Un empresario toledano se hizo con la aldea hace un año y, tras varios meses de trabajos de rehabilitación, ha vuelto a ponerla en el mercado
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Hace menos de un año,
Salto de Castro (Zamora) salió a la venta en el portal inmobiliario
Idealista. El empresario toledano Óscar Torres aprovechó la oportunidad para hacerse con la aldea por
300.000 euros. No obstante, el
recién estrenado propietario tuvo que encargarse de elaborar el proyecto arquitectónico de rehabilitación integral y de llevar a cabo la
ordenación del “papeleo catastral”. El poblado, que tiene un total de 6.600 metros cuadrados construidos, vuelve a estar en el mercado, aunque
la tarifa es un poco más elevada que hace 12 meses.
Este pueblo vacío de la provincia de
Zamora se sitúa justo al lado de una presa y hace frontera con el noreste de Portugal. La empresa que había comprado la aldea ha confirmado a
Idealista que su propuesta “
no se podrá llevar a cabo por problemas personales del empresario”. Sin embargo, este giro de los acontecimientos no parece suponer un problema para la agencia del toledano, puesto que dos nuevas compañías han mostrado su
interés en adquirir el poblado: un grupo saudí y una sociedad estadounidense con sede en Miami.
En su momento, Óscar Torres había pensado convertir
Salto de Castro en una pequeña culminación del turismo rural, pero los “problemas personales” a los que se remite han truncado sus planes. El empresario negocia en estos momentos la
venta del pueblo. La firma que representa al toledano asegura haber recibido ofertas de hasta 600.000 euros para su adquisición, motivo por el que la
subida de precio es, bajo su punto de vista, “más que lógica”. Torres figura como consejero delegado de
Iniciativas Faos y cuenta con una experiencia de más de
20 años en el sector de la construcción.
¿Cómo es el pueblo de Salto de Castro?
Salto de Castro, pegado a un embalse, cuenta con 44 viviendas, una iglesia y una escuela con varias clases. Este pueblo, vacío desde hace dos décadas, ofrece unas
vistas increíbles al río Duero y hace frontera con el norte de Portugal. La aldea también tiene un antiguo cuartel de la Guardia Civil,
una piscina, instalaciones deportivas y un garaje para autobuses. Además, el vecindario tiene una hospedería con proyecto para ejecutar 14 habitaciones, con salón-comedor y servicio de lavandería.
El pueblo, cuando perdió a todos sus habitantes, quedó en manos de una familia que lo compró para convertirlo en un
destino turístico de primer orden. No obstante, sus planes se truncaron en la crisis de 2008 y el proyecto se estancó. Los dueños se retiraron del
circuito de los negocios y pasaron el testigo a otros emprendedores. La actual
empresa propietaria asegura que Salto de Castro podría albergar hasta 184 plazas de turismo rural. El precio de venta ha subido hasta los
580.000 euros y los compradores tendrán derecho a subvenciones públicas para rehabilitar el poblado. Según los todavía propietarios, que han elaborado un estudio previo, la
inversión que necesita el pueblo para estar 100% operativo no supera los dos millones de euros.