La culpa, como no podía ser de otra forma, es de los padres.
Los padres no son ni deben intentar ser los amigos y compinches de sus hijos. Su obligación consiste en prepararlos para la vida que afrontarán, y en en lo duro que será esta y lo difícil que será vivirla.
Los padres tienen la responsabilidad de enseñarles responsabilidad y valores a sus hijos. De formarlos con disciplina y estructura y no con engreimientos y haciéndoles creer que son "especiales" solo porque sí.
Y una gran responsabilidad hoy en día, especialmente en países progres, es protegerlos de la propaganda marxista socialista poco equilibrada de las ideologías mediáticas de hoy en día.