La fama del Cid fuera de España es indiscutible, dentro de nuestras fronteras le pesa mucho ser burgalés, si fuera de otra región periférica me da que no habría esta saña contra el personaje. En el siglo XIX los liberalotes españoles utilizaron Castilla como imagen de sus fantasias de libertazzz, fueros (los liberales exaltaban los fueros medievales), democracia concejil, comuneros y caricias mentales varias frente a la España visigótica, del reino de Asturias y luego León, y los intelectuales del 98 seguirían fabulando aunque de forma más poética. Pero la figura del Cid no tiene culpa alguna de esto, y su fama en toda Europa es muy anterior a esa mitificación de los liberales.
- El Cid mercenario; esto me he aburrido de ponerlo en todos los hilos que he visto sobre El Cid, si de acuerdo a la legislación internacional de hoy día (en la época de los ejércitos nacionales y por más que les pese de la Nación Estado), el Protocolo Adicional I de la Conv. de Ginebra en su artículo 47.2 no se puede considerar mercenario al Cid, menos todavía podría considerarse como tal en su época.
El Cid no era como dicen un caballero de fortuna que se ganaba el pan al servicio de uno u otro señor, todo lo contrario era un personaje de linaje bastante elevado, podía haberse dedicado a vegetar alrededor del poder como han hecho tantos a lo largo de la historia, pero EN SERVICIO DE SU REY fue cuando empezó a luchar, también en tierras jovenlandesas, y a ganar fama. Era común que los reyes cristianos mandaran ayuda militar a sus estados clientes que les pagaban las famosas parias. El Conde de Barcelona lo hacia con la taifa de Lérida. Cuando el Cid fue desterrado no se fue simplemente a ofrecer sus servicios, fue a refugiarse (igual alguno no se entera de que el destierro incluye EXPULSIÓN de la patria) y primero fue a buscar refugio al Conde de Barcelona, como se lo denegaron fue a Zaragoza que ya era una taifa tributaria de Alfonso VI. En cuanto a la forma en como se convirtió en señor de Valencia no es como insidiosamente se cuenta por aquí.
- El Cid y España; la palabra España (normalmente como Espanna) aparece repetida hasta la saciedad en aquel tiempo por ejemplo en los poemas de Fernán González y en el del Cid y hay un ideal en la realeza de todos los reinos pero especialmente León bastante claro por recuperar la España cristiana de los godos frente a los jovenlandeses que la usurpaban. Se dice que ¡España! era el grito de los cristianos en las Navas de Tolosa, no se puede saber a ciencia cierta pero sí se sabe sobradamente lo que dije antes.