Cirujano de hierro
Será en Octubre
Kappa es una marca que ya estaba en marcha en 1916 y que a partir de los años 60-70 comenzó a hacerse visible dentro del mundo de la moda deportiva. Sin embargo, recientemente recibió el premio a mejor marca rompedora de 2017 por el portal Highsnobiety, algo que puede parecer una enorme contradicción. Comparte espacio con marcas como A Cold Wave, Alyx, Balenciaga, Off-White, Supreme, Domestik, Jacob Kane… todas cool y todas modernas y muy de ahora. ¿Qué ha pasado entonces con Kappa? Pues que, como ya ocurrió con el caso de Champion, está viviendo una segunda juventud. Extraña pero no inexplicable.
Kappa nace como fábrica de calcetines en 1916 y con otro nombre, Calzificio Torinese, aunque en los años 50 un pequeño error (bendito error) la convierte en Kappa. Después de un problema con una remesa de calcetines, deciden añadirle el logo de K-Kontroll, entonces la máxima certificación de calidad. En 1968 nace Kappa tal y como la conocemos ahora, por lo que técnicamente acaba de cumplir 50 años en su actual denominación. A partir de 1978 se lanzan a hacer también ropa deportiva.
La historia de la marca vivió desde entonces un increíble viaje en montaña rusa: de vestir a los atletas en las olimpiadas de 1984 (Carl Lewis, hijo del viento, en la memoria) a declararse en bancarrota 10 años después. Pero ese mismo año se recuperó y hasta hoy. Y hoy es una de las marcas principales de esa recuperación de la moda chandalera, del streetwear accesible pero cool, de ese punto callejero que nos lleva encandilando desde hace ya bastantes temporadas.
El punto de partida para el súper boom actual (aunque Kappa lleva ya muchos años de hype, como luego veremos) quizá esté en la colección del diseñador ruso Gosha Rubchinskiy el verano pasado. Gosha recuperó logos míticos de los años 80 y 90 como Kappa, Fila o Sergio Tacchini. Ocurre que esto se ha convertido en global porque los creadores que ahora dictan la moda joven son precisamente de esa época y sus referentes están en esos años y esas estéticas, no en otras más antiguas. Somos hijos de los 90. Tras Gosha, llegaron colaboraciones con Opening Ceremony, C2H4 y Kinfolk, rubricando su regreso a primera línea. Por supuesto hay ediciones limitadas difíciles de conseguir pero, también, un montón de prendas accesibles que lucen igualmente el logo de Kappa. El éxito estaba claro.
Pero en España tenemos otras muchas referencias de Kappa en la cabeza. Está la 'Banda', una tira vertical de logos que la marca ponía en cada chándal y prenda deportiva. El Barça de la generación de Iván De la Peña la llevaba, por ejemplo. Poco después, y sin dejar el fútbol, apareció el modelo Kombat, una camiseta técnica ultra ajustada que la selección de Italia hizo famosa. Hoy, por ejemplo, la sigue llevando el Nápoles. El año pasado nació Kappa Kontroll, una línea que busca, precisamente, recuperar modelos de los archivos clásicos, precisamente los más buscados ahora mismo.
Según datos que facilita a GQ España la propia marca, en este momento Kappa cuenta con 150 tiendas propias en todo el mundo; 80 licencias y 700 puntos de ventas en 120 países. Esto es, medio mundo lleno de ese logo extraño con dos siluetas. Que, por cierto ¿de dónde sale? En 1969, durante una sesión de fotos para un catálogo, un hombre y una mujer se sentaron espalda con espalda ; el CEO Maurizio Vitale decidió que esa foto sería su logotipo a partir de entonces. Lo llamó 'Omini'. De aquella mujer nada se sabe (qué bonito el misterio) pero el hombre resultó ser Renzo Ricciardo, un modelo de 19 años que nos cuenta así la experiencia: "En ese momento en Turín, había una explosión de creatividad. Yo era un joven modelo y gracias a Sergio Druetto, un fotógrafo de moda de Turín, me llamaron para una campaña publicitaria para Kappa". Pasó a la historia sin ni siquiera darse cuenta.
El caso de Kappa es uno de los más significativos de marcas que recuperan impulso gracias a una nueva generación que entiende la moda desde otra perspectiva: la del streetwear como punto de partida para todo. La calle, hoy, es la que dice lo que ocurre sobre la pasarela y no al revés.
¿Por qué ha vuelto a ponerse de moda el chándal de Kappa?
Kappa nace como fábrica de calcetines en 1916 y con otro nombre, Calzificio Torinese, aunque en los años 50 un pequeño error (bendito error) la convierte en Kappa. Después de un problema con una remesa de calcetines, deciden añadirle el logo de K-Kontroll, entonces la máxima certificación de calidad. En 1968 nace Kappa tal y como la conocemos ahora, por lo que técnicamente acaba de cumplir 50 años en su actual denominación. A partir de 1978 se lanzan a hacer también ropa deportiva.
La historia de la marca vivió desde entonces un increíble viaje en montaña rusa: de vestir a los atletas en las olimpiadas de 1984 (Carl Lewis, hijo del viento, en la memoria) a declararse en bancarrota 10 años después. Pero ese mismo año se recuperó y hasta hoy. Y hoy es una de las marcas principales de esa recuperación de la moda chandalera, del streetwear accesible pero cool, de ese punto callejero que nos lleva encandilando desde hace ya bastantes temporadas.
El punto de partida para el súper boom actual (aunque Kappa lleva ya muchos años de hype, como luego veremos) quizá esté en la colección del diseñador ruso Gosha Rubchinskiy el verano pasado. Gosha recuperó logos míticos de los años 80 y 90 como Kappa, Fila o Sergio Tacchini. Ocurre que esto se ha convertido en global porque los creadores que ahora dictan la moda joven son precisamente de esa época y sus referentes están en esos años y esas estéticas, no en otras más antiguas. Somos hijos de los 90. Tras Gosha, llegaron colaboraciones con Opening Ceremony, C2H4 y Kinfolk, rubricando su regreso a primera línea. Por supuesto hay ediciones limitadas difíciles de conseguir pero, también, un montón de prendas accesibles que lucen igualmente el logo de Kappa. El éxito estaba claro.
Pero en España tenemos otras muchas referencias de Kappa en la cabeza. Está la 'Banda', una tira vertical de logos que la marca ponía en cada chándal y prenda deportiva. El Barça de la generación de Iván De la Peña la llevaba, por ejemplo. Poco después, y sin dejar el fútbol, apareció el modelo Kombat, una camiseta técnica ultra ajustada que la selección de Italia hizo famosa. Hoy, por ejemplo, la sigue llevando el Nápoles. El año pasado nació Kappa Kontroll, una línea que busca, precisamente, recuperar modelos de los archivos clásicos, precisamente los más buscados ahora mismo.
Según datos que facilita a GQ España la propia marca, en este momento Kappa cuenta con 150 tiendas propias en todo el mundo; 80 licencias y 700 puntos de ventas en 120 países. Esto es, medio mundo lleno de ese logo extraño con dos siluetas. Que, por cierto ¿de dónde sale? En 1969, durante una sesión de fotos para un catálogo, un hombre y una mujer se sentaron espalda con espalda ; el CEO Maurizio Vitale decidió que esa foto sería su logotipo a partir de entonces. Lo llamó 'Omini'. De aquella mujer nada se sabe (qué bonito el misterio) pero el hombre resultó ser Renzo Ricciardo, un modelo de 19 años que nos cuenta así la experiencia: "En ese momento en Turín, había una explosión de creatividad. Yo era un joven modelo y gracias a Sergio Druetto, un fotógrafo de moda de Turín, me llamaron para una campaña publicitaria para Kappa". Pasó a la historia sin ni siquiera darse cuenta.
El caso de Kappa es uno de los más significativos de marcas que recuperan impulso gracias a una nueva generación que entiende la moda desde otra perspectiva: la del streetwear como punto de partida para todo. La calle, hoy, es la que dice lo que ocurre sobre la pasarela y no al revés.
¿Por qué ha vuelto a ponerse de moda el chándal de Kappa?