Para mí conducir le da cierto sentido a todo este absurdo

Steven Seagull

Madmaxista
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17 Ago 2021
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No abro hilos sobre cajas en Conspis porque lo considero un subforo serio para cuestiones más tras*cendentales y menos materiales, pero incluso en el sentido más filosófico, no dejo de ser una entidad simplona que le encuentra sentido a su vida a través de la conducción de cajas gostosas.

Sería hipócrita y falso decir lo contrario, porque si algo me mantiene más o menos centrado son los coches y la conducción. Repararlos, conducirlos, disfrutarlos, llegar a paisajes desconocidos en ellos... Será simple, orate, materialista y lo que queráis, pero es así.

Obviamente hay cosas más valiosas en este lugar que una máquina que no deja de ser un montón de hierro sin vida, vínculos mucho más fuertes que los que pueda crear ningún objeto.
Sin embargo, no puedo desvincularme de esa sensación de poder, satisfacción y autorrealización que consigo tras el volante.

Tengo más proyectos, más interacciones, más ideas y más planes que no tienen que ver con las cajas de cuatro ruedas, pero sin ellas me faltaría algo esencial.
Desde que era un niño que apenas sabía hablar ya tenía este vínculo con unas máquinas que, sin duda, forman parte de este enorme engaño en el que vivimos inmersos.

No soy un piloto de alto nivel ni nada parecido, pero al volante me encuentro en paz. A veces estoy rayado y salgo a conducir por el simple placer de hacerlo.
Disfruto conduciendo de tranquis en buena compañía, de risas con amigos o familia, pero cuando voy solo a mi bola lo único que importa es la carretera... la máquina, mis reflejos, lo que hacen los demás... No tengo necesidad real de ir rápido, pero me gusta hacerlo, me satisface, me llena...

Muchas veces hasta me sobra la música, porque me distrae del momento. Puedo vivir el momento sobre todo cuando estoy al volante, y si es un coche con el que me identifique mucho más.


Llega un punto del viaje en el que el destino es lo de menos, porque sólo vives inmerso en el viaje, un viaje que te tiene tan atrapado que no quieres que acabe y cuyo destino, aunque bueno, deja de interesarte porque en ese momento sólo importa el proceso.

La vida tiene mucho de eso. Vives por inercia en el proceso, en el camino, en el viaje a ninguna parte... sin conocer ni el origen ni el destino, y procuras disfrutar del proceso porque es lo que tienes.

Quizá el tema de la conducción tenga un vínculo con eso y por eso me atrapa tanto.

No abro el hilo para creerme especialito. Otra gente hará lo mismo con la música, con los viajecitos, pintando, escribiendo... Al final son abstracciones y atrapamientos dentro de un enorme absurdo en el que origen y destino quedan fuera de la ecuación porque de lo contrario se desmorona todo.

¿De dónde vienes? ¿Adónde vas? ¿Por qué haces lo que haces? ¿Por qué eres en lugar de no ser?


Venga, hasta luego...
 
Son esas pequeñas cosas, que aunque sepamos que son mentira, nos sirven para ser conscientes de que nuestra libertad es imparable. Y que aún sabiendo que estamos rodeados de sarama tenemos el poder de sacar la cabeza y disfrutar por mas que les aguante a los que han montado este circo en el que vivimos.
Me alegro que tu hayas encontrado en conducir una manera de hackear esta granja.
 
Llega un punto del viaje en el que el destino es lo de menos, porque sólo vives inmerso en el viaje, un viaje que te tiene tan atrapado que no quieres que acabe y cuyo destino, aunque bueno, deja de interesarte porque en ese momento sólo importa el proceso.

La vida tiene mucho de eso. Vives por inercia en el proceso, en el camino, en el viaje a ninguna parte... sin conocer ni el origen ni el destino, y procuras disfrutar del proceso porque es lo que tienes.

Pues sí, así es la vida, un viaje en el que desconoces el destino. Me ha gustado mucho tu reflexión. Gracias por el aporte
 
No abro el hilo para creerme especialito. Otra gente hará lo mismo con la música, con los viajecitos, pintando, escribiendo... Al final son abstracciones y atrapamientos dentro de un enorme absurdo en el que origen y destino quedan fuera de la ecuación porque de lo contrario se desmorona todo.

Como bien dices, serán abastraciones y atrapamiento.

Por el otro lado, por otras cosas que mencionas, pues ciertamente te hacen tener una conexión contigo mismo. Incluso que la práctica de la actividad y el aprendizaje de materias relacionadas, conlleve darte cuenta de otras cosas a un nivel mas elevado:

Seria llegar a obtener una especie de sabiduria o crear una filosofía vital y propia. En tu caso, el hecho de conducir coches, aparte de la realizacion personal, pues lo puedes aplicar o ver de la misma manera por la que "conduces" por tu propia vida. Y eso es lo importante, creo yo.
 
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Conducir es el sentido. Buen RETARDED estás hecho
 
No abro hilos sobre cajas en Conspis porque lo considero un subforo serio para cuestiones más tras*cendentales y menos materiales, pero incluso en el sentido más filosófico, no dejo de ser una entidad simplona que le encuentra sentido a su vida a través de la conducción de cajas gostosas.

Sería hipócrita y falso decir lo contrario, porque si algo me mantiene más o menos centrado son los coches y la conducción. Repararlos, conducirlos, disfrutarlos, llegar a paisajes desconocidos en ellos... Será simple, orate, materialista y lo que queráis, pero es así.

Obviamente hay cosas más valiosas en este lugar que una máquina que no deja de ser un montón de hierro sin vida, vínculos mucho más fuertes que los que pueda crear ningún objeto.
Sin embargo, no puedo desvincularme de esa sensación de poder, satisfacción y autorrealización que consigo tras el volante.

Tengo más proyectos, más interacciones, más ideas y más planes que no tienen que ver con las cajas de cuatro ruedas, pero sin ellas me faltaría algo esencial.
Desde que era un niño que apenas sabía hablar ya tenía este vínculo con unas máquinas que, sin duda, forman parte de este enorme engaño en el que vivimos inmersos.

No soy un piloto de alto nivel ni nada parecido, pero al volante me encuentro en paz. A veces estoy rayado y salgo a conducir por el simple placer de hacerlo.
Disfruto conduciendo de tranquis en buena compañía, de risas con amigos o familia, pero cuando voy solo a mi bola lo único que importa es la carretera... la máquina, mis reflejos, lo que hacen los demás... No tengo necesidad real de ir rápido, pero me gusta hacerlo, me satisface, me llena...

Muchas veces hasta me sobra la música, porque me distrae del momento. Puedo vivir el momento sobre todo cuando estoy al volante, y si es un coche con el que me identifique mucho más.


Llega un punto del viaje en el que el destino es lo de menos, porque sólo vives inmerso en el viaje, un viaje que te tiene tan atrapado que no quieres que acabe y cuyo destino, aunque bueno, deja de interesarte porque en ese momento sólo importa el proceso.

La vida tiene mucho de eso. Vives por inercia en el proceso, en el camino, en el viaje a ninguna parte... sin conocer ni el origen ni el destino, y procuras disfrutar del proceso porque es lo que tienes.

Quizá el tema de la conducción tenga un vínculo con eso y por eso me atrapa tanto.

No abro el hilo para creerme especialito. Otra gente hará lo mismo con la música, con los viajecitos, pintando, escribiendo... Al final son abstracciones y atrapamientos dentro de un enorme absurdo en el que origen y destino quedan fuera de la ecuación porque de lo contrario se desmorona todo.

¿De dónde vienes? ¿Adónde vas? ¿Por qué haces lo que haces? ¿Por qué eres en lugar de no ser?


Venga, hasta luego...
Y un día descubrirás las motos y notarás que aún se puede ser más feliz
 
Es viernes por la tarde y agosto. Te has portado bien durante el último trimestre y los del proyecto hombre deciden soltarte una semanita de prueba con la tobillera GPS.

Le pides al celador que te de la bici, tienen guardados los trastos personales en las -ahora vacías- carboneras, debajo de los viejos incineradores. Le quitas el porvo a la G.A.C. y te vas directo a casa de la yaya, son 4km solamente por el camino del canal.

La abuela no está en casa, estará en la piscina municipal. Vas al corral y te subes a las conejeras altas y cojes las llaves que tienes escondidas. Te bajas de un salto en plan alehop! y vas a quitarle las mantas de la Guerra de Crimea que tapan tu preciado coche, un Alfa Romeo GT 1300 Junior.

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Pinchas en el móvil el segundo disco de colaboración de Julio iglesias con Jimmy Page, para que suene o por el altavoz BT pandillero, o por los Sony BT tonalidad piel, es un Alfa de 1969 y el arradio original solo sintocina AM. Es la hora de hacer cruising, el original que consistia en pasearse en coche por la ciudad, por el paseo marítimo, ir a comprar un helao y una cangreburguer al Mercadona (no el cruising de ahora).

Mi yayo me dijo que había que luchar por conseguir tus sueños si ello no interfería el la vida de un hombre honrado, un sueño que no te desvíe del recto camino que se ha de seguir. Da igual estar fuertecito, llevar coleta, riñonera y no tener wassap cuando tienes un Alfa viejuno. Y para el que no lo sepa, soñar es gratis y beneficioso si es con buena intención. Yo he escrito este invent en un momento y no hago mal a nadie, tampoco es que haga bien, pero mirad que coche por la gloria de vuestra progenitora.
 
Última edición:
Sin embargo, no puedo desvincularme de esa sensación de poder, satisfacción y autorrealización que consigo tras el volante.

Amén, hermano. A mí me pasa lo mismo. A veces salgo con el coche yo solo para desconectar, pensar y ordenarme la cabeza. Al igual que a tí, me da paz y me reconforta. Soy de correr con el coche, aunque ciertamente no lo necesito y cuando salgo simplemente a conducir, puedo conducir como el más lento de los lentos, eso si, por el puñetero carril de la derecha, no por el central como si fuese mongólico.

Los que no son amacajas no lo entienden ni lo entenderán jamás: me rezuma la platano.
 
Ahí ahí, contaminando la atmosfera a lo orate dando vueltas sin rumbo porque sí.
 
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