Ya no sólo si es o no peligroso para nuestra salud. En mi opinión puede haber mucho producto chino con problemas de seguridad, pero también los podría haber en productos españoles si éstos se exportasen con el único fin del máximo beneficio económico. Entonces seguro que también aquí se relajaban los controles sanitarios.
Y sale barato traerlos de la gran puñeta porque no se consideran otros costes asociados al producirlos fuera, generalmente costes sociales y medioambientales. Ten claro que para que algo aquí te cueste poco,en algún sitio debe recaer el coste que tu no pagas. En algún punto del sistema de producción existe ese sumidero.
Creo que la solución pasa por el
consumo local. No es menospreciar el producto exterior. Ese producto es necesario producirlo, y consumirlo, pero en su lugar de procedencia, no en la otra punta del mundo.
En la frutería de mi barrio venden igual productos de mi comarca y productos que vienen de Chile. Yo elijo. Y en la puerta hay un viejo que lleva toda la vida ahí vendiendo caracoles, tagarninas, espárragos trigueros o conejos, según sea la temporada. Todo recién recolectado de mi tierra. Con la garantía de calidad de alguien que lleva 50 años vendiendo lo mismo en el mismo barrio, a mis vecinos.
Me imagino que venderá libre de impuestos. No lo sé, ni me importa. Porque es simplemente inmoral cobrar impuestos a quien vende caracoles de cuneta, tagarninas, conejos del campo o espárragos, mientras existan engendros como las SICAV (
video de 4 minutos aquí).
Y para lo que no pueda encontrar aquí, entonces lo busco de procedencia exterior. Como el melón chino, naranjas israelíes o uvas red globe de chile (traídas por una multinacional china que también comercia con vino australiano).
Pero ¿necesito melón chino, naranjas israelíes o uvas enormes chilenas? ¿Cuánta energía se gasta en traer naranjas desde israel a españa, para que luego se envíen naranjas españolas a Israel? Que bien, tanto israelitas como españoles tenemos disponible una gran variedad de naranjas... si, pero ¿a qué coste? No hablo de precio, hablo de COSTE. Económico, social y medioambiental.
Si solo vemos un lado del triángulo no vamos a acabar bien.
Creo que está en nosotros cambiar eso. Somos los consumidores, somos los que al final decidimos qué comprar y dónde comprarlo.