Redbull Vol. II
Madmaxista
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Cuarto y ultimo capitulo de las desventuras de la Primera republica española, con el gobierno de Castelar y Serrano, porque en realidad Serrano tambien fue presidente de la Republica
A Salmeron le sucedió Castelar, entonces presidente de las Cortes y Salmeron ocupo su lugar intercambiando puestos, Castelar obtuvo por unanimidad poderes extraordinarios para combatir la anarquía, después de tantos enjundiosos discursos con las teorías más disparatadas parecía que Castelar por fin le había visto las orejas el lobo. Para tener algo de paz Castelar tal y como hacían los por el denostados gobiernos isabelinos suspendió las sesiones de las Cortes, el que estas fuesen constituyentes y que estando suspendidas tambien se suspendían los trabajos de la nueva constitución era un detalle sin importancia, al menos para él.
Castelar rehabilito a los artilleros disueltos algo que se había esforzado en que Salmeron no hiciese poniendo todo tipo de obstáculos e intrigas, tambien firmo las penas de fin que Salmeron se había negado a firmar, y eso se noto en los frentes de guerra, el nuevo ministro de la guerra el general Sánchez Bregue si que era partidario de la disciplina, pero no solo de palabra como los anteriores, tambien lo era de hechos y no dudaba en firmar sentencias de fin cuando era necesario.
Resistía Cartagena, era una plaza fuerte y tenía una escuadra blindada y el gobierno no podía extraer tropas del frente del norte, pero sobre todo resistía porque confiaban en una rápida caída de Castelar y que un previsto futuro gobierno de Pi o Salmeron les otorgaría ventajosas condiciones.
Salmeron que dejo el poder voluntariamente, y que se declaro “muerto para la política contemporánea” solo unas semanas después tenía ganas de recobrarlo, y de reabrirse las cortes tendría amplia mayoría para derrocar a Castelar, que el pudiese formar gobierno ya era mucho más dudoso, se le ofreció a Castelar dar un golpe de estado o al menos prorrogar la suspensión de sesiones de las cortes que vencía el 2 de enero unos meses más cosa para la que estaba habilitado por los poderes extraordinarios recibidos, y para ello contaría con el apoyo del ejercito que ya notaba los beneficiosos efecto de la disciplina.
Castelar puso por encima de los intereses de la patria lo que él consideraba la legalidad, pena no aplicase ese principio varios años atrás.
Sucedió a finales de 1873 el asunto Virginius que estuvo cerca de provocar una guerra con USA que ya sería el colmo de las desdichas, en ese conflicto se cruzaron telegramas entre el Capitán General Jovellar y Castelar de los que reproduzco un extracto de uno porque pinta la situación de España en palabras del propio Castelar.
“Importantísimo, urgentísimo, Hasta hoy espere arreglar cuestión Virginius, desespero, Estados Unidos resuelto a guerra, que sería nuestra ruina y la perdidas de las Antillas, Nuestro estado es precario, 80 000 hombres tienen los carlistas, El Norte formidable, casi inaccesible, Pamplona y Bilbao sitiados, San Sebastián aislado, Santander amenazado, El Alto Aragón invadido, el Bajo tambien, Cataluña cada día mas molestada, En el Maestrazgo un diluvio de facciones, Cartagena a pesar del horrible bombardeo todavía se sostiene, y parece decidida a sostenerse mucho tiempo, Las fragatas sitiadoras y sitiadas componen nuestra escuadra entera, El patriotismo es palabra tan vana para los partidos españoles que las dificultades internacionales aumentaran sus brío y su repruebo al gobierno…”
(Historia de la Interinidad Ildefonso A. Bermejo Tomo III pág. 568)
Pena que Castelar no se acordase del patriotismo antes de meter a España en la situación en la que estaba, en lo que si tenía razón es en que España no estaba como para una guerra con USA, bueno ni con USA ni con nadie.
Los republicanos entre ellos Castelar que habían prometido una república de paz y que denostaban al ejercito, ahora en el poder no pensaban más que en cañones y en reclutar las quintas que había combatido con ardor, era curiosa esta revolución que empezó en 1868 que convertía a todo el que alcanzaba el poder en retrogrado derechista, revolucionario se presento Prim, pero en cuanto toco poder se le tacho de conservador, y asi ocurrió con todos los gobernantes del sexenio que le siguieron en el poder, incluso los más extremados demócratas como Castelar salieron del poder siendo conservadores.
Y como ha tal supuesto conservador sus rivales planearon separarle del poder con el arma usual para estos menesteres, que no era otra que la coalición de los que hasta el día anterior eran irreconciliables enemigos entre sí.
La oposición a Castelar estaba capitaneada por unos resucitados Salmeron y Pi y Margall que al parecen no pensaban que ya habían hecho bastante mal a España y pensaban hacer mas, la situación era tan desesperada que hasta Castelar parecía un buen presidente,
Pavía, Capitán General de Castilla la Nueva con base en Madrid, en contacto con los jefes de ejército en el Norte y Cataluña con buen juicio decidió que no se podía volver a los errores de meses atrás y dar un golpe de no salir electo Castelar en la Cortes reabiertas, radicales y conservadores tambien estaban de acuerdo.
La sesión del 2 de Enero siguió el guion previsto y Castelar fue derrotado por Salmeron, Castelar hizo profesión de republicanismo y es en este debate en el que dice que prefiere una dictadura militar dentro de la república antes que el mas bondadoso de todos los reyes, y no se puede dudar de la sinceridad de sus palabras pues ciertamente había destronado a la mas bondadosa de todas las reina para meter a España en la dictadura de la anarquía. En esa sesión tambien dijo que él era republicano de siempre, y que fue condenado al garrote vil por la “dinastía de los Borbones” olvidándose de que fue la Justicia y no la reina quien lo condeno, y que fue la reina precisamente quien le salvo de su merecido castigo.
A pesar de la importancia de la sesión solo tres quintos de los diputados estaban presentes, el 3 de Enero y cuando se estaba votando al nuevo presidente que previsiblemente seria Eduardo Palanca, la Guardia Civil a las ordenes de Pavía entraron en el hemiciclo justo cuando los diputados con Castelar a la cabeza decían que morirían en sus asientos y tras un par de tiros al aire se disolvió la sesión, lo de que Pavía entro a caballo solo es una bonita leyenda. Eso si los exaltado republicanos les falto tiempo para salir por las ventanas pues la puerta estaba muy lejos al parecer.
No falta quien para demostrar la debilidad del régimen de Isabel II aduce la facilidad con que cayó, olvidando las múltiples intentonas fracasadas antes de septiembre de 68 y que aun en esas circunstancias la reina encontró a Novaliches y a todo un cuerpo de ejército para batirse en su nombre en el campo del honor, la república no encontró a nadie que la defendiera, ¿Qué conclusión deberíamos sacar de esto? A la que llega un servidos es que el régimen verdaderamente decrepito era la república que en un solo año consumió toda la ilusión que su llegada genero entre los incautos que la aplaudieron
La mañana siguiente en el edificio de las Cortes se reunieron los generales Serrano Topete y Pavía, convocando a todos lo generales del la revolución de Septiembre de 68 y a los civiles Sagasta, Rivero, Martos, Chao, Becerra Echegaray, Cánovas del Castillo , Elduayen y García Ruiz, decidiendo que Serrano seria Presidente del Poder Ejecutivo de la República, por lo que se puede decir que Serrano era el quinto presidente de la república española, Castelar fue invitado a la reunión pero declino acudir. Los alfonsinos aplaudieron el movimiento pero se mantuvieron al margen del nuevo gobierno, el que mantuviese la ficción de la república en el nombre no les gusto, ellos preferían una regencia preparatoria del regreso de la monarquía.
El gobierno quedó formado por Serrano en la presidencia, Sagasta en Estado, Martos en Justicia, Zabala en Guerra, Topete en Marina, Echegaray en Hacienda, García Ruiz en Gobernación, Mosquera en Fomento y Balaguer en Ultramar, todos ellos radicales y conservadores menos García Ruiz que era republicano unitario y partidario de la ley y el orden.
En Madrid no hubo resistencia, al día siguiente los 10 000 republicanos Voluntarios de la Libertad hacían cola para entregar sus armas obedeciendo el bando de Pavía, y la que existió en Zaragoza, Valladolid o Barcelona tampoco fue muy duradera y fue vencida fácilmente en unas horas pese a las amenazas y jactancia de los intransigentes, la indiferencia cuando no el desafecto hacia la república federal o no federal, era mayoritaria, la gente lo que quería era ley y orden que ya tocaba.
El gobierno de Serrano fue reconocido por Francia y el resto de potencias europeas que no lo habían hecho con los gobiernos republicanos.
Hay que destacar que el golpe no era contra Castelar, se espero a que perdiese la votación e incluso se le ofreció participar en el nuevo gobierno, del que solo es excluiría a carlistas y federales, pero Castelar mas amante de lo que entendía por legalidad que de España lo rechazo, pena no tuviese esos escrúpulos cuando de destronar a doña Isabel II se trataba.
Efecto del cambio de gobierno fue la rendición de Cartagena una vez disipadas las esperanzas de un gobierno favorable a sus locas teorías, pudiendo el gobierno centrarse en la guerra contra los carlistas en el norte, Serrano se puso al frente del ejercito del norte, a fin de levantar el sitio de Bilbao, tambien salió hacia el norte el general Concha, marqués del Duero, consiguiéndose liberar Bilbao. Muriendo después en el ataque a Estella. El general Martínez Campos intento que el general Concha aprovechase la victoria para levantar la bandera de Alfonso XII, pero con buen criterio Concha le dejo claro que era precipitado.
Volvió Serrano a Madrid, el país era una balsa de aceite en el sentido político, la frenética actividad política desapareció como desaparece las nubes tras la tormenta, no hubo represión ni hizo falta, todos los esfuerzos se centraban en la guerra contra los carlistas, los alfonsinos era los únicos que podían desvelar un poco a Serrano, pero Cánovas no quería un golpe de fuerza.
Finalmente Martínez Campos se canso de esperar y el 29 de diciembre proclamo a Alfonso XII rey de España, el gobierno presidido por Sagasta fue sorprendido por los acontecimientos, convocando un consejo de ministros urgente para tratar el asunto, Serrano estaba en el frente de guerra en el norte, se detuvo a Cánovas del Castillo y a otros notorios alfonsinos en Madrid, En Valencia el general Jovellar al frente del ejercito del centro se unió a Martínez Campos, La conspiración militar alfonsina tenia hondas raíces en el ejército y eran muchos los generales implicados, se levanto la bandera Alfonsina además de en Sagunto en Mérida, en Ciudad Real, en Sevilla, en Cádiz, en Valencia, en Badajoz, y tambien en Madrid el capitán general Primo de Rivera se sumo al movimiento.
Sagasta comprendió la fuerza del movimiento y telegrafió a Serrano “esto no tiene remedio” no era solo el ejercito, el pueblo tambien quería tener un rey, y un rey constitucional no el carlista. Los generales del norte decidieron no retirar un solo soldado del frente para sofocar la proclamación y asi se lo comunicaron a Serrano.
El día 30 conferencio telegráficamente el gobierno con Serrano, en la cual le comunican que la guarnición de Madrid se ha pronunciado y que no tienen fuerzas que oponer al movimiento, Serrano decide no oponerse a la proclamación, la conferencia telegráfica fue un poco como el dialogo famoso del humorista, “Sino es por no ir” “Si hay que ir se va” “Pero ir para na es tontería” Serrano se retiro discretamente a Francia, estando reunido el gobierno en la noche fue disuelto por Primo de Rivera, sin oposición de los ministros. Asumiendo todos los poderes interinamente Primo de Rivera.
Es razonable pensar que al menos tácitamente Serrano tambien estaba implicado en el movimiento, o al menos que estaba al corriente y lo dejo actuar, aunque no es raro en el que teniendo el pleno poder lo ceda sin resistencia, tal y como había hecho en ocasiones anteriores, es una curiosa figura la de Serrano, participe en todas las conspiraciones, pero poco dado a aferrarse al poder, lo que lo diferencia de otros “salvapatrias” que una vez se sientan en la poltrona intentan atornillarse a ella, como Prim sin ir más lejos, u otros más recientes en la historia de España.
El día 30 se público lo siguiente en la Gaceta (el Boe de la epoca)
Ministerio-Regencia.
Proclamado por la nación y el ejército el rey don Alfonso de Borbón y Borbón, ha llegado el caso de usar de los poderes que por Real Decreto de 22 de Agosto de 1873 se me confirieron. En su virtud, y en nombre de S.M. el Rey, vengo en decretar lo siguiente: El ministerio regencia que ha de gobernar el reinado hasta la llegada a Madrid del rey don Alfonso, se compondrá, bajo mi presidencia, de las personas que siguen, Ministro de Estado, Don Alejandro Castro, ministro que ha sido de Hacienda y Ultramar y embajador en Roma, ministro de Gracia y justicia, Don Francisco de Cárdenas, antiguo consejero de Estado, ministro de la Guerra, el teniente general don Joaquín Jovellar, general en jefe del ejercito del centro, ministro de Hacienda, Don Pedro Salaverria, ministro que ha sido de Fomento y Hacienda, ministro de Marina, Don Mariano Roca de Togores, marqués de Molins, ministro que ha sido de Marina, Fomento y directo de la Academia Española, ministro de gobernación, don Francisco Romero Robledo, ministro que ha sido de Fomento, ministro de Fomento, Don Manuel de Orovio, marqués de Orovio, ministro que ha sido de hacienda y de Fomento, ministro de Ultramar, don Abelardo López de Ayala, ministro que ha sido de Ultramar.
Madrid 31 de Diciembre de 1874
El presidente del Ministerio Regencia.
Don Antonio Cánovas del Castillo
Es de destacar que Cánovas destaca que todos sus ministros han sido ministros anteriormente con excepción de Jovellar, ministro de la Guerra, para hacer ver que sus ministros no eran unos advenedizos sin experiencia en gobernanza como ocurría en el sexenio, y es de notar tambien que Martínez Campos no está en el gobierno, tal y como dijo la reina Doña Isabel era la primera vez que triunfante el elemento militar cedía voluntariamente el poder al elemento civil.
Tras el golpe de Cánovas tampoco hubo represión política, mas allá de unos prudentes ceses de los republicanos más significados.
Era el fin del paseo por los infiernos de España
A Salmeron le sucedió Castelar, entonces presidente de las Cortes y Salmeron ocupo su lugar intercambiando puestos, Castelar obtuvo por unanimidad poderes extraordinarios para combatir la anarquía, después de tantos enjundiosos discursos con las teorías más disparatadas parecía que Castelar por fin le había visto las orejas el lobo. Para tener algo de paz Castelar tal y como hacían los por el denostados gobiernos isabelinos suspendió las sesiones de las Cortes, el que estas fuesen constituyentes y que estando suspendidas tambien se suspendían los trabajos de la nueva constitución era un detalle sin importancia, al menos para él.
Castelar rehabilito a los artilleros disueltos algo que se había esforzado en que Salmeron no hiciese poniendo todo tipo de obstáculos e intrigas, tambien firmo las penas de fin que Salmeron se había negado a firmar, y eso se noto en los frentes de guerra, el nuevo ministro de la guerra el general Sánchez Bregue si que era partidario de la disciplina, pero no solo de palabra como los anteriores, tambien lo era de hechos y no dudaba en firmar sentencias de fin cuando era necesario.
Resistía Cartagena, era una plaza fuerte y tenía una escuadra blindada y el gobierno no podía extraer tropas del frente del norte, pero sobre todo resistía porque confiaban en una rápida caída de Castelar y que un previsto futuro gobierno de Pi o Salmeron les otorgaría ventajosas condiciones.
Salmeron que dejo el poder voluntariamente, y que se declaro “muerto para la política contemporánea” solo unas semanas después tenía ganas de recobrarlo, y de reabrirse las cortes tendría amplia mayoría para derrocar a Castelar, que el pudiese formar gobierno ya era mucho más dudoso, se le ofreció a Castelar dar un golpe de estado o al menos prorrogar la suspensión de sesiones de las cortes que vencía el 2 de enero unos meses más cosa para la que estaba habilitado por los poderes extraordinarios recibidos, y para ello contaría con el apoyo del ejercito que ya notaba los beneficiosos efecto de la disciplina.
Castelar puso por encima de los intereses de la patria lo que él consideraba la legalidad, pena no aplicase ese principio varios años atrás.
Sucedió a finales de 1873 el asunto Virginius que estuvo cerca de provocar una guerra con USA que ya sería el colmo de las desdichas, en ese conflicto se cruzaron telegramas entre el Capitán General Jovellar y Castelar de los que reproduzco un extracto de uno porque pinta la situación de España en palabras del propio Castelar.
“Importantísimo, urgentísimo, Hasta hoy espere arreglar cuestión Virginius, desespero, Estados Unidos resuelto a guerra, que sería nuestra ruina y la perdidas de las Antillas, Nuestro estado es precario, 80 000 hombres tienen los carlistas, El Norte formidable, casi inaccesible, Pamplona y Bilbao sitiados, San Sebastián aislado, Santander amenazado, El Alto Aragón invadido, el Bajo tambien, Cataluña cada día mas molestada, En el Maestrazgo un diluvio de facciones, Cartagena a pesar del horrible bombardeo todavía se sostiene, y parece decidida a sostenerse mucho tiempo, Las fragatas sitiadoras y sitiadas componen nuestra escuadra entera, El patriotismo es palabra tan vana para los partidos españoles que las dificultades internacionales aumentaran sus brío y su repruebo al gobierno…”
(Historia de la Interinidad Ildefonso A. Bermejo Tomo III pág. 568)
Pena que Castelar no se acordase del patriotismo antes de meter a España en la situación en la que estaba, en lo que si tenía razón es en que España no estaba como para una guerra con USA, bueno ni con USA ni con nadie.
Los republicanos entre ellos Castelar que habían prometido una república de paz y que denostaban al ejercito, ahora en el poder no pensaban más que en cañones y en reclutar las quintas que había combatido con ardor, era curiosa esta revolución que empezó en 1868 que convertía a todo el que alcanzaba el poder en retrogrado derechista, revolucionario se presento Prim, pero en cuanto toco poder se le tacho de conservador, y asi ocurrió con todos los gobernantes del sexenio que le siguieron en el poder, incluso los más extremados demócratas como Castelar salieron del poder siendo conservadores.
Y como ha tal supuesto conservador sus rivales planearon separarle del poder con el arma usual para estos menesteres, que no era otra que la coalición de los que hasta el día anterior eran irreconciliables enemigos entre sí.
La oposición a Castelar estaba capitaneada por unos resucitados Salmeron y Pi y Margall que al parecen no pensaban que ya habían hecho bastante mal a España y pensaban hacer mas, la situación era tan desesperada que hasta Castelar parecía un buen presidente,
Pavía, Capitán General de Castilla la Nueva con base en Madrid, en contacto con los jefes de ejército en el Norte y Cataluña con buen juicio decidió que no se podía volver a los errores de meses atrás y dar un golpe de no salir electo Castelar en la Cortes reabiertas, radicales y conservadores tambien estaban de acuerdo.
La sesión del 2 de Enero siguió el guion previsto y Castelar fue derrotado por Salmeron, Castelar hizo profesión de republicanismo y es en este debate en el que dice que prefiere una dictadura militar dentro de la república antes que el mas bondadoso de todos los reyes, y no se puede dudar de la sinceridad de sus palabras pues ciertamente había destronado a la mas bondadosa de todas las reina para meter a España en la dictadura de la anarquía. En esa sesión tambien dijo que él era republicano de siempre, y que fue condenado al garrote vil por la “dinastía de los Borbones” olvidándose de que fue la Justicia y no la reina quien lo condeno, y que fue la reina precisamente quien le salvo de su merecido castigo.
A pesar de la importancia de la sesión solo tres quintos de los diputados estaban presentes, el 3 de Enero y cuando se estaba votando al nuevo presidente que previsiblemente seria Eduardo Palanca, la Guardia Civil a las ordenes de Pavía entraron en el hemiciclo justo cuando los diputados con Castelar a la cabeza decían que morirían en sus asientos y tras un par de tiros al aire se disolvió la sesión, lo de que Pavía entro a caballo solo es una bonita leyenda. Eso si los exaltado republicanos les falto tiempo para salir por las ventanas pues la puerta estaba muy lejos al parecer.
No falta quien para demostrar la debilidad del régimen de Isabel II aduce la facilidad con que cayó, olvidando las múltiples intentonas fracasadas antes de septiembre de 68 y que aun en esas circunstancias la reina encontró a Novaliches y a todo un cuerpo de ejército para batirse en su nombre en el campo del honor, la república no encontró a nadie que la defendiera, ¿Qué conclusión deberíamos sacar de esto? A la que llega un servidos es que el régimen verdaderamente decrepito era la república que en un solo año consumió toda la ilusión que su llegada genero entre los incautos que la aplaudieron
La mañana siguiente en el edificio de las Cortes se reunieron los generales Serrano Topete y Pavía, convocando a todos lo generales del la revolución de Septiembre de 68 y a los civiles Sagasta, Rivero, Martos, Chao, Becerra Echegaray, Cánovas del Castillo , Elduayen y García Ruiz, decidiendo que Serrano seria Presidente del Poder Ejecutivo de la República, por lo que se puede decir que Serrano era el quinto presidente de la república española, Castelar fue invitado a la reunión pero declino acudir. Los alfonsinos aplaudieron el movimiento pero se mantuvieron al margen del nuevo gobierno, el que mantuviese la ficción de la república en el nombre no les gusto, ellos preferían una regencia preparatoria del regreso de la monarquía.
El gobierno quedó formado por Serrano en la presidencia, Sagasta en Estado, Martos en Justicia, Zabala en Guerra, Topete en Marina, Echegaray en Hacienda, García Ruiz en Gobernación, Mosquera en Fomento y Balaguer en Ultramar, todos ellos radicales y conservadores menos García Ruiz que era republicano unitario y partidario de la ley y el orden.
En Madrid no hubo resistencia, al día siguiente los 10 000 republicanos Voluntarios de la Libertad hacían cola para entregar sus armas obedeciendo el bando de Pavía, y la que existió en Zaragoza, Valladolid o Barcelona tampoco fue muy duradera y fue vencida fácilmente en unas horas pese a las amenazas y jactancia de los intransigentes, la indiferencia cuando no el desafecto hacia la república federal o no federal, era mayoritaria, la gente lo que quería era ley y orden que ya tocaba.
El gobierno de Serrano fue reconocido por Francia y el resto de potencias europeas que no lo habían hecho con los gobiernos republicanos.
Hay que destacar que el golpe no era contra Castelar, se espero a que perdiese la votación e incluso se le ofreció participar en el nuevo gobierno, del que solo es excluiría a carlistas y federales, pero Castelar mas amante de lo que entendía por legalidad que de España lo rechazo, pena no tuviese esos escrúpulos cuando de destronar a doña Isabel II se trataba.
Efecto del cambio de gobierno fue la rendición de Cartagena una vez disipadas las esperanzas de un gobierno favorable a sus locas teorías, pudiendo el gobierno centrarse en la guerra contra los carlistas en el norte, Serrano se puso al frente del ejercito del norte, a fin de levantar el sitio de Bilbao, tambien salió hacia el norte el general Concha, marqués del Duero, consiguiéndose liberar Bilbao. Muriendo después en el ataque a Estella. El general Martínez Campos intento que el general Concha aprovechase la victoria para levantar la bandera de Alfonso XII, pero con buen criterio Concha le dejo claro que era precipitado.
Volvió Serrano a Madrid, el país era una balsa de aceite en el sentido político, la frenética actividad política desapareció como desaparece las nubes tras la tormenta, no hubo represión ni hizo falta, todos los esfuerzos se centraban en la guerra contra los carlistas, los alfonsinos era los únicos que podían desvelar un poco a Serrano, pero Cánovas no quería un golpe de fuerza.
Finalmente Martínez Campos se canso de esperar y el 29 de diciembre proclamo a Alfonso XII rey de España, el gobierno presidido por Sagasta fue sorprendido por los acontecimientos, convocando un consejo de ministros urgente para tratar el asunto, Serrano estaba en el frente de guerra en el norte, se detuvo a Cánovas del Castillo y a otros notorios alfonsinos en Madrid, En Valencia el general Jovellar al frente del ejercito del centro se unió a Martínez Campos, La conspiración militar alfonsina tenia hondas raíces en el ejército y eran muchos los generales implicados, se levanto la bandera Alfonsina además de en Sagunto en Mérida, en Ciudad Real, en Sevilla, en Cádiz, en Valencia, en Badajoz, y tambien en Madrid el capitán general Primo de Rivera se sumo al movimiento.
Sagasta comprendió la fuerza del movimiento y telegrafió a Serrano “esto no tiene remedio” no era solo el ejercito, el pueblo tambien quería tener un rey, y un rey constitucional no el carlista. Los generales del norte decidieron no retirar un solo soldado del frente para sofocar la proclamación y asi se lo comunicaron a Serrano.
El día 30 conferencio telegráficamente el gobierno con Serrano, en la cual le comunican que la guarnición de Madrid se ha pronunciado y que no tienen fuerzas que oponer al movimiento, Serrano decide no oponerse a la proclamación, la conferencia telegráfica fue un poco como el dialogo famoso del humorista, “Sino es por no ir” “Si hay que ir se va” “Pero ir para na es tontería” Serrano se retiro discretamente a Francia, estando reunido el gobierno en la noche fue disuelto por Primo de Rivera, sin oposición de los ministros. Asumiendo todos los poderes interinamente Primo de Rivera.
Es razonable pensar que al menos tácitamente Serrano tambien estaba implicado en el movimiento, o al menos que estaba al corriente y lo dejo actuar, aunque no es raro en el que teniendo el pleno poder lo ceda sin resistencia, tal y como había hecho en ocasiones anteriores, es una curiosa figura la de Serrano, participe en todas las conspiraciones, pero poco dado a aferrarse al poder, lo que lo diferencia de otros “salvapatrias” que una vez se sientan en la poltrona intentan atornillarse a ella, como Prim sin ir más lejos, u otros más recientes en la historia de España.
El día 30 se público lo siguiente en la Gaceta (el Boe de la epoca)
Ministerio-Regencia.
Proclamado por la nación y el ejército el rey don Alfonso de Borbón y Borbón, ha llegado el caso de usar de los poderes que por Real Decreto de 22 de Agosto de 1873 se me confirieron. En su virtud, y en nombre de S.M. el Rey, vengo en decretar lo siguiente: El ministerio regencia que ha de gobernar el reinado hasta la llegada a Madrid del rey don Alfonso, se compondrá, bajo mi presidencia, de las personas que siguen, Ministro de Estado, Don Alejandro Castro, ministro que ha sido de Hacienda y Ultramar y embajador en Roma, ministro de Gracia y justicia, Don Francisco de Cárdenas, antiguo consejero de Estado, ministro de la Guerra, el teniente general don Joaquín Jovellar, general en jefe del ejercito del centro, ministro de Hacienda, Don Pedro Salaverria, ministro que ha sido de Fomento y Hacienda, ministro de Marina, Don Mariano Roca de Togores, marqués de Molins, ministro que ha sido de Marina, Fomento y directo de la Academia Española, ministro de gobernación, don Francisco Romero Robledo, ministro que ha sido de Fomento, ministro de Fomento, Don Manuel de Orovio, marqués de Orovio, ministro que ha sido de hacienda y de Fomento, ministro de Ultramar, don Abelardo López de Ayala, ministro que ha sido de Ultramar.
Madrid 31 de Diciembre de 1874
El presidente del Ministerio Regencia.
Don Antonio Cánovas del Castillo
Es de destacar que Cánovas destaca que todos sus ministros han sido ministros anteriormente con excepción de Jovellar, ministro de la Guerra, para hacer ver que sus ministros no eran unos advenedizos sin experiencia en gobernanza como ocurría en el sexenio, y es de notar tambien que Martínez Campos no está en el gobierno, tal y como dijo la reina Doña Isabel era la primera vez que triunfante el elemento militar cedía voluntariamente el poder al elemento civil.
Tras el golpe de Cánovas tampoco hubo represión política, mas allá de unos prudentes ceses de los republicanos más significados.
Era el fin del paseo por los infiernos de España
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