Además de eso, que es relativo a reconocimientos, ocurre que los curricula de muchos catedráticos están hinchadísimos, porque lo firman todo. Cuando alguno de esos mafiosos locales recibe un auto-reconocimiento, siempre dicen de él: “tiene más de 200 publicaciones en el campo…”. Claro, luego echas la cuenta y sale a 10 publicaciones anuales. Pues o bien investiga insensateces o lo que ocurre es que firma todo lo que sale. Los que ponen el ojo ciego son promocionados, y los que le mandan a tomar por el ojo ciego, no. Ese mecanismo de camarilla que lamina al independiente es la principal explicación de nuestro único premio Nobel en ciencias de 1906. Por más dinero que metan en el sistema, por más que incrementen el presupuesto en I+`D (aunque lo que hacen es quitar fondos), da lo mismo: todo lo que entra se usa para incrementar el poder local de los cortijeros. Ya lo contaba don Santiago Ramón y Cajal clarísimamente en sus memorias, y van más de 100 años. Al independiente se le hace luz de gas, se le impide formar equipo propio, se le difama, todo con sordina. Al cabo de los años quedan un montón de publicaciones irrelevantes del cortijero y sus siervos, todo esto multiplicado por mil, y la vida sigue.
