Pobladores de la Península Ibérica

El proyectoGenoma Neandertalestá en sus inicios.
Antes de poder abordar el análisis del ADN ya había teorías que hablaban de que la supuesta "extinción" de nendertales podría no ser tal. Ahora están investigando para saber si el llamado homo sapiens tiene restos, en su ADN, del neandertal. Lo que se ha descubierto hasta ahora es un inicio, pero todavía hacen falta más análisis para poder asegurar que lo descubierto es fiable al 99,8 %.
Hay una cuestión interesante en esta investigación. Si se consideran miembros de una misma especie a los que pueden reproducirse entre sí para dar lugar a nuevos miembros con capacidad reproductiva, el hecho de demostrar que nendertal y homo sapiens han "engendrado en común" también demostraría que forman parte de la misma especie.
Y siguiendo con el tema del hilo, Los pobladores de la Península Ibérica, también se han encontrado ancestros neandertales:

2100 restos neandertales hallados en Sidrón (Asturias)

Los restos hallados en los últimos años en el Sidrón -con 43.000 años de antigüedad- permitieron recuperar, por primera vez en la Península Ibérica, el genoma completo del ADN mitocondrial de uno de los neandartales localizados gracias a la colaboración entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el instituto Max Planck de Alemania y la Universidad de Oviedo.

Las posteriores investigaciones permitieron determinar que esos neandertales ingerían una notable cantidad de vegetales -hasta ahora se pensaba que eran predominantemente carnívoros- y que conocían las cualidades curativas y nutricionales de plantas como la camomila. Los estudios han sacado también a la luz curiosidades como que los neandertales usaban la boca como tercera mano; eran diestros; los había pelirrojos; y tenían una variante de un gen del habla que es igual que la del hombre actual.

Además, han permitido llegar a la conclusión de que las mujeres eran las garantes de la diversidad genética de la especie dado que abandonaban su núcleo familiar en la adolescencia para integrarse en otra comunidad, mientras que los hombres se quedaban en ella.



El primer paso para descifrar el genoma humano neandertal:


-En todas estas investigaciones qué peso ha tenido el Sidrón ¿Qué han aportado ustedes como equipo?
-Mucho. El descubrimiento del ADN mitocondrial en los restos fósiles hallados en Borines nos convertió en el octavo yacimiento del mundo en conseguirlo, pero la localización de la genética nuclear nos hizo pioneros y nos cualificó para entrar en el proyecto internacional del Genoma Neandertal. Al participar en él se utilizaron muestras del Sidrón para secuenciar parte de ese genoma y analizar la diversidad entre neandertales. Está claro que las muestras más numerosas han sido las del yacimiento croata de Vindija, pero las nuestras con una antiguedad de unos 49.000 años han tenido un peso específico. Desde Asturias ha sido mucho lo que se ha aportado. Los avances metodológicos de campo desarrollados en las excavaciones de El Sidrón ya están inscritos en los manuales de Prehistoria, como lla elaboración y seguimiento de un protocolo puntero para la excavación limpia, es decir sin contaminación de ADN humano moderno. El Sidrón ha interaccionado de forma continua con el grupo dirigido por Svante Pääbo, líder del proyecto Genoma Neandertal. No hay que olvidar hitos como el estudio de la secuencia del gen FOXP2 en neandertales, cuya proteína está implicada en la capacidad del habla.

Entrevista completa:
Profesor de Prehistoria en la Universidad de Oviedo, experto en el Paleolítico Superior y Medio, Marco de la Rasilla es, sobre todo, un hombre que interroga constantemente a la tierra, que busca en sus cientos de capas las respuestas a las mil preguntas que su infinita curiosidad se hace sobre el pasado. Ahora acaba de dar respuesta a una que rondaba no sólo su cabeza, sino la de todo un equipo internacional de científicos. Gracias a las muestras óseas halladas en la cueva del Sidrón, cuyo equipo dirige, y otras localizadas en yacimientos de Croacia, Alemania y Rusia, se acaba de lograr el primer borrador del genoma neandertal. Un hallazgo que, a la vez, arroja datos como que los neandertales y los hombres modernos cruzaron sus linajes. Un hallazgo al que seguirán otros, porque De la Rasilla sigue tratando de desenterrar la leyenda del Sidrón.
-Los investigadores del Sidrón parecían ser contrarios a lo que acaba de demostrarse, que los neandertales y el hombre moderno tuvieron no sólo contacto físico, sino descendencia. Pero con las pruebas se ha topado el excepticismo.
-Desde el punto de vista genético no había información que sostuviera esa creencia, que sí ya rondaba en algunos científicos. Lo cierto es que nosotros no negábamos esa posibilidadad, pero nos ateníamos al hecho de que no hubiera huellas de ese cruce, de esa hibridación. De todos modos la propuesta que se estimaba es muy diferente a la que se ha demostrado. Lo que se plantea ahora es que es después de salir de África, ya adentrados en el Oriente Medio o en Próximo Oriente, es cuando los sapiens se encuentran con los neandertales y llegan a la hibridación. Es decir, que no se produce aquí que es lo que sien¡mpre dijimos
-¿Se refiere a Europa?
-Me refiero a las penínsulas meridionales que es donde se exponía antes esa datación. Hablo en concreto de la Península Ibérica.
-En todas estas investigaciones qué peso ha tenido el Sidrón ¿Qué han aportado ustedes como equipo?
-Mucho. El descubrimiento del ADN mitocondrial en los restos fósiles hallados en Borines nos convertió en el octavo yacimiento del mundo en conseguirlo, pero la localización de la genética nuclear nos hizo pioneros y nos cualificó para entrar en el proyecto internacional del Genoma Neandertal. Al participar en él se utilizaron muestras del Sidrón para secuenciar parte de ese genoma y analizar la diversidad entre neandertales. Está claro que las muestras más numerosas han sido las del yacimiento croata de Vindija, pero las nuestras con una antiguedad de unos 49.000 años han tenido un peso específico. Desde Asturias ha sido mucho lo que se ha aportado. Los avances metodológicos de campo desarrollados en las excavaciones de El Sidrón ya están inscritos en los manuales de Prehistoria, como lla elaboración y seguimiento de un protocolo puntero para la excavación limpia, es decir sin contaminación de ADN humano moderno. El Sidrón ha interaccionado de forma continua con el grupo dirigido por Svante Pääbo, líder del proyecto Genoma Neandertal. No hay que olvidar hitos como el estudio de la secuencia del gen FOXP2 en neandertales, cuya proteína está implicada en la capacidad del habla.
-También gracias a los hallazgos en la cueva de Borines se supo que algunos neandertales eran pelirrojos.
-Sí fuimos desde el Sidrón también pioneros en el análisis funcional de genes, que nos permitió localizar el que especifica el sistema sanguíneo AB0, el gen del gusto amargo, el que está implicado en la pigmentación del cabello por el que supimos que había neandertales pelirrojos. Esta línea abierta por el equipo de El Sidrón es la que marca el desarrollo futuro del proyecto Genoma Neandertal.
-Hablando en plata, todo esto de la hibridación ¿qué significa? ¿qué neandetales y sapiens son del mismo linaje? De no serlo no podrían haber tenido hijos ¿no?
-Eso es mucho más complicado de lo que parece y son los genetistas los que deben responderlo. Antonio Rosasa le diría que el cruce entre dos especies se puede producir cuando su material genético es esencialmente similar. Lo que yo le puede explicar es que el verdadero hallazgo es haber logrado el borrador del genoma del neandertal. ¿Que para qué sirve? pues para comparar a los neandertales con nosotros, que somos los sapiens. Se ha intentado ver si había diversidad y lo que se ha descubierto es que realmente esa diversidad es mínima.
-Siempre se dijo que unos y otros habían tenido una evolución independiente aunque se sospechara el pasado común ¿cuándo cree que se produjo el encuentro?
-Y todo eso es verdad. Cada uno fue después por su lado. El encuentro se produjo hace aproximadamente de 80.000 o 100.000 años porque se estima que es cuando los sapiens salieron de África, cuando empiezan los flujos y su expansión. Y esto se sabe porque los sapiens jovenlandeses, los subsaharianos no tienen ese flujo genético. Sólo lo llevan los que salieron del continente.
-Un equipo de estudiosos mexicanos hace otras dataciones, entre 60.000 y 45.000 años.
-Las cifras hay que leerlas con cierta tranquilidad. Hablamos siempre aproximadamente. Pero lo que importan no son los números sino el conocimiento que logramos.
-Debe ser emocionante.
-Claro, claro. Cada uno de los pasos que damos nos permite replantearnos la historia y eso siempre es emocionante.
-Dicen algunos que esta hibridación neandertal-sapiens podría explicar algunas taras genéticas que acarreamos. ¿qué opina?
-Se me escapa totalmente esa información.
-Siempre estuvieron seguros de que no había nada en nuestra herencia genética de los neandertales. ¿Eso ya no es así? ¿son o no son los neandertales nuestros antepasados?
-Esas son cuestiones muy complicadas. Desde mi conocimiento de la prehistoria creo que no. Un genetista, como Antonio Rosas, que está en el equipo del Sidrón, igual que Carles Lalueza, le diría seguramente lo mismo. Pero lo primero que debemos saber es qué se entiende por antepasado. Si hablamos de un antepasado común al hombre, por supuesto, que el neandertal lo es. Pero si nos atenemos a los hechos, nosotros no venimos de los neandertales. Otra cosa es que haya constancia de que estuvieron aquí.
-Antonio Rosas dice que el hombre moderno y el neandertal es culturalmente muy parecido. Pero si eran caníbales.
-Quien ha dicho que los sapiens no lo fueran. Quién puede asegurar que hoy, en pleno siglo XXI, no haya lugares en el planeta donde se practica el canibalismo. No hay que olvidar que hay un modo de canibalismo que responde a la hambruna y otro que tiene un componente simbólico, de ritual. Lo cierto es que entendemos que no había grandes diferencias entre sapiens y neandertales. Sí diferencias físicas, pero culturales no tanto. No eran ni más ni menos raros, hacían herramientas, recolectaban, ya se enterraban.
-¿Qué es para ustedes el comportamiento moderno cuando hablamos de linajes tan antiguos?
-La gente tiene idea de que los neandertales eran como unas bestias y no es así. No eran tan rudimentarios. tras*formaban materias primas con técnicas depuradas, que los sapiens han repetido. Como le digo enterraban a sus muertos y eso es todo un símbolo de civilización. Es cierto que los sapiense desarrollan todo y lo hacen más complejo, pero que nadie piense que sus antecesores eran unos bárbaros, por que no.
-La aparición del primer vestigio neandertal se produce en el siglo XIX y supone una auténtica revolución científica. ¿Qué tendría que pasar hoy en el mundo para que se diera otra tan importante?
-Aquel hallazgo en el valle de Nender, en Alemania, fue realmente importante. Ahora se sabe que hubo un hallazgo anterior, en Bélgica, pero, a diferencia del alemán, no pudo demostrase en su momento. Es decir, no fue identificado como tal. Hoy un hallazgo parecido sería la secuenciación completa del genoma neandertal.
-El borrador es el primer camino?
-Es el camino definitivo para la revolución científica del siglo XXI. Ahora habrá que hacer correcciones sobre él. Pero no creo que tarde demasiados años en difundirse, como ocurrirá con otras especies que se están estudiando.
-Ha dicho difundir en lugar de descubrir. ¿Por qué es tan importante dar el paso de la publicación en una revista científica?
-Publicarlo significa que se han superado varios filtros de calidad. Para que una revista de prestigio arroje luz sobre unas conclusiones primero tiene que pasar el visto bueno de un comité de evaluación. Hay que seguir varios protocolos. Es como obtener las garantías de que lo que has hecho es correcto. Lo que no quita que en unos años alguien nos quite la razón. Pero es una garantía.
-Hay revistas y revistas, pero la que les ha publicado a ustedes, 'Science', es la top.
-La top, de las top. No olvidemos que tiene hasta el Premio Príncipe de Asturias. Pero hay otras muchas publicaciones muy buenas por las que se mueve la ciencia. En todas se trabaja con rigor y le diré que quizá no sea en las importantes en las que se hace la ciencia de cada día.
-¿Cuando encaran un análisis presumen la respuesta?
-Lo que acabamos de descubrir no lo esperábamos. Ha sido muy novedoso. En otras ocasiones las respuestas que logras dar a tus preguntas vienen a confirmar tus sospechas. Está claro que siempre tienes una idea, un planteamiento original.
-¿Qué diría el profesor Fortea de todo esto que acaba de salir a la luz?
-Él ya tenía conocimiento de lo que estábamos haciendo. Le contábamos paso a paso todo. Acabamos de lograr el 60 por ciento de la secuencia del genoma. Hemos superado el 60. No había dato que se le escapara. No pudo celebrar el acontecimiento que es definir totalmente el borrador, pero vivió la aventura científica desde el principio y la disfrutó como si hubiera llegado al final.
--¿Qué decía entonces de la hibridación del neandertal con el sapiens?
--No ese dato no llegó a constatarlo. Pero sí el verdadero hallazgo que es el borrador del genoma del neandertal.
-Tengo la sensación de que el mundo entero ha enloquecido con el hecho del cruce de hombres y ustedes están celebrando el genoma.
-Todo es importante, pero el verdadero hallazgo es la secuencia genética. He de confesar que para mí lograr ese borrador es pura alquimia. Hay que pensar que se ha llegado a descifrar a partir de minúsculas muestras óseas, a veces, de un poco de polvo de un individuo de especie neandertal, que está cargado de trillones de datos.
 
Ahora además está siendo muy estudiada esa tras*ición neandher- sapiens, con todas esas nuevas dataciones de las pinturas en algunas cuevas españolas que casi permiten atribuir al neandher arte, capacidad que hasta entonces se le negaba. Incluso en libros recientes se habla del Neanderthal como incapacitado para la expresión simbólica o para auto-decorarse, pero ahora las dudas son mayores...

En cuanto cene me leo el post entero, que estos días lo he ido mirando por encima solamente xD
 
Ahora además está siendo muy estudiada esa tras*ición neandher- sapiens, con todas esas nuevas dataciones de las pinturas en algunas cuevas españolas que casi permiten atribuir al neandher arte, capacidad que hasta entonces se le negaba. Incluso en libros recientes se habla del Neanderthal como incapacitado para la expresión simbólica o para auto-decorarse, pero ahora las dudas son mayores...

En cuanto cene me leo el post entero, que estos días lo he ido mirando por encima solamente xD

Aunque la capacidad simbólica se le había negado a Neandertal, creo que hace tiempo había evidencias de que se han encontrado "enterramientos" y también herramientas de piedra.
Este artículo lo publican en Aranzadi zientziak.org:


¿Homo loquens neanderthalensis? En torno a las capacidades simbólicas y lingüísticas del Neandertal

RESUMEN
El reciente análisis de ADN fósil de dos Neandertales procedentes de la Cueva El Sidrón (Asturias) ha revelado que los Neandertales pose- ían las mutaciones del gen FOXP2 consideradas específicas de los humanos modernos. Dado que FOXP2 está implicado en el desarrollo y uso del lenguaje, tal hallazgo está provocando una revisión de las capacidades simbólicas y comunicativas atribuidas hasta ahora a la referida especie. El objetivo de este trabajo es triple: (1) aclaramos que dichas mutaciones no pueden considerarse causa suficiente para atribuir a un organismo una facultad lingüística compleja; (2) el hallazgo no puede, por tanto, usarse para defender que los Neandertales tenían una facultad lingüística de tipo moderno; (3) defendemos que la asimetría comportamental entre Neandertales y humanos modernos que muestra el registro arqueológico tampoco es compatible con tal visión.


Este otro artículo, que voy a leer ahora, parece interesante:

¿Y si el lenguaje tiene 100 mil años? Explorando las consecuencias de la datación de FOXP2 humano.
Guillermo Lorenzo (Univ. de Oviedo) Barcelona, 4 de julio de 2006.
 
Me ha hecho gracia como presenta el locutor el primer video que has puesto. Habla de dos cazadores leoneses. Manda güevos...

También podía haber dicho:
"Dos carroñeros españoles"
"Dos recolectoras castellanas"
"Un matrimonio ibérico"
"Una familia tradicional prehistórica"
...:roto2:
 
La familia hominidae

Homo. Cronología estimada

H. floresiensis (Australopithecus floresiensis)
H. habilis 2,33-1,44 Ma
H. gautengensis 2-1,5 Ma
H. ergaster 1,8 Ma
H. georgicus 1,77 Ma
H. erectus 1,6 Ma
H. antecessor 0.8-1,3 Ma
H. neanderthalensis 0,3 Ma
H. sapiens 0,2 Ma
**********************

Origen-del-hombre-moderno-filogénesis-hom%C3%ADnidos.jpg


EL GÉNERO HOMO

Homo habilis. Homo ergaster

El fósil más antiguo de género homo se denominó Homo hábilis. Abarca un periodo comprendido entre 1,8 y 1,6 m.a. Tiene un cerebro algo mayor que el de los australopitecos, aunque la forma del cuerpo sigue siendo similar a de los australopitecos.
La capacidad craneal del Homo habilis se cree que era de unos 510 cc., lo que revela un cerebro más cercano a nosotros, aunque la aparición de un cráneo con 752 cc complica la taxonomía.
El entorno ecológico en el que se movería el Homo habilis sería un entorno no ligado exclusivamente al hábitat forestal, sino que se movería en espacios más amplios.
Los cambios que se producen en la capacidad craneal del Homo habilis estarían ligados a una nueva forma de vida y a la incorporación en su dieta de carne y grasa animal, lo que le podría permitir memorizar la cartografía de un territorio, adelantarse y planificar los acontecimientos y entender los ritmos de la tierra. A esto habría que añadir el aumento de los grupos lo que conllevaría una mayor complejidad de su vida social.


En los yacimientos al este y sur de África se encontraron restos fósiles de una nueva especie a la que se le calcula una antigüedad de 1,8 m.a.:el Homo ergaster. El Homo ergaster era claramente diferente de los homínidos anteriores y de los parántropos contemporáneos. Gracias a su grado de desarrollo cerebral, un mayor volumen encefálico -sobre 850 y 900 cc-, la complejidad de su sistema social y la tecnología alcanzada, el Homo ergaster podía desarrollar un comportamiento más flexible y en consecuencia con una mejor adaptabilidad al entorno ecológico. El Homo ergaster se adapta definitivamente a ecosistemas abiertos. Hace 1,7 m.a. se produce un enfriamiento del planeta, lo que provocaría un aumento de la sabana y una reducción del bosque ropical. Su modelo de desarrollo se hace más lento lo que también implicaría un entorno social más protector. Su morfología era diferente a la de los australopitecos, pues eran más altos y el aspecto de la cabeza sería más parecido al nuestro. El Homo ergaster se distingue de las especies precedentes de Homo por un claro aumento del tamaño del cerebro, la presencia de un toro supraorbital independizado del hueso frontal reducción del tamaño relativo de los molares y un acortamiento del esqueleto facial. Esta especie presenta una estatura (1,80) y proporciones entre los miembros que son similares a las de los humanos posteriores en el tiempo.

Industria lítica:

Modo II
Una característica singular de estos homínidos es que hace 1,6 m.a. pudieron fabricar los primeros bifaces (Achelense o Modo Técnico II), lo que posibilitó un impulso tecnológico hasta ahora desconocido. También hay que destacar que fueron estos primeros homínidos los que salieron por primera vez de África, desarrollándose y evolucionando en todo el Viejo Mundo. Así, en Extremo Oriente y Java, donde se han encontrado restos de 1 m.a., dieron lugar a una especie propia: el Homo erectus. En el Homo erectus no se encuentran grandes modificaciones morfológicas con respecto al Homo ergaster.
En la región de Dmanisi (Georgia) se han encontrado recientemente una mandíbula y dos cráneos con una antigüedad de algo más de 1,5 m.a., lo que demostraría que hace más de un millón de años ya existían en el Caúcaso poblaciones humanas.
El descubrimiento de los fósiles del yacimiento de la Gran Dolina, en la Sierra de Atapuerca (Burgos), permite fechar el poblamiento del continente europeo en, al menos, hace 800.000. El nombre científico que se ha dado a esta nueva especie es el de Homo antecesor.

Homo antecesor

Esta especie tiene rasgos distintos a la mandíbula de Mauer y tampoco puede ser considerados como pertenecientes al Homo erectus ya que carece de sus especializaciones, además presenta un tamaño del cerebro superior al del Homo ergaster. La cara del Niño de la Gran Dolina presenta unos rasgos modernos. En el Homo habilis, Homo ergaster y por lo que se sabe en el Homo erectus el esqueleto de la cara es todavía bastante plano; Sin embargo, nuestra cara tiene relieves. La combinación de esta cara moderna y de un frontal primitivo hacen que nos encontremos ante una especie nueva.
No existen estimaciones fiables que permitan conocer el volumen encefálico del Homo antecesor. En la Sima de los Huesos se han encontrados tres cráneos con una capacidad craneal que supera los 1.100 cc. Por los restos que se han encontrado en África y que corresponden al mismo periodo, se puede Arsuaga sostiene que hace entre 780.000 y 127.000 años (Plesitoceno Medio) se produjo un aumento del tamaño del encéfalo en África y en Europa, alcanzando una capacidad craneal de 1.400 cc aproximadamente.
Esta expansión cerebral modificó la estructura del neurocráneo, y redujo el aparato masticador, afectando a la cara, mandíbula y dientes. La expansión cerebral supuso una reorganización bastante completa del neurocráneo junto con un cambio muy apreciable en su forma; por otro lado, la reducción del aparato masticador se produce porque el esqueleto facial o se desarrolla completamente y mantiene un aspecto infantil. Nuestra cara de adultos es como la de los niños de nuestros antepasados.




Hasta el día de hoy, el homínido europeo más antiguo conocido es el Homo antecessor, hallado en Atapuerca. Esta especie fue la antepasada de dos linajes. Por un lado, dio origen en Europa a Homo heidelbergensis, también encontrado en Atapuerca, que a su vez es el antepasado de los neandertales. La otra rama a la que Homo antecessor dio origen fue la de nuestra propia especie, el Homo sapiens, en África.

Atapuerca038.jpg

No fue fácil para los homínidos salir de África. Allí habían evolucionado y estaban perfectamente adaptados a sus ecosistemas. En europa el clima es estacional y no hay frutos todo el año. Tuvieron que aprender a cazar en grupo, planificando y desarrollando estrategias. Hay fósiles humanos en Georgia de hace casi dos millones de años. Los fósiles más antiguos de Europa occidental están en Atapuerca y tienen algo menos de un millón de años. Es probable, sin embargo, que llegaran algún tiempo antes.

SIERRA DE ATAPUERCA, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

La Sierra de Atapuerca es un pequeño cerro situado a trece kilómetros al este de la ciudad de Burgos. En este lugar se han acumulado testimonios de la presencia y modo de vida de la humanidad desde hace un millón hasta nuestros días.

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Los yacimientos prehistóricos de la Sierra de Atapuerca constituyen un tesoro científico de extraordinaria importancia. Varios de ellos han sido excavados durante muchos años, produciendo espectaculares resultados; sin embargo, lejos de estar agotados, aún reservan lo mejor de su documentación arqueológica y paleontológica para el futuro. Otros yacimientos no han sido todavía estudiados, o tan solo han sido muestreados; entre éstos se encuentran algunos que se consideran potencialmente muy importantes, quizás tanto como los ya excavados.

LEER MÁS
 
Un artículo muy interesante sobre las formas de vida y la alimentación de los homo sapiens.

Del gramillon al aspartamo. Las tras*iciones alimentarias en el tiempo de la especie.

Patricia Aguirre.

En este artículo trataremos de exponer, desde una perspectiva antropológica tres cambios estructurales en la alimentación que abrieron el camino para tres grandes tras*iciones epidemiológicas.

Pero, en estos tiempos de posmodernismo donde todo es particular, recortado, limitado, y prevalece "la estética del video-clip" vamos a intentar explicaciones que enlacen fenómenos biológicos y ecológicos con fenómenos tecnológicos, demográficos, económicos, en fin: culturales, en busca de una macroteoría que de cuenta de las tras*iciones epidemiológicas en el tiempo largo de la especie.

Por supuesto este nivel de generalización que pone en primer plano las grandes tendencias, deja de lado los matices, las particularidades, lo micro, de indudable riqueza pero que, con ésta elección metodológica se pierde frente a los grandes procesos. Sin embargo, a pesar de esta pérdida, hemos elegido esta metodología porque creemos que la cuestión alimentaria actual – de Argentina y del mundo- puede ser considerada como afirma C.Fischler, una "crisis de civilización"y tiene que ver con la especial manera en que se ha manejado nuestra especie en su relación con el medio ambiente (natural y cultural) para lograr sobrevivir los últimos 4 millones de años.

-1 tras*icion : De vegetarianos a omnívoros.

La revolución de las proteínas y los ácidos grasos.

En cualquier especie la forma como el individuo se traslada y la forma como se alimenta tienen que ver no solo con su supervivencia inmediata sino con sus estrategias para adaptarse al ambiente y a sus variaciones, ya que todos los hábitats sufren variaciones, ya sean cíclicas de corto plazo como las estaciones, o de mediano plazo (inundación-sequía) o irereversibles y de largo plazo como los procesos de desertización o glaciación.

La forma de trasladarse determinará su forma de manejo del espacio y su capacidad de superviviencia frente a las especies predadoras.

La forma de alimentarse condicionará las formas de intercambio con el medio físico-químico, las relaciones inter-específicas (con las otras especies dentro de una cadena trófica) e intra-específica (con los miembros de su propia especie en una escala jerárquica por ejemplo).

Por eso la paleoantropología pone especial cuidado en tratar de encontrar evidencias que permitan inferir cómo se trasladaban y cómo comían nuestros ancestros homínidos.

Por las huellas marcadas en ceniza volcánica, en Africa, sabemos que los homínidos ya caminaban erguidos hace 4 millones de años. Sus rastros muestran un talón bien formado, un arco fuerte y una eminencia metatarsiana bien definida, si bien por la curvatura de los huesos del dedo rellenito del pie, estos australopitecinos debían tener mas destreza que los homo que los siguieron para trepar a los árboles. Por eso se infiere que aunque estaban adaptados a caminar por las sabanas, por la noche buscarían refugio de los grandes felinos, predadores nocturnos, subiéndose a los árboles.

Respecto a las formas de alimentación de los australopitecos afarenses, al parecer los homínidos mas creibles en el momento de reclamar el puesto de los ancestros del género humano, hay consenso que tuvieron una dieta vegetariana de frutos, nueces, raíces, hojas, brotes y semillas.

Si el lector se pregunta como se reconstruyen las formas de alimentación de una paleoespecie que vivió hace 4 millones de años- la respuesta es:

-estudiando su dentadura, caninos grandes, fuertes y puntiagudos son funcionales en los carnívoros para morder y desgarrar mientras que molares chatos y poderosos, aptos para masticar y triturar son típicos de vegetarianos.

-por el examen microscópico del desgaste en los dientes fósiles. Esta operación intenta descubrir patrones distintivos de deterioro, causados por las operaciones que necesitan los distintos alimentos para consumirse: la carne se corta , las semillas se mastican hasta molerlas, etc. cada una de las cuales deja huellas precisas en los dientes.

-por el análisis de las trazas de minerales que se encuentran en los huesos de los fósiles. Elevadas concentraciones de estroncio y bario están asociadas a una dieta vegetariana, el cobre esta asociado al consumo de frutos silvestres mientras que niveles altos de zinc, en cambio, corresponden a una dieta rica en carne.

-por el análisis químico de los isótopos de nitrógeno, de la razón N15:N14 en los huesos fósiles, se desprende la proporción de alimento animal consumido en relación al alimento vegetal.

-por el análisis de los coprolitos (heces fosilizadas) hallados en los yacimientos de homínidos del Plio-Pleistoceno.

-por el estudio de las especies que habitaban el mismo medio ambiente al mismo y las posibles relaciones (presa-predador) dentro de una cadena trófica

-Por el análisis de la fauna asociada tratando de encontrar huesos que presenten fracturas y marcas de corte que permitan inferir un desmembramiento artificial realizado con útiles cortantes.

-por el examen microscópico de los primeros útiles para descubrir patrones distintivos de desgaste en bordes y superficie producidos como consecuencia del corte y desguace de animales.

-por el análisis –con todos los reparos epistemológicos de rigor en este tipo de comparaciones- del comportamiento de primates que viven hoy día, en libertad y en ambientes similares.

Uno de los fósiles mas famosos -porque se conserva el 40% de su esqueleto- es una pequeña hembra perteneciente a la paleo-especie australopitecus affarensis (homínidos que vivieron hace aproximadamente 4 millones de años), cariñosamente conocida como Lucy, de 1m de altura , 27 kg de peso y 415 cm3 de capacidad craneana. Sabemos que vivía en grupo (porque murió ahogada en el río Affar junto con algunos otros individuos) y que aunque su dentadura muestra caninos prominentes se alimentaba principalmente de vegetales (porque la relación estroncio/bario, y las trazas de zinc, colocan a los australopitecos affarenses en mejor posición juntando gramíneas que cazando los herbívoros gigantes que formaban la fauna (mega-fauna) con los que le tocó convivir en la sabana del sur muy sur.

Los australopitecos jovenlandeses, fechados hace 3 millones de años, pequeños y de complexión grácil y otras dos variedades de australopitecos vegetarianas y robustas (australopiteco robusto y boisei) datadas en 2 y 2,5 millones de años con grandes maxilares, enormes molares y crestas óseas en la parte superior del cráneo en las cuales se insertaron potentes músculos masticadores, convivirán durante cientos de miles de años en Africa con los mas tempranos representantes del genero homo: el homo habilis que hizo su aparición hace aproximadamente 1,9 millones con una diferencia trascendental: el omnivorismo[2]. Este, al mismo tiempo que los condena a la variedad alimentaria le brindará una ventaja selectiva frente a los australopitecos vegetarianos -robustos o gráciles- ya que solo la conducta omnívora desarrollada por los homo pudo sobrevivir a los avatares del cambio ambiental.

Quedan por responder infinidad de cuestiones acerca de la alimentación vegetariana de los australopitecos, una de las mas interesantes es si fueron realmente vegetarianos u "omnívoros contrariados" que por los medios que contaban para explotar el medio ambiente, no llegaron a una ingesta cárnica capaz de dejar trazas en los huesos siendo "vegetarianos funcionales".

El hecho es que hace unos 2 millones de años y coincidiendo con el pasaje de vegetariano a omnívoro, es decir coincidiendo con una proporción cada vez mayor de ingesta cárnica en la dieta, muy probablemente basada en la actividad carroñera antes que cazadora, se produce un proceso lento -pero seguro- de encefalización y acortamiento del intestino.

De manera que las paleo-especies que se suceden a partir de ese tiempo, todas tienen mayor capacidad y complejidad cerebral (la que queda evidenciada en sus calotas craneanas, pero también en sus logros: herramientas que se suceden con perfección creciente, capacidades –como el lenguaje –que tras*forman la realidad.

Las proteínas y ácidos grasos de la carne ayudarán a sostener un órgano metabólicamente costoso como el cerebro, iniciando un proceso de encefalización creciente. Servirán también para reducir el tiempo dedicado a la comida que pasará de las 10 ó 16 horas que le insumen a los grandes primates vegetarianos a las 3 ó 5 horas de los primates omnívoros. Pero hay algo más importante y es la necesidad de cooperación para obtener alimento. Estudiando los primates en libertad J.Goodall señala que en ellos la alimentación adopta dos modalidades: la alimentación vagabunda y la comensalidad.

En la primera los individuos de un grupo se dispersan y cada quién va recogiendo y comiendo lo que encuentra, es una forma de alimentación adaptada a ambientes de escasés. En la comensalidad, en cambio, el grupo obtiene y reparte colectivamente la comida. Este tipo de alimentación grupal es funcional en ambientes de abundancia cuando se puede cooperar y correr riesgos para obtener mejores presas y después compartirlas.

Lo que hicieron nuestros ancestros omnívoros fue combinar ambas formas, algunos individuos de la banda, entre los que se encontrarían los más viejos, las hembras grávidas y las crías, se dedicarían a la recolección vagabunda de hojas, frutas, bayas, semillas y brotes vegetales (el gramillón del título) junto a miel, larvas, pequeños roedores, bemoles, etc. mientras los mas hábiles y ligeros saldrían en grupo a tomar el riesgo de conseguir carne ya sea de animales muertos naturalmente, robando las presas de los grandes carnívoros de la sabana, y sólo mas tarde cazando animales de porte (cuando los útiles de madera, hueso o piedra suplantaron con éxito nuestras uñas y colmillos débiles).

Aunque sea un duro golpe para nuestro narcisismo, probablemente nuestro cerebro se desarrolló a expensas del carroñerismo oportunista, tal vez porque fuimos poco dotados por la biología para cazar (con caninos cortos y débiles uñas planas) tal vez la forma de obtener carne en ese lejano pasado fue similar a la que emplean actualmente los chimpancés, que caen en masa, haciendo ruido, sobre un felino que acaba de apiolar una presa y lo ponen en fuga, asustándolo con el número y el ruido. Pero el cazador pronto reacciona y retorna, momento en el cual los ocasionales carroñeros se retiran llevando como botín trozos mas o menos grandes de la presa. Con este comportamiento parecen coincidir los primeros útiles de piedra, grandes guijarros con filos toscos, mas aptos para desgarrar una presa abatida que para cazar una pieza en movimiento.

Es recién hace un millón y medio de años con el homo erectus, cuando la caza colectiva crece de la mano del perfeccionamiento de los instrumentos líticos (bifaces) aptos ahora para arrojar, cortar y desgarrar. Con este homo cazador nuestra especie que había sido presa durante millones de años se tras*forma en predadora. Esta nueva ubicación en la cadena trófica cambia la presión selectiva, la que a partir de aquí ya no dependerá de los predadores sino de la cantidad de alimento que se pueda extraer del medio ambiente.

F Cordón dice que así el homo se convierte en animal autótrofo que produce su alimento al mismo tiempo que produce su medio. Este autor aportará otra vuelta de tuerca a la importancia del omnivorismo en la evolución de la especie. Siendo un animal débil, la obtención de carne debió hacerse en forma colectiva, pero primero el carroñerismo y luego la caza, como actividades colectivas pueden muy bien desarrollarse con un lenguaje mínimo (los lobos y los leones son cazadores sociales y no han desarrollado lenguajes complejos, unas pocas voces alcanzar para montar una estrategia de caza). Este biólogo español le dará un rol protagónico en el desarrollo del pensamiento complejo a la cocina común en el fogón nocturno. Dice que será en la tranquilidad del fogón que aparecerá el verdadero lenguaje, aquel que enhebra palabras (voces verbales y nombres) en una sintaxis, apoyandose en los procesos concretos de la cocina (planificar, realizar, evaluar, modificar).

Resumiendo : la primera gran tras*ición alimentaria fue el omnivorismo, el que dispara el proceso de encefalización, que dispara a su vez, el sistema de retroalimentación positiva viso-motor que favorecerá la fabricación de herramientas, la colaboración para la obtención y el consumo de alimentos la que –finalmente- lleva al cambio de la presión selectiva, donde, por primera vez una especie pasa, por un cambio conductal, de presa a predadora y comienza un proceso de colonización de hábitats muy distintos de los que la vieron nacer de la mano de sus propias creaciones (esa "externalidad" llamada cultura).

-La alimentación en las bandas de recolectores cazadores paleolíticos-

Desde el punto de vista temporal, hemos vivido millones de años como cazadores recolectores, no más de diez mil años como agricultores y apenas ciento cincuenta años produciendo industrialmente nuestra alimentación.

En el tiempo largo de la especie el modo de vida de los cazadores-recolectores ha modelado nuestro cuerpo hasta el punto que podemos decir, sin equivocarnos, que el nuestro es un cuerpo paleolítico encerrado en un ambiente industrial (o pos-industrial como llaman algunos autores a ésta modernidad tardía).

Si hemos de darles crédito a los biólogos moleculares cuando calculan la velocidad del cambio somático en una mutación viable cada 1000 años aproximadamente, entonces dada la duración del paleolítico en comparación con el neolítico y la etapa industrial, nuestro equipaje genómico se modeló en aquellos lejanos contextos de adaptación. Por eso conviene estudiar qué sucedió en aquellos lejanos días para comprender las causas de algunos problemas alimentarios que nos aquejan hoy.

En otro artículo de éste mismo boletín[3] escribimos "Ingenuamente, imaginamos a nuestros antepasados paleolíticos en bandas pequeñas de cazadores brutales y recolectores andrajosos, viviendo al borde mismo de la extinción, buscando arduamente un puñado de hierbas y frutas, arriesgando el pellejo contra la fauna gigante del pleistoceno para lograr unos gramos de proteínas y pieles para cubrirse del frío de las épocas glaciales. Se nos antoja aquélla una vida corta, plagada de penurias y enfermedades, sin descanso ni ocio tranquilo. Esta imagen no parece corresponderse con los registros arqueológicos. Al contrario, los cazadores que vivieron entre aproximadamente el 100.000 y el 10 000 a.C. disfrutaron de niveles de bienestar bastante elevados en comparación con los estándares que les sucedieron. Esto es así hasta el punto que Sahlins llama a aquélla la sociedad opulenta primitiva."

Existe evidencia para pensar que nuestros ancestros llevaron una buena vida antes que una penuria permanente. Es difícil conciliar la idea que vivían al borde de la inanición cuando los basureros prehistóricos están llenos de huesos acumulados; es más, sus propios esqueletos dan prueba de que se encontraban bien alimentados. J. Lawrence Angel proyectó un perfil de niveles cambiantes de salud en los últimos 30 000 años y descubrió que los varones adultos promediaban 1m77 y las mujeres 1m65. Veinte mil años después, en el neolítico, los varones no eran más altos de lo que habían sido las mujeres, 1m65, en tanto éstas no promediaban más que 1m53. Sólo en tiempos muy recientes, las poblaciones han vuelto a alcanzar las estaturas características de los pueblos de la edad de piedra.

Los datos provenientes de las dentaduras muestran la misma tendencia. Treinta mil años antes, los adultos morían con 2.2 dientes faltantes, en el 6 500 a.C. con 3.5 y en tiempos de los romanos con 6.6. La estatura, el estado de la dentadura y las encías dependen en gran medida de la ingesta proteica, aun habida cuenta de la influencia genética. Angel concluye que hubo una auténtica depresión de la salud con posterioridad al paleolítico superior

En base al estudio de los esqueletos encontrados en Africa y Europa, Angel estima una duración de la vida paleolítica de 28.7 años para las mujeres y 33.2 para los varones. Diferencia que muestra que había mas riesgos de deterioro físico en los partos que en la caza mayor.

Recientemente los antropólogos han moderado las concepciones catastrofistas tanto como las bienestaristas y se acepta que el modelo más cercano a la realidad fue la alternancia de períodos abundancia–escasés sin que ninguno de ellos fuera determinante, ni la abundancia era obesidad ni la escasez hambruna.

No debemos imaginar una única forma de vida paleolítica desarrollada uniformemente en todas las geografías y a través del tiempo. Es obvio que la diversidad del modo de vida cazador-recolector ha tenido que ser enorme para encontrar soluciones craeativas a los problemas que trajo colonizar diferentes continentes, superar cambios climáticos de envergadura (como el avance y retroceso de los glaciares) e interactuar con otros grupos humanos durante las decenas de miles de años que duró el paleolìtico.

Los humanos elaboramos diferentes estrategias para reproducirnos física y socialmente con la mejor calidad de vida que fuimos capaces de imaginar y concretar. Estas estrategias fueron principalmente culturales (incluyendo la habilidad abstraer generalidades de experiencias particulares y comunicarlas, organizar el grupo humano, dividir el trabajo, perfeccionar las técnicas para proteger a los mas débiles, intensificar la producción, etc. porque su cambio es tan rápido como la problemática que enfrentan. Sin embargo en el largo plazo y sin mediar voluntad alguna, por la forma como se estructura el modo de vida paleolítico (que resulta el verdadero medio al que los humanos debimos adaptarnos), la especie como tal, pudo desplegar estrategias biológicas como la capacidad de atesorar reservas calóricas para superar la oscilación de períodos alternancia abundancia–escasez que caracterizan los ecosistemas naturales.


Braguinsky 1999 citando a Brown y Konner 1987

Según este modelo la ingesta proteica de los cazadores recolectores paleolíticos era alta. Sin embargo la grasa es significativamente menor que la esperada con tal ingesta cárnica, es que los animales de caza son magros por su actividad y con abundancia de ácidos grasos poliinsaturados como consecuencia del tipo de hierbas consumidas, por lo cual su relación P/S (poliinsaturados/saturados) era muy favorable. Puede apreciarse también que el ingreso de fibras, de calcio, de ácido ascórbico, podía ser óptimo (en el caso de las fibras incluso excesivo). Aunque el colesterol total de la dieta era más alto de lo que hoy consideraríamos recomendable, es probable que sus niveles en sangre fueran bajos: (así, por ejemplo, los estudios en poblaciones cazadoras recolectoras actuales muestran niveles de colesterolemia muy bajas. probablemente por la riqueza en ácidos grasos poliinsaturados que señalamos junto a un nivel de actividad física mucho mayor que el actual).

La alimentación de los cazadores-recolectores paleolíticos, al contar con escasos métodos de conservación, debió estar fuertemente condicionada por la alternancia cíclica del ecositema. En primavera verano, períodos de abundancia las bandas 20 o 30 miembros se unirían formando macro-bandas de 100 o más individuos, que amparados por la bonanza consumirían en cantidad, como hacen los cazadores-recolectores actuales que realizan fiestas propiciatorias y los jóvenes aprovechan para formar nuevos grupos familiares. En otoño e invierno, períodos signados por la escasez, se volvería a la microbanda ya que es mas conveniente para explotar recursos menguantes dispersarse en grupos pequeños para cubrir un gran territorio. En este contexto de alternancia cíclica abundancia-escasés, debió ser vital para la supervivencia disponer de mecanismos fisiológicos adecuados para llevarse puestas las calorías en forma de reservas de grasa. Esto es compatible, además, con la típica dieta de atracón de los cazadores que en el día a día consumen todo lo que hay, confiando que así como comieron hoy, el medio también les brindará sostén mañana.

En 1962 J.V. Neel señaló la posibilidad de un genotipo ahorrador (thrifty gen). El mecanismo de esta eficiencia era una rápida y masiva liberación de insulina después de una comida abundante, la que minimizaba la hiperglucemia y la glucosuria, permitiendo un mayor depósito de energía. Quienes eran capaces de atesorar más energía estaban mejor preparados para sobrevivir al inevitable período de escasés posterior.( Braguinsky citando a Lev-Ran, 1999). Por lo que no es de extrañar que en este contexto de adaptación (ecológico y social) durante el largo período del paleolítico los individuos portadores de estos genes "ahorradores" tuvieran ventajas selectivas en este contexto de adaptación y los tras*mitieran a sus hijos.

Si esto es así, los alelos con los que las enfermedades metabólicas crónicas de hoy (obesidad, aterosclerosis, diabetes) están asociadas, son de hecho parte del genotipo normal de la humanidad y producto de una selección positiva operada en otros contextos de adaptación que hoy se han convertido en handicaps y son ahora etiquetadas como alelos predisponentes a enfermedades.

Este régimen de alimentación (y de vida) modeló un tipo de cuerpo cuyos rastros quedaron marcados en los huesos fósiles y en las pinturas rupestres. Allí los cazadores recolectores se pintan a sí mismos como seres esbeltos, a veces (como en las cuevas de Tassili del norte de Africa) un trazo sirve para definir el cuerpo alto, magro, flaco, fibroso de estos pueblos arcaicos.

Estas características del cuerpo paleolítico fueron modeladas por la forma de vida de la que dependen tanto la dieta como la tasa de actividad. Y en esta forma de vida inciden la organización social en bandas pequeñas, con baja densidad demográfica en ambientes con gran diversidad biológica . La caza y la recolección organizadas de manera de sub-explotar el medio, la comensalidad signada por la reciprocidad generalizada como forma de reparto igualitario de los alimentos, acciones todas que, debieron cristalizar en visiones específicas acerca del lugar de los humanos en el mundo, habida cuenta de los restos que han llegado hasta nosotros de su vida espiritual.

Hay algunos temas que conviene aclarar: la caza y la recolección han debido realizarse en el pasado, como aún se realizan hay día, a un ritmo fisiológicamente soportable[4] y aseguraban una tasa de actividad que –medida en términos actuales, no baja de los 4 kilómetros diarios (tal es el promedio del recorrido de una recolectora actual). El nomadismo además asegura un gasto energético extra en las travesías. Pero antes que la regulación de la actividad, el nomadismo posiblemente obedeció a un fino ajuste con la capacidad de sostén del ecosistema. Para conservar su nivel de vida los grupos paleolíticos han debido subexplotar su medio es decir tomar –por ejemplo- presas, por debajo de la taza de reemplazo, de manera que la manada no se vea reducida hasta desaparecer. Cuando después de un tiempo de asentamiento, la zona comenzaba a sentir los efectos de la extracción (y hay que poner mas energía, por ejemplo caminar más, trepar mas alto a los árboles, etc. para obtener lo mismo), el grupo se trasladaría a otra zona para dejar que la primera se recuperara. Esta estrategia requiere grupos pequeños dispersos en habitats diversos. Pero donde la tasa de explotación humana no hacía mermar los recursos (por ejemplo en areas pesqueras) muy tempranamente se instalaron asentamientos estables.

Hay otro dato de la alimentación paleolítica que advierte sobre la eficiencia de su estrategia de superviencia: los fogones son comunes y este es un dato que habla tanto de la comensalidad como de la reciprocidad (todos se reúnen en torno a un fogón para compartir la comida que han juntado individual o colectivamente y que se repartirá entre todos de acuerdo a reglas pautadas) de manera que la comida circula, especialmente la carne de caza hasta llegar a todos, en la seguridad que quien no contribuyó hoy lo hará mañana.

Esta reciprocidad, ha sido analizada por los ecologistas culturales como una adaptación a recursos inciertos, como un seguro contra el riesgo ( Cashdan, 1985) y por otros autores como un mecanismo nivelador que evita la acumulación y por lo tanto el surgimiento de la desigualdad , Woodbun (1980, 1982) llama a estas "sociedades de retorno inmediato" caracterizadas por relaciones sociales igualitarias, con independencia interpersonal u obligaciones a laro plazo.

Los cazadores recolectores actuales pueden darnos una lejana idea de lo que fue la vida en el paleolítico siempre y cuando recordemos que éstos viven arrinconados por la sociedad industrial, confinados y hostigados en las geografías mas duras del planeta, mientras aquellos vivieron en ambientes pródigos e interactuando con otros grupos similares.

Los bosquimanos que habitan el desierto del Kalaharí, en el Africa meridional, disfrutan de una suerte de abundancia material, al menos en el dominio de las cosas de uso diario, aparte de la comida y del agua. Esta depende en parte de las facilidades de producción, de la simplicidad de la tecnología y de las modalidades compartidas de la propiedad. Todos los productos son de fabricación casera, hechos con fibras, piedra, pieles, madera o hueso, materiales que se encuentran profusamente en el entorno. Ni la extracción del material ni su elaboración implican un esfuerzo extenuante. El acceso a los recursos naturales es directo, todos son libres de tomarlos, así como la posesión de las herramientas suele ser general y el conocimiento de las técnicas requeridas, común. La banda, en fin, es próspera porque tiene lo que necesita. Hay dos maneras de ser rico, dice Sahlins, una es tener mucho, otra es desear poco (el modo Zen de la riqueza) y éste es el caso de los bosquimanos del Kalaharí (Sahlins, 1977).

Pero esta prosperidad podría costar cara en términos de calidad de vida si para lograrla deben vivir trabajando. Sin embargo en sólo tres horas obtienen alimentos equivalentes a 2140 kilocalorías por persona. Como el requerimiento calórico promedio de un varón adulto por su actividad y talla es de 1975 kilocalorías, tienen superávit. Si los bosquimanos del desierto del Africa meridional no llevan una existencia al borde de la inanición, cuánto menos nuestros antepasados paleolíticos en ambientes de mayor abundancia.

La etnografía nos muestra que los cazadores recolectores subutilizan su fuerza y subexplotan su medio. No intensifican la producción, acaso porque les interese más jugar con sus hijos, visitar a los parientes, dedicarse al ocio y tallar sus herramientas. Tal vez por eso rechazan la agricultura (Green 1962). Trabajaban poco, estaban bien alimentados y en armonía con su medio. ¿Por qué abandonaron su nomadismo cazador y se tras*formaron en agricultores neolíticos? Algunos autores han sostenido que el desdén por la actividad agrícola se debe a que no conocen el circuito de domesticación de plantas y animales. Los más piensan que sí lo conocen y que simplemente no lo eligen porque saben que dedicándose a la agricultura comerían menos, trabajarían más y en definitiva vivirían peor.

En tanto los cazadores recolectores mantuvieran baja su población respecto de sus presas subexplotando el medio sin intensificar la caza recolección de manera de nunca superar las capacidades autoreparadoras del medio ambiente, podían disfrutar de un envidiable nivel de bienestar. Algunos autores piensan los sistemas alimentarios paleolíticos como una búsqueda de equilibrio entre las presiones reproductivas de la población humana que promueven la intensificación de la producción y el consiguiente deterioro del medio que tal intensificación produce. Tal vez por ello entre la superexplotación del medio (que suponía deterioro irreversible) y el control de la propia población, nuestros ancestros optaron por esta última, manteniéndola baja a través del control de la fertilidad potencial de las mujeres, de manera tal que sobreviviera hasta la edad reproductiva sólo un promedio de 2.1 hijos. Para ello debieron recurrir al celibato, el aumento de la edad del matrimonio o la prolongación de la lactancia materna para estirar los espacios intergenésicos, entre los métodos blandos y al aborto y al infanticidio como métodos cruentos de control .

El rol de la lactancia materna prolongada (hasta los tres o cuatro años) y a demanda (es decir dependiendo del bebe y no de la imposición materna) debió tener como efecto prolongar la amenorrea pos parto, porque en cuerpos magros como los de las mujeres paleolíticas, y con la demanda calórica extra de la lactancia, difícilmente llegarían a las 23.000 kilocalorías de reserva necesarias para ovular mientras estuvieran dando pecho, aún si el amamantamiento se prolongara durante los primeros años y aunque el niño, por las demandas de crecimiento ya estuviera incluido en las comidas familiares.

-2 tras*ición. De cazadores-recolectores a agricultres.

La revolución de los hidratos de carbono.

Hace unos trece mil años, la temperatura empezó a aumentar en todo el globo y, a medida que retrocedían los glaciares, los bosques suplantaron las llanuras cubiertas de hierba que alimentaban a los grandes mamíferos. Los científicos no se ponen de acuerdo respecto de cuánto tuvo que ver el cambio climático y cuánto la depredación humana en la extinción de la megafauna del pleistoceno. Lo cierto es que junto con esta, hubo un colapso de las culturas de caza mayor especializada, seguido de cambios en la alimentación. En las costas, se consumieron pescados y mariscos. En las llanuras, se domesticaron las plantas; fue el advenimiento de la agricultura.[5] En Eurasia, la domesticación de plantas y animales se hizo simultáneamente, de manera que la población se reunió en aldeas y, dos mil años después, dependía enteramente de los cereales. En América, en cambio, aunque habían domesticado el maíz, se siguió migrando tras animales de caza, de manera que el asentamiento aldeano se postergó hasta que se agotaron las reservas proteínicas. En todo caso, ambas modalidades formaron parte de una intensificación regional generalizada que sentó las bases de un nuevo sistema de producción y de consumo alimentario.

En los primeros tiempos el pasaje de la alimentación basada en proteínas animales y fibras a hidratos de carbono combinada con el asentamiento en aldeas trajo una modificación (que no sería solamente estética) en el cuerpo alto y magro de los cazadores. Testigos de este proceso son las estatuillas femeninas y los bajorelieves de las Venus Obesas. Esta revolución de los hidratos de cultivo, con la malnutrición concomitante, redujo un promedio de 20cm la altura de la especie y acortó un promedio de 5 años la vida media. (Molleson.1991).

Además las labores propias de la agricultura condicionaron la aparición de enfermedades específicas: artritis y artrosis de vértebras cervicales (por el acarreo del grano de y desde los silos), lumbares, rodilla y dedo rellenito del pie comprometidos en la molienda (característicos de los esqueletos femeninos) rotura y desgaste dental (en mujeres y varones, por el consumo de granos de cereal mal molido y tostado).

Sumándose a ellas el hacinamiento, resultante del sedentarismo y la formación de aldeas, junto con la contaminación de los acuíferos, combinadas con una nutrición deficiente (no porque se alimentaban de cereales sino porque sólo se alimentaban de cereales) hizo que aparecieran por primera vez las enfermedades masivas: las epidemias.

A pesar de esta depresión de la salud, la población aumentó y en este aumento debe haber contado la reducción del período intergenésico de las mujeres que, alimentadas con hidratos de carbono, llegaban rápidamente a ovular durante la lactancia junto a que sedentarismo y posteriormente la invención de cerámica que permitió remojar y hervir los cereales o tubérculos para preparar papillas lo que contribuyó a la supervivencia de los niños consecutivos al limitar la carga de la progenitora y ofrecer alternativas al pecho materno.

Algunos datos poblacionales de aquella época lejana disponibles para el Oriente Medio, señalan que en cuatro mil años multiplicó por cuarenta la población. Sin embargo la calidad de vida (y de alimentación) cayó estrepitosamente ya que aunque había aumentado la cantidad de alimentos se sacrificó la variedad restringiéndose la dieta a un "alimento principal" (staple food) generalmente un cereal o un tubérculo, complementado con el producto del pastoreo. Esto trajo aparejado que, cuando faltaba el staple aparecía el hambre, en cambio cuando faltaban sus complementos, la población quedaba condenada a la desnutrición crónica por falta de micronutrientes.

Pero aún sub-alimentada la población crecía y este aumento dio principio a una nueva ronda de intensificación y, a su vez, un nuevo ciclo de agotamiento de los recursos agrícolas y forestales. Hay que hacer notar que la agricultura supone una intensificación de la producción muy eficiente en términos productivos, pero el precio que se paga es alto: El medio ambiente pierde diversidad ya que al agricultor le interesa ocupar el espacio con unas pocas especies , las que él consume, al homogeneizar el medio lo hace mas frágil: más susceptible a la difusión de plagas y a que un mal manejo lo degrade. De hecho el mal manejo de las aguas salinizó los terrenos de la actual Grecia o de la "Medialuna de las tierras Fértiles" –entre los mas estudiados- con la desertización consecuente. El deterioro ambiental debido al agotamiento de los suelos fue la causa del abandono de cientos de aldeas neolíticas. El caso es que los pueblos agricultores del neolítico pudieron superar exitosamente las oscilaciones estacionales pero, en cambio, la degradación del medio los hizo mas débiles frente a las variaciones de mediano y largo plazo. Sin embargo la posibilidad de intensificar la producción y obtener excedentes dará origen a muchas de las instituciones sociales que conocemos en la actualidad. Las sociedades divididas en clases, castas o estratos jerárquicos y la administración estatal.
Antes de la aparición de las sociedades estatales, los hombres y las mujeres que formaban parte de las bandas y las aldeas disfrutaban de libertades económicas y políticas de las que hoy goza sólo una minoría privilegiada. Decidían por su cuenta cuánto tiempo iban a trabajar, en qué iban a hacerlo o siquiera si iban a trabajar cada quien hacía lo que tenía que hacer, pero nadie le decía al otro dónde ni cuándo. Nadie establecía cuántos ciervos o conejos había que cazar, ni cuántas papas silvestres había que recoger. Todo eso fue arrasado por las sociedades estatales. Durante los últimos cinco o seis milenios, las nueve décimas partes de la humanidad vivieron como miembros subordinados de castas serviles, estamentos, sectores o clases sociales, que debían pagar tributos para apropiarse de una parte de la naturaleza. Sobre la faz de la tierra aparecieron reyes, reyezuelos, sumos sacerdotes, primeros ministros, alcaldes, jueces y mazmorras, cárceles y también campos de concentración" (Harris, 1987).

¿Cómo ocurrió este sometimiento masivo? Tal vez la humanidad no tuvo sino una conciencia tardía de cómo la división técnica del trabajo agrícola generaba la división social.

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Resumen final

Nuestro cuerpo es producto de la adaptación de las culturas de caza recolección a ambientes donde la alternancia de abundancia escasez eran la norma. Esto condicionó nuestra evolución como especie, biología ahorradora, cultura ordenadora.

La segunda revolución alimentaria todavía esta impactando en el cuerpo magro de los cazadores recolectores que fuimos ya que apenas nos hemos adaptado a la alimentación basada en cereales, pero si la revolución biológica fue grave, más lo fue la tras*formación cultural, donde la apropiación sesgada del excedente agrario creo instituciones tan conocidas como la pobreza, la guerra, la estratificación social, o el estado.

La tercera revolución alimentaria nos legará la tras*formación total del medio ambiente y un aumento extraordinario de la población, reinstalando la posibilidad de la opulencia alimentaria que generará un sinnúmero de nuevos problemas

La biología ahorradora será la misma pero la cultura ordenadora –las gastronomías- están en vías de desaparición , no porque falten los valores sino porque son tantos y contradictorios que el comensal queda sólo frente a la decisión sobre qué comer.

Antes, el medio natural (con la escasez) obligaba a una alimentación vagabunda, ahora el medio social (con la abundancia) lo sitúa en el mismo tipo de alimentación solitaria. tras*formando lo que fue nuestro bagaje de supervivencia (genes ahorradores) en patología.

Los biólogos moleculares calculan una mutación viable cada 1000 años. Por lo tanto cualquier solución a la crisis alimentaria de la pos modernidad , no hay que esperarla (nunca hubo que esperarla ) de la biología sino de la cultura.

Antes que sumergir lo biológico, la crisis alimentaria se debe a una profundización de mecanismos biológicos super-activados por la modernidad que ha tras*formado lo que fueron ventajas adaptativas en el pasado y los ha convertido en hamdicaps en el contexto de adaptación del presente en el mundo urbano industrial.

A nivel biológico, si no cambiamos nuestra manera de comer estaremos en la extraordinaria situación de ser una especie que se suicidó tras*formando en veneno sus alimentos y a nivel económico-ecológico, si no cambiamos los patrones de consumo terminaremos devorando el planeta.

Ante la ingenuidad de las salvaciones individuales (la dieta sana, personalizada, etc,etc.) la magnitud de la crisis de la alimentación asume proporciones planetarias. Aunque son mas visualizables sus efectos ecológico-económicos, también hay efectos en el plano simbólico de los consumos individuales (paradógicamente masificados). De esta crisis de civilización donde está en jaque la estructura y la subjetividad se sale en conjunto o se colapsa como especie.

En el milenio que comienza, en un mundo mas poblado (las versiones más optimistas nos sitúan en crecimiento inercial, el que comenzaría a revertirse a partir del 2050) más cálido y más comunicado, hay dos opciones que se perfilan claramente ( y seguramente montones de opciones que apenas se vislumbran). Seguir como ahora, profundizando las diferencias, u optar por cambio de estilos de vida y patrones de consumo a escala global. ¿Tendremos la sabiduría de elegir correctamente?
 
También podía haber dicho:
"Dos carroñeros españoles"
"Dos recolectoras castellanas"
"Un matrimonio ibérico"
"Una familia tradicional prehistórica"
...:roto2:

De momento nadie a dicho:
Dos carroñeros catalanes separatistas, no?
 
Por si os interesa os dejo por aquí el nombre de Jose Maria Ribero Meneses Lázaro, que viene pregonando a los cuatro vientos que el origen de la humanidad inteligente es el norte de la península ibérica.
 
Me ha hecho gracia como presenta el locutor el primer video que has puesto. Habla de dos cazadores leoneses. Manda güevos...



Supongo que habla de leoneses pq se refiere a los restos hallados en una cueva de Valdelugueros que es un pueblo de la montaña leonesa.
Lo raro que siendo un reportaje de la televisión de CYL no diga que eran cazadores de la meseta castellana nacidos en Valladolid.
 
Teneis que ir a Galera y la zona para conocer un poco más como vivían los primeros pobladores de Europa. Está en la comarca de Huescar -Granada-

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