La diferencia es que antes se pedían la baja cuando no había otro remedio, y ahora esas bajas serán casi obligatorias y se convertirán en unos días libres extra, que disfrutarán todas las mujeres, con necesidad o sin ella, by the face.
El segundo efecto colateral es que, como consecuencia de esto, nadie querrá trabajadores que, por ley, tienen entre 3 y 5 dias libres extra todos los meses, lo cual seguirá creando problemas de empleo entre las mujeres y, supuestamente, justificará mas años de lucha por la igualdá y millones de euros en fondos públicos del contribuyente para mantener chiringuitos varios que no solucionan nunca ningún problema real.
Y eso es lo que hay.