Ya ante nuestro evidente declive físico volvemos a fijarnos en la edad dorada de nuestra especie......(somos una especie en regresión evolutiva)
Dieta paleolítica o la obsesión por comer sano
La forma de alimentarnos ha ido cambiando al tiempo que la civilización avanza.
La industria ha introducido alimentos apetitosos pero menos saludables que los que podemos extraer (en bruto) de la naturaleza, alimentos destinados a satisfacer nuestro paladar en lugar de nutrir nuestro cuerpo. Tantos siglos de evolución para esto.
Una nueva corriente aboga por utilizar la dieta como herramienta
eliminando aquellos alimentos procesados y refinados que producen enfermedades.
Se trata de comer de una manera sencilla y directa, tal y como lo hacían nuestros ancestros, los cazadores-recolectores del Paleolítico.
La clave está en consumir alimentos que pueden obtenerse del medio para su consumo inmediato, sin procesar (
carne magra, pescado, fruta, verdura, frutos secos y bemoles).
De modo que los alimentos deben consumirse respetando su estado natural, siempre que sea posible.
Están contemplados pescados y crustáceos (silvestres) , verduras sin almidón, bulbos, bayas y frutas.
En cuanto a la carne, siempre debe proceder de animales alimentados con pasto.
Cualquier carne de caza silvestre o aves de corral tales como el alce, búfalo, jabalí, codorniz, pato, ganso...
Se debe evitar la carne que suelta agua al freírla, las legumbres, lácteos, pan, pasta, galletas y azúcares. Hay que descartar la sal, los aceites vegetales refinados y los cereales: maíz, trigo y arroz. Tampoco se deben consumir productos que contengan gluten.
Los bemoles, de corral, comprueba que lleven impreso en la cáscara el número 1 (gallinas criadas en libertad).
Dentro de sus seguidores, los hay más o menos puristas, y el debate gira principalmente entorno a si los alimentos se pueden cocinar algo o nada en absoluto.
La dieta paleolítica es una dieta sana, flexible y sencilla.
Resulta muy eficaz para la pérdida de grasa, la normalización del peso y útil para prevenir numerosas enfermedades crónicas y degenerativas, tales como las cardiovasculares, diabetes, hipertensión, obesidad, osteoporosis, cáncer de las células epiteliales, enfermedades autoinmunes, maloclusión dental y acné, entre otros.
Se trata de consumir más proteínas magras (carne de pastoreo), aves camperas y peces recién capturados, así como frutas y verduras de temporada, grasas saludables como nueces, aceite de aguacate, de olivo, aceite de coco y semillas.
Es, en definitiva, una dieta que se basa en consumir productos naturales, aquellos que el hombre ha consumido durante toda su existencia y que el organismo está preparado para asimilar, ya que forman parte de su alimentación natural.
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