Tú si que eres tozudo, pero nada objetivo. El animismo nunca es objetivo, sino irracional o acto de fe, según te lo creas o no.
Te voy a contar la historia de Lot, ese simpático personaje del Antiguo Testamento, para que veas lo civilizados que eran los antiguos: Lot tenía por invitados a dos ángeles y en esto que aparecen sus paisanos y le dicen algo así como "que salgan esos ángeles que los vamos a encular" y Lot defendió a los ángeles y les dijo "a los ángeles no, pero te doy a mis hijas para que os corrais con ellas" (o algo así). Ahí no acabó la cosa, porque resulta que el diós destruyó aquella ciudad y la mujer de Lot va y desobecede al marido, que le había dicho "no mires atrás" y este bondadoso dios de los judíos y los cristianos va y la convierte en estatua de sal, por ser un poco apreciable ser femenino.
Ahora te doy tres opciones:
Opción 1: Te crees toda esta cosa que te acabo de contar y la consideras objetiva, y a los antiguos, sabios llenos de bondad.
Opción 2: No te la crees, por ser de un salvajismo inaceptable.
Opción 3: Sigues a los teológos de la iglesia católica, que dicen que gran parte de la biblia es "simbólica" y que en muchos pasajes "se dicen barbaridades".
Y es que muchos sois antisemitas por pura ignoracia. No os enterais que, por ejemplo, lo de Adán y Eva se adictrina en literal a los críos, luego, en el instituto, se informa de que es "mayormente simbólico" y más tarde, el que no es mononeuronal, acaba convenciéndose de que todo es muy dudoso y confuso, incluído todo el repruebo que trae el libro ese y toda la supremacía de pacotilla que promulga.
Es lo que hay, tío, es que ni idea tienes de lo que es la "objetividad".
Si hemos de reprobar a los judíos (o a otro pueblo cualquiera), dadnos argumentos que se sostengan y no la misma cosa de siempre que se ha repetido a lo largo de la historia, y que consiste en "me siento superior si hago a otros inferiores". Si sometes toda doctrina a la razón, te librarás de toda la confusión que te trae el ver que los demás no te siguen, y es que los demás somos durillos y no nos convencen las simplezas. Hay que currárselo más.