Hace unos 20 años un empresario adinerado - de los de verdad, de esos que visten con ropa del Carrefour - me encargó un proyecto. Me dijo que tenía una parcela rústica sin dar ningún rendimiento, que estaba ubicada zona era soleada y que le habían dicho que por unos 300.000 EUR podía llenar la parcela de paneles fotovoltaicos y vender la electricidad era un negocio de la leche.
Acepté el encargo de estudiar la viabilidad económica del negocio. La conclusión a la que llegué era que el proyecto no era rentable, ya que dependía por entero de las subvenciones dadas por el gobierno que (a) Eran absurdamente altas y (b) Podían ser retiradas en cualquier momento, por mucho que la CE de 1978 hable de "seguridad jurídica".
Sin esas subvenciones el escenario más probable era que tras 20 años sólo lograse amortizar la inversión, dado que el rendimiento de los paneles fotovoltaicos descendía cada año un 3% de acuerdo a lo indicado por los propios fabricantes en los manuales.
No se metió en ese embolado y ese dinero, me cuentan, lo dedicó al cultivo de eucalipto; me dicen que hace unos tres años vendió la producción y compró al contado un par de pisos en zonas buenas.
Ciertos fondos de inversión y similares no sé a quién shishi contratan o si trabajan. Para hacer ese estudio antes mencionado no hay que ser una lumbrera - yo no lo soy - y necesité un par de tardes.
