Noticia: Por qué vamos hacia la fin de la monogamia: "al cien por cien estamos ante el inicio del fin"

Vlad_Empalador

Será en Octubre
Desde
24 Ene 2009
Mensajes
72.214
Reputación
155.491
Lugar
En el bunker

Por qué vamos hacia la fin de la monogamia: "Al cien por cien estamos ante el inicio del fin"​

Una encuesta revela que cada vez más gente en el mundo está a favor de las relaciones abiertas y que pronto habrá una revolución en la forma de compartir el amor y el sesso. La mitad de los españoles no la apoyan, pero aún así somos los que la defendemos con más fuerza

17248636733269.jpg

29/08/2024 00:10

Hace siete años, durante una entrevista en El Hormiguero, Nuria Roca y Juan del Val confesaron mantener una relación abierta. Su declaración provocó una explosión de titulares y comentarios en redes sociales que mayoritariamente tachaban el acuerdo de polémico cuando no escandaloso. En 2024, cuando se habla del tema se sigue citando este caso, pero el juicio de la tribuna pública no es el mismo. Su severidad ha decrecido.
Prueba de ello es la repercusión de una de las noticias del verano: la presunta infidelidad de Álvaro Muñoz Escassi a María José Suárez. Según declaró el ex jinete en su primera entrevista tras destaparse el escándalo, ambos habían acordado con anterioridad tener una pareja abierta. Sin embargo, días después María José Suárez desmintió esa información y se describió como una «mujer engañada». Pese al seguimiento informativo lo cierto es que las valoraciones en redes no tienen nada que ver con las sucedidas con la confesión de Roca y Del Val.
¿Qué ha cambiado entonces? «Todo», asegura de forma contundente Lara Ferreiro, psicóloga y experta en terapia de parejas.
«Se está viviendo una revolución en cuanto a los modelos de pareja», afirma Christoph Kraemer, director general en Europa de Ashley Madison, la mayor plataforma de citas para casados del mundo, y responsable del informe Hacia una monogamia más diversa y fluida, realizado en colaboración con el Instituto YouGov. «Hemos aceptado que el sistema binario que nos habían impuesto a lo largo de la historia de forma aleatoria y artificial no se corresponde con la diversidad que representa al ser humano», apunta Kraemer. «Tenemos en nuestras cabezas un modelo de monogamia, que era el único aceptado a nivel social, pero que se resquebraja gracias a la evolución de la sociedad y, especialmente a la generación Z, que es mucho más abierta a tener una relación no monógama», añade.
¿Está muriendo la monogamia tal y como la conocemos? Según este estudio, tan solo la mitad de los españoles (51%) se identifica como totalmente monógamos.
Una cifra impactante, pero que es incluso menos rupturista con la visión tradicionalista del amor que en otros lugares del mundo. Dentro de lo que cabe los españoles se muestran algo más conservadores que otros vecinos europeos. En Italia y Alemania seis de cada diez personas no se declaran monógamas.

El inesperado retorno del 'speed dating', las citas relámpago que agonizaban por culpa de Tinder: "Ahora vienen los desencantados de las apps"

«Al cien por cien este es el inicio del fin de la monogamia», afirma la psicóloga Lara Ferreiro, que reconoce haber encontrado muchos casos en su consulta de parejas que apuestan por ser NMD (pareja no monógama declarada). Una actitud que, según ella, presenta resultados positivos en las relaciones matrimoniales. «Uno de mis pacientes me dejó alucinada cuando me confesó que este tipo de relación NMD había sido la más libre y más bonita que había experimentado porque le había permitido ser él mismo», revela Ferreiro.

17248636384756.jpg

¿Es la monogamia la gran protagonista puesta en cuestión en el nuevo lenguaje del amor? Durante siglos, la civilización occidental la había aceptado como norma por defecto en las relaciones, aunque no estaba sola: la infidelidad y la separación existen desde tiempo inmemorial. La monogamia funciona para mucha gente, pero para otra no hay duda de que no. Según la doctora Tammy Nelson, terapeuta sensual y autora del libro Open Monogamy (Monogamia abierta), esta relación de pareja no es blanca ni de color, sino más bien una escala de grises en el que cada persona se sitúa en distintos tonos.

«Hay matices», afirma Nelson. «La monogamia no es algo absoluto ni binario. Esto no es tradición frente a poliamor, y por eso necesitamos indicadores más específicos para valorar qué tipo de monogamia abierta identifica la gente y ayudar a entender si las parejas buscan amor, sesso o algo entre medias», señala.

A pesar de que la mitad de los españoles no apoya la monogamia, somos el país que la defiende con más fuerza
El espectro de la monogamia, continúa Nelson, es «la posibilidad de elegir, de tener una relación más libre, de ser más felices, de dejar de sufrir». Según los expertos, hay una gran cantidad de tipos de monogamia. Desde la monogamia cerrada (todo lo sensual y emocional queda entre los miembros de la pareja); hasta la de fantasía (los anhelos con otras personas no amenazan la relación) y la emocional (los flirteos románticos son aceptables). Por supuesto, tenemos también la exclusivamente sensual (los juegos sensuales y afectivos con otras personas, cuando ambos están presentes, son aceptables); la independiente (explorar el sesso con otras personas, con una política de no preguntar); la ilimitada (ambos miembros de la pareja pueden mantener las relaciones sensuales que quieran con otras personas) y la poli (relaciones físicas, emocionales, afectuosas, románticas, con múltiples parejas). Esto no acaba aquí. Hay más. Están la anarquía relaciona (sin jerarquías y donde todo vale); y la monogamia separada (uno o ambos miembros de la pareja se aparta de la relación y el otro debe reaccionar).

En fin, como ven, todo un mundo.

Tanto Kraemer como Ferreiro coinciden en que, aunque este cambio de paradigma en las relaciones de pareja se lleva observando desde hace tiempo hay un acontecimiento clave en el calendario que aceleró todo: la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. «Creo que a raíz del el bichito muchas mujeres han dicho 'basta' y han empezado a pensar en sus deseos, necesidades y bienestar», dice Kraemer.

Algo fascinante que desvela el informe es que, en contra de los estereotipos, existen más mujeres que hombres que practican una relación de NMD, concretamente el 29% frente al 19%. De las no monógamas, el 28% había tenido dos o menos parejas anteriormente, lo que sugiere que este estilo de vida «no tiene nada que con la promiscuidad como nos han hecho creer», sino que, para Kraemer, es una opción «para las personas que no desean sacrificar ciertas necesidades para estar en una relación».

Ferreiro recuerda otro estudio realizado por Ashley Madison de hace unos años en el que el 60% de las mujeres encuestadas aseguraban fingir los orgasmos en sus relaciones matrimoniales. «Antiguamente era que si una mujer estaba con muchos hombres, era una juguetona, pero si un hombre estaba con muchas mujeres era un macho alfa», dice Kraemer. «Ahora eso ha cambiado, la mujer ahora decide y busca su felicidad y su placer. ¿Si no lo encuentra en su relación monógama por qué no va a buscarlo con otro tipo de relación?», asegura.

Esas necesidades son las mismas para ambos sexos, pero con un énfasis diferente. El 43% de las mujeres quiere aumentar su placer sensual frente al 57% de los hombres. El 24% de las mujeres consultadas reconocen haber probado la monogamia, aunque no les gustó por lo que querían experimentar con otras opciones, frente al 17% de los hombres. Para ellas, «la oportunidad de satisfacer más sus necesidades es la principal ventaja de este tipo de relaciones», señala el informe. Por su parte, los hombres «son más propensos a elegir una relación NMD para obtener una mayor satisfacción sensual».

"Hay matices. La monogamia no es algo absoluto ni binario. Esto no es tradición frente a poliamor"
Una vez confirmada esta tendencia hay que ver si el resto de los amantes está dispuesto a planteárselo. ¿Mejorarían así sus relaciones? ¿Este marco sería una fuente añadida de sufrimiento? Según Ashley Madison y la encuesta de YouGov, quienes han dado el paso están satisfechos.

Según el documento, «la mayoría sienten satisfacción, alegría, excitación, libertad y felicidad cuando mantienen este tipo de relación», pero hay algo que seguramente a muchos se les pasa por la cabeza este cambio de estatus: los celos.

En una sociedad como la española en la que la mitad de los encuestados se declara absolutamente monógamo, plantear, por no hablar de exponer, el consentimiento de relaciones abiertas (un 73% lo mantienen en secreto), tiene como principal escollo la desconfianza. De hecho, cuando se les preguntó a los encuestados por los celos, el 34% reconocieron que los habían experimentado, si bien la mayoría los interpretó como una oportunidad para desarrollar más la relación. De cierta forma, la amenaza del engaño puede ser un estímulo.

«En terapia he visto como parejas después de una infidelidad están mejor que nunca y juntos han empezado una nueva etapa más sincera, sostenible a largo plazo y eso les ha beneficiado muchísimo», explica Ferreiro. «La infidelidad es una señal de que algo no está funcionando y tiene que ser revisado». Y añade la psicóloga: «Muchas personas se están desprendiendo de la asfixiante creencia de que una relación tiene que ser monógama». Uno de cada 10 encuestados indicó que una vez que su pareja descubrió que estaban siendo infieles, decidieron plantear un nuevo formato de relación.

"En un futuro habrá países que se planteen una protección legal que reconozca esta diversidad"
Ferreiro insiste durante la conversación que hablar de parejas no monógamas declaradas no es hablar de infidelidad ni de promiscuidad. Esta experta señala que cuando una pareja o matrimonio decide mantener una relación NMD se marcan unas reglas, a las que muchos de sus pacientes denominan green cards (tarjetas verdes). Estas tarjetas significan el número de encuentros sensuales furtivos que se pueden mantener en un año. Pero esas reglas sólo llegan cuando «hay mucha comunicación en la pareja» y, por desgracia, según destaca Ferreiro, esta es todavía una tarea pendiente en la sociedad española. «De lo que se trata es de que tú vivas en un modelo de pareja que sea acorde a ti, que no te haga daño, porque si tú vas a estar sufriendo durante años por el miedo a que tu pareja te sea infiel, vas a vivir con muchísimo dolor. Entonces no compensa, no merece la pena, es decir, puedes abrirte a otro tipo de modelos, y esto es algo que las nuevas generaciones tienen muy claro», explica.

«Solo un porcentaje mínimo de los mamíferos en el planeta tierra son monógamos, ¿por qué seguir sufriendo por la infidelidad?», se pregunta la terapeuta. «Si en realidad la monogamia no es el estado natural de los seres humanos y a muchas parejas el modelo tradicional les asfixia, en lugar de cambiar de pareja, sólo tenemos que redefinir el acuerdo de la relación a algo más abierto y flexible», dice Ferreiro.

"¿Por qué sufrir con la infidelidad si no es el estado natural de los seres humanos", se pregunta una terapeuta
Cuenta la terapeuta uno de los casos que más le impactó y que demuestra el cambio de paradigma. Tuvo como paciente a una joven de 16 años que estaba con tres hombres; uno cubría sus necesidades sensuales; otro, las sentimentales y el tercero, las intelectuales. A Ferreiro se le ocurrió preguntarle cuál elegiría si tuviera que quedarse con uno. Su paciente le respondió de forma contundente, y ante su sorpresa, que por qué tenía que elegir a uno, que eso era tener una mentalidad muy antigua.

Una mentalidad que aún permanece muy arraigada, pero que como aseguran Kraemer y Ferreiro, tiene los días contados. «Creo que vamos a ir hacia una apertura gracias a que la variable de la presión social va a bajar y lo vamos a poder hablar mucho más», dice la psicóloga. A lo que se refiere es que un 73% de las personas que mantienen una relación NMD no lo cuentan y no lo hacen por «vergüenza», por el miedo a ser juzgados como lo fueron en su momento Nuria Roca y Juan del Val o lo ha sido este verano el culebrón Álvaro Muñoz Escassi.

«Vamos hacia un modelo de pareja principal y luego, de vez en cuando, a pactar, porque esto se pacta, que quede claro, tener X relaciones sensuales con otras personas», concluye Ferreiro.

Kraemer va incluso más allá. Está convencido de que en cinco años las parejas no monógamas declaradas ocuparán la misma posición que las monógamas y que en los países más avanzados, como es el caso de Alemania, se abrirá la posibilidad del reconocimiento legal de este tipo de parejas. «No equipararlo a lo que es un matrimonio, pero sí dando cierta estructura y protección legal y social que reconozca esta diversidad que ya existe a día de hoy».
 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
No te creas.
Al hombre español se le ha enseñado a ser domado y a tragar.

Si una mujer se ama a 100, es estupendo.
Pero si eres hombre tienes que ser monógamo, fiel, sumiso, y pagar impuestos y callarte.

Y muchos lo hacen de buen grado porque han sido manipulados hasta extremos dantescos.

Si todos los hombres de este país dejasen de valorar su vida y su existencia según lo que digan las petardas, en dos o tres meses estaríamos colonizando el planeta Marte, o descubriendo la cura definitiva contra el cáncer.

Pero como todo en este país orbita en torno a lo que digan una panda de mentecatas y barraganas, así pasa lo que pasa.
Pero llevo esto al extremo.

Si acabase habiendo poligamia, 4 alfas se amarian a todas (ya de manera oficial). Si tu eres beta, no te mirarian ni a la cara, ni darian opcion a nada absolutamente.

La mitad de los tios no catarian shishi en su vida. Si ahora es dificil, ya asi seria imposible para la mitad de tios, y esos tios ya te digo yo que lo que harian es salirse del sistema (otra cosa ese liarla o cosas asi, que coincido contigo que no se diria ni mu).
 
Volver