Estás usando un navegador desactualizado. Es posible que no muestre este u otros sitios web correctamente. Debe actualizar o usar un navegador alternativo.
Que sepáis que la nueva y luminosa fe que profeso, al haber ingresado en la Santa Iglesia del Lonchafinismo, me impide de corazón guardar rencor alguno (hacia los chivatos de cosa que perversosmente me reportaron como viejas asustadas).
Así es el camino del lonchafinista: un nirvana de paz, sosiego y recogimiento por la vía del Lonchafinismo más sincero y devoto.
Loado sea el Altísimo Lonchafinista, que todo lo ve, todo lo sabe y todo lo ahorra.