El general liberal Espartero prohibió las boinas por decreto como parte de todo un programa estatal de combate al mundo rural popular tradicional ibérico en la primera mitad del siglo XIX. Más tarde el franquismo, siguiendo el mismo plan estatal liberal que Espartero, las relacionó con la figura del pueblerino. Todo dentro de la gran estrategia de debilitar la cultura rural popular tradicional ibérica, el más firme antagonista del Estado desde el nacimiento de éste en el siglo XI.
Como el marxismo y la izquierda, religiosos del progresismo, siempre pensaron igual que el franquismo con respecto al mundo rural popular tradicional ibérico; pues llegando ellos al poder, la figura del pueblerino rural continuó siendo fomentada hasta hoy.
El fascismo de izquierdas es idéntico al fascismo de derechas (dentro de los cuales hay que incluir al liberalismo de izquierdas y al de derechas) en su concepción, análisis, valoración y en el trato dado al mundo rural popular tradicional de Europa entera. Ambos son partidarios y agentes del etnocidio por Sentido y Razón de Estado.
El fomento del autodesprecio y la vergüenza de sí, de sus antepasados, de sus raíces, de su tierra, su cultura y sus tradiciones, ha sido una de las herramientas más efectivas que ha tenido el Estado para arrodillar finalmente (por exterminio etnocida) a una cultura que nunca se dejó someter.