Aquí el problema es que todos son muy valientes, modernos, progres, libres, como para cagarse en Dios, en Cristo, en el Papa, en la Semana Santa, pero a nadie se le ocurre cagarse en los demás profetas o religiones, sea por respeto, miedo o moda. El resultado es que en muy pocas generaciones, España (Europa) será fiel a la religión del amora. En Londres ya han cambiado este año las luces de Happy Easter por Happy Ramadan.