucía hubo quien intento asaltar las cárceles para liberar a los presos o quien asalto la casa de los ricos del pueblo, en Febrero de 1873 en Montilla los disturbios costaron la vida a varias personas por el delito de ser los ricos del pueblo o ser pariente del alcalde, y el incendio de sus propiedades, tal era forma se entendía la libertad republicana, lo que no es de extrañar viendo el ejemplo que daban los políticos. El algunos pueblos se repartían las dehesas entre la gente sin tierras, lo que provocaba la emigración de los propietarios que querían conservar la vida, ya que la hacienda la consideraban perdida.
La indisciplina se extendía en el ejército, y a los oficiales les costaba ser obedecidos, difícil era mantener la disciplina cuando el ministro de la guerra era quien convirtiera a sargentos en tenientes o capitanes, o cuando el criterio para dar destinos era la afinidad política. La desmoralización de la tropa era tal que en Málaga la tropa abandono las armas y se autolicencio, siendo sus armas tomadas por el pueblo. Sucesos de ese tipo se repetían por toda España. Lo que al gobierno le pareció normal y nada importante, mientras que decía que quería mantener el orden.
Estados Unidos siempre dispuesta a aplaudir todo lo que supusiese males para España se apresuro a reconocer la república, tambien reconoció la república Suiza, que entonces era el modelo de nuestros republicanos federales que no caían en la cuenta de que Suiza la habitaban suizos y que los españoles distábamos mucho de su comportamiento cívico, la republicana Francia no lo hizo, en doce días ya llevábamos dos gobiernos, y no tenía pinta de que la cosa se estabilizase en un plazo razonable.
Los acontecimientos recientes de la Comuna en Paris levantaban temores en la población de Madrid que exigía a los alcaldes de barrio armas para mantener el orden en caso de motín generalizado, por supuesto los vecinos no confiaban en el gobierno para imponer la ley, máxime cuando notorios revolucionarios de la Internacional estaban en España y el gobierno no hacia nada por controlarlos.
Las primeras semanas de la república firmaron el acta de defunción del partido radical, que habiendo sido antiisabelino cuando se llamaba progresista paso a ser amadeista bajo Amadeo, y ahora pretendía ser republicano, cualquier cosa con tal de no dejar los despachos oficiales, pero los federales apretaban fuerte, y salieron vencedores. El 9 de Marzo se proclamo en Barcelona el estado catalán por parte de la Diputación, pero un oportuno viaje del presidente Figueras apago momentáneamente esa proclamación no sin trabajo.
Mientras tanto en Madrid los pocos diputados que acudían a las Cortes se dedicaban a tirarse los trastos a la cabeza los unos a los otros, poco edificante ejemplo que era seguido por el país entero. Se discutía como crear nuevos batallones de voluntarios cuando la guerra lo que necesitaba era más soldados en los batallones que ya estaban en el frente, eso sin mencionar que nadie decía como se había de pagar a esos voluntarios, no faltaban ayuntamientos o diputaciones como la de Barcelona que por su cuenta y riesgo decretaban abolidas las quintas, todo esto no conviene olvidarlo mientras España tenía a los carlistas en armas en la península y otra guerra en Cuba.
Mientras tanto Castelar a falta de asuntos importantes de que ocuparse, y con esa manía que tienen los revolucionarios triunfantes de cambiar cosas que a nadie importan y a nadie benefician se dedicaba a legislar las condecoraciones, suprimiéndolas, aunque peor era la ocupación de los pocos diputados que acudían a las cortes, ocupados contra toda legalidad y sin tener competencias para ello en aprobar subvenciones a oscuras empresas que el exhausto Tesoro Público no podría cubrir, del mismo modo que no podía cubrir el ejército de voluntarios pagaderos a 8 reales cada uno, que importaba dos tercios del total del presupuesto público.
El drama de la república es que gente como Figueras, Castelar o Pi y Margal eran magníficos teóricos capaces de escribir magnificas obras admiración de los teóricos y estudiosos de la política y con sus palabras y teorías destruían gobiernos, pero eran incapaces de construir nada duradero ni digno de perdurar, los encumbro su verbo, pero las naciones no viven de palabras, y nunca fueron capaces de comprender eso, veían asombrados que sus teorías de derrumbaban ante los embates de la cruel realidad y no comprendían como eso era posible, porque por mucho que supiesen no conocían el alma del pueblo español.
Asi el ministro Castelar que en su programa ministerial acertaba con las necesidades de España, que no eran otras que devolver la disciplina la ejercito, restaurar el orden público y sanear la hacienda, pero esto eran cosas que no se lograban con floridos y huecos discursos ni con citas de Suetonio.
La anarquía campaba a sus anchas por España, y los más horribles delitos no tenían castigo, parecía que al gobierno no le importase nada que ocurriese fuera de Madrid. La animadversión que en anteriores revoluciones fue contra los frailes ahora rea contra los burgueses, a quienes ante la ausencia de frailes ahora se acusaba de los mismos males que antes se achacaban a los religiosos, cambio el objetivo del repruebo pero no los métodos. Cualquier republicano sensato era acusado de reaccionario, los que antes eran los radicales más avanzados ahora habían sido sobrepasados y ahora eran tachados de conservadores, como Castelar que paso de demagogo a conservador sin haberse movido de sus ideas. Las familias pudientes emigraban en masa ya sea a Portugal o incluso a jovenlandia que ofrecía un gobierno más serio que España y mayores garantías personales.
Regreso Figueras a Madrid dejando Barcelona en calma pero solo aparentemente, los que habían proclamado el estado catalán desde la diputación seguían en sus cargos y solo esperaban otra ocasión más propicia, pasaban las semanas y se estaba en la misma situación que el primer día, España había dejado de ser una democracia para ser una oclocracia, las turbas eran las dueñas de la situación ante la inoperancia del gobierno. Pi y Margal preso de un optimismo patológico decía que no era para tanto y que las cosas se arreglarían por si solas con algo de tiempo.
El gobierno suspendió las sesiones de las Cortes y fue designada una comisión permanente en la que tenían mayoría los radicales, hasta que se formaran las nuevas Cortes constituyentes, que se elegirían entre el 10 y el 13 de Mayo, la elección de los miembros de esa comisión fue motivo de peleas personales más que políticas, y una vez formada la pelea continuo para decidir cuáles eran sus atribuciones, en franca disputa con el gobierno que no quería ser fiscalizado por comisión alguna
El desorden era tal que por toda España las manifestaciones de republicanos federales acudían a ayuntamientos y diputaciones para exigir la renuncia de los cargos elegidos democráticamente para ser sustituidos por republicanos elegidos por los manifestantes, contra toda ley y contra el sentido común, que en esa época parecía haber emigrado de España como tanta otra gente. Cuando los alcaldes de Extremadura acosados por las masas pidieron consejo y auxilio al gobierno este les contesto que cediesen el poder a las juntas revolucionaras
La empleomanía no había desparecido de España con la llegada de la república, la diferencia estaba en que antes los cesantes conspiraban políticamente para recuperar el puesto, y ahora lo hacían al frente de turbas violentas que no dudaban en incendiar o asesinar a quien se les oponía, no parece un adelanto ni un progreso.
Preparando las elecciones que habrían de ser constituyentes se formo una unidad de conservadores en el que los pocos antiguos moderados que aun estaban en España salieron de debajo de la cama para unirse con los antiguos radicales que a su vez habían sido antiguos miembros de la Unión Liberal, la unión entre moderados y unionistas llegaba siete años tarde, por si los conflictos no fuesen bastantes el conflicto entre el gobierno y las Cortes, por dilucidar quién tenía preeminencia subió de tono y el 23 de Abril Madrid amaneció ocupada por las milicias populares republicanas federales intransigentes defensoras del gobierno para oponerse a un tímido intento de los conservadores de dar un golpe de fuerza a cuyo frente estaba Serrano y otros generales conservadores, pero la verdad es que solo demostraron que carecían de tal fuerza capaz de oponerse a los republicanos intransigentes, el enfrentamiento se saldo con una victoria del gobierno sobre la comisión permanente de las Cortes que fue disuelta contra toda legalidad, en esta revuelta fue detenido el ex ministro Figuerola, que fue conducido a la guandoca del Saladero entre gritos de ladrón, justicia poética hacia quien se atrevió a lanzar esa misma perversos acusación contra la reina. En la guandoca tambien acabo Topete, aunque después fue liberado al no encontrar cargos contra él .Otras figuras conservadoras como Serrano tuvieron mejor suerte, huyendo a Francia, aunque tambien fueron buscados.
Vencedores los federales no falto quien dijese que la única legalidad valida era la “legalidad revolucionaria” y urgieron al gobierno a declarar la república federal sin esperar a elecciones constituyentes, Disolviendo diputaciones y ayuntamientos para borrar todo vestigio de legalidad constitucional, pues ellos eran la voz de la “voluntad popular” es una constante que todo vencedor de una revolución se crea ungido de una representación que solo está escrita con la punta de sus bayonetas o en los gritos de las masas, oclocracia pura y dura.
Está escrito en el destino de las revoluciones que una vez iniciadas estas, sus vencedores siempre son los más exaltados. En la búsqueda de Serrano y otros líderes conservadores se allanaron casas como la de su suegra, o la de la marquesa de Montijo y hoteles, todo ello sin mandamiento judicial ni orden de búsqueda legal, que lejos quedaban los tiempos de los legalismos de Bravo Murillo, aquel a quien llamaban (y algunos aun llaman) tirano represor. Sería interesante saber cuál era el pensamiento en esos días de Serrano, el que había sido aclamado hacia unos años como el héroe de Alcolea, que había recibido todos los honores imaginables, que había sido hasta candidato a rey de España, ahora se escondía a salto de mata como un bandolero, hasta llegar despojado de bigote a Francia.
En Francia se declaro abiertamente Alfonsino, y dijo que si no se presento directamente a la reina fue para no llamar la atención,
Analizando la situación política se podría resumir en que habíamos vuelto al absolutismo, un absolutismo republicano, en el que el gobierno no tenia que rendir cuentas a nadie y su voluntad era la ley, de la constitución ya nadie se acordaba quizás porque mencionarla era arriesgarse a ser tachado de reaccionario y acabar con sus huesos en la guandoca, dijo el gobierno “el gobierno dará en su día cuenta de esta resolución a las Cortes Constituyentes” Cortes que se encargaría de hacer a su medida, por supuesto.
En este golpe tuvo Castelar una digna intervención y de justicia es mencionarlo, salvando a miembros de la comisión parlamentaria de las turbas, llegando a decirles a los voluntarios republicanos
“si queréis tener el honor de apiolar a un republicano de toda la vida MATAD A CASTELAR”
El gobierno por escapar de la tutela de las cortes había caído en la tutela de las masas, mucho menos flexibles y tolerante, en el pecado tenia la penitencia. Los conservadores tampoco ofrecían un espectáculo mucho mas edificante, a tres días de las elecciones constituyentes aun discutían si presentarse a ellas, ni pensar en nombrar candidato a nadie, discutían mas entre ellos que contra el gobierno que los había borrado de un plumazo.
En las elecciones no solo se retrajeron los políticos conservadores, tambien lo hicieron sus electores, siendo la abstención mayoritaria en toda España, en Madrid solo voto el 28% del censo y en Cataluña el 25%, como es lógico los republicanos federales obtuvieron mayoría absolutisima, 343 escaños de 383 posibles. Como era costumbre lo que parecía solidísima mayoría pronto se dividiría en múltiples fracciones, que competían por ser cada una más radical que las otras.
Los republicanos federales quedaron divididos en tres facciones, la “derecha” capitaneada por Castelar, un grupo de centro que pensaba que la constitución sería la solución de todos los males, y a la izquierda los intransigentes que veían en la revolución la solución a todos los males.
Entre los diputados no faltaba quien quería disolver el ejercito, vender los barcos de la marina y suprimirla, abolir la magistratura y declarar innecesario el ministerio de Fomento, nada extraño pues para los socialistas de la época, el socialismo consistía en repartirse las tierras y el dinero de los ricos, lo que hacer cuando ese dinero se agotase era algo a lo que no tenían respuesta, pero tampoco importaba gran cosa porque nadie hacia esa pregunta, ya en el discurso de apertura el gobierno no contento a casi nadie, y las Cortes se convirtieron en un desfile de reproches mutuos sin que nadie propusiera algo con el mas mínimo sentido.
Lo novedoso es que los diputados se agruparon por provincias y regiones, como si el congreso fuese una cámara de representación territorial, que no lo era, luchando por imponer sus provincias por encima de las otras, es fácil pensar cuál sería el resultado de semejante cosa. Era el llevar las rivalidades vecinales entre pueblos al Congreso, el cainismo pueblerino de pelearse con el vecino elevado a política de estado.
Nadie se sentía obligado a obedecer al gobierno central y asi Salvoechea Alcalde de Cádiz se quedo con tres millones y medio que el gobierno de jovenlandia envió por su puerto a España como plazo del pago de la indemnización de la guerra, diciendo simplemente que eran necesarios en su cantón y por eso se los quedaba
Uno de los muchos fracasos de los republicanos fueron los cuerpos Francos de Voluntarios que se suponía serian capaces de ganar la guerra carlista y que en realidad solo servían para ejecutar motines, y desobedecer a sus oficiales a quienes no dudaban en amenazar si intentaban poner orden, en Tordera Barcelona los cuerpos francos violaron a las mujeres después de apiolar a los hermanos o maridos que intentaron defenderlas ¿Con soldados asi para que se necesitábamos carlistas? Es razonable pensar que la desidia del gobierno en reprimir tales excesos no era más que un plan preconcebido para disolver el ejército tal y como muchos reclamaba, dejando que la indisciplina y el crimen lo socavasen jovenlandesalmente, demoliéndolo desde dentro. Los federales desconfiaban profundamente del ejército y por eso no movían un dedo por mejorar su condición material, jovenlandesal ni combativa. Las reformas militares pueden ser un buen ejemplo de cómo se legislaba en la época, lejos de toda lógica y contacto con la realidad, se propone crear un ejercito profesional de voluntarios pagados a 8 reales diarios por hombre lo que daba una cantidad anual de 78 250 000 pesetas, algo que era en todo punto inasumible por la hacienda pública, lo cual no fue óbice para que se votase y aprobase, como no se presentaron los voluntarios necesarios fue necesario volver al sistema de quintas, esas mismas que todos habían prometido suprimir.
Asi describe Galdós las discusiones parlamentarias del momento.
"Las sesiones de las Constituyentes me atraían, y las más de las tardes las pasaba en la tribuna de la prensa, entretenido con el espectáculo de indescriptible confusión que daban los padres de la Patria. El individualismo sin freno, el flujo y reflujo de opiniones, desde las más sesudas a las más extravagantes, y la funesta espontaneidad de tantos oradores, enloquecían al espectador e imposibilitaban las funciones históricas. Días y noches tras*currieron sin que las Cortes dilucidaran en qué forma se había de nombrar Ministerio: si los ministros debían ser elegidos separadamente por el voto de cada diputado, o si era más conveniente autorizar a Figueras o a Pi para presentar la lista del nuevo Gobierno. Acordados y desechados fueron todos los sistemas. Era un juego pueril, que causaría risa si no nos moviese a grandísima pena".
El 7 de Junio de 1873 fue proclamada la república federal por las Cortes, el problema es que cada quien tenía su propia idea de los que significaba federal, Estanislao Figueras dimitió, encomendándose la formación de gobierno a Pi y Margal, pero sus gobierno eran rechazados por los intransigentes en las Cortes, lo que bloqueaba cualquier cambio, pero tampoco Figueras podía formar gobierno, todas sus listas eran rechazadas.
La situación era tal que el 11 de Junio de 1873 el presidente de la república Figueras, dimitió se subió a un tren y no se bajo hasta llegar a Paris. De él se puede decir que vio pronto lo que otros tardaron mucho en ver y algunos no alcanzaron a ver nunca, en el tren escribió a Nicolás Salmeron.
"Hemos prometido la federal, y la federal es imposible, hemos prometido hacer la felicidad del país con la república, y estamos labrando su desdicha. Yo no debo, no puedo, no quiero hacerme solidario de tamaña felonía. En una palabra, hemos defraudado las esperanzas del pueblo, y para nosotros todo ha concluido"
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