Amraslazar
Príncipe del Tabernáculo
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Todo nacionalsocialista que se precie debería opinar sobre el así llamado "Holocausto" lo mismo que Heinrich Himmler:
"Quiero también mencionar un asunto muy difícil, ante vosotros, de manera completamente abierta. Debe discutirse entre nosotros, pero, sin embargo, nunca hablaremos de ello en público.
Igual que no dudamos el 30 de Junio en llevar a cabo nuestro deber como se nos ordenó, y poner a camaradas que habían fallado contra el muro y fusilarlos [Nota: Se está refiriendo a la purga de las SA en la Noche de los Cuchillos Largos, 30 de Junio de 1934] -- sobre lo cual nunca hemos hablado, y nunca vamos a hablar. Eso fue, gracias a Dios, una especie de tacto natural en nosotros, una conclusión inevitable de ese tacto, que nunca hayamos conversado de eso entre nosotros, nunca hablado de eso, todos... se estremecieron, y todo el mundo tuvo claro que la próxima vez, haría la misma cosa de nuevo, si fuera ordenado y necesario.
Me refiero a la evacuación de los judíos. El exterminio de la raza judía. Es una de esas cosas que es fácil de decir. 'La raza judía debe ser exterminada', dice cada miembro del Partido. 'Eso está claro, es parte de nuestro programa, eliminación de los judíos, exterminarlos, ja, poca cosa'.
Y luego vienen todos, los ochenta millones de buenos alemanes, y cada uno tiene su judío decente. Dicen: todos los demás son puercos, pero este es un judío de primera. Y ninguno de ellos lo ha visto, lo ha padecido. La mayoría de vosotros sabéis lo que significa cuando hay cien cadáveres yaciendo juntos, cuando hay quinientos, o cuando hay mil. Y haber visto esto y, salvo alguna excepción de debilidad humana, haber permanecido decentes, nos ha hecho duros y es una página gloriosa nunca mencionada y que nunca se mencionará.
Porque sabemos lo difícil que serían las cosas, si hoy en cada ciudad durante los bombardeos, las cargas de la guerra y las privaciones, todavía tuviéramos judíos como saboteadores secretos, agitadores e instigadores. Probablemente ahora estaríamos en el mismo punto que en 1916-17, si los judíos todavía residieran en el cuerpo del pueblo alemán.
Les hemos quitado las riquezas que tenían, y he emitido una orden estricta, que el SS-Obergruppenführer Pohl ha llevado a cabo, hemos trasladado esas riquezas completamente al Reich, al Estado. No hemos tomado nada de ellos para nosotros.
Algunos, que han actuado en contra de esto, serán juzgados de acuerdo a la orden, que dí al comienzo: Aquel que tome incluso un Marco de esto es hombre muerto.
Algunos de las SS han desobedecido esta orden. No son muchos - y serán hombres muertos - ¡sin piedad! Tenemos el derecho jovenlandesal, teníamos el deber con nuestro pueblo de hacerlo, de apiolar a este pueblo que quería matarnos. Pero no tenemos derecho a enriquecernos ni con una piel, con un Marco, con un cigarrillo, con un reloj, con nada. Eso no lo tenemos. Porque cuando termine esto, no queremos - por haber exterminado el bacilo - enfermar y morir por el mismo bacilo.
No seré testigo de que siquiera un poco de putrefacción entre en contacto con nosotros o se arraigue en nosotros. Al contrario, donde pueda intentar echar raíces, lo quemaremos todo junto. Todos juntos, no obstante, podemos decir que hemos cumplido este arduo deber por amor a nuestro pueblo. Y nuestro espíritu, nuestra alma, nuestro carácter no ha sufrido daño por ello."
Si dicen: 'podemos entenderlo en lo que respecta a los hombres, pero no con los niños', entonces debo recordarles lo que dije al principio. En mi opinión, nosotros, como alemanes, por más que podamos sentirlo profundamente en nuestros corazones, no tenemos derecho a permitir que crezca una generación de vengadores llenos de repruebo de la que nuestros hijos y nietos tendrán que encargarse porque nosotros, demasiado débiles y cobardes, se lo dejamos pendiente a ellos.