Siempre a vueltas con los tipos de interés. Los bancos podían fijar los tipos de interés que les diera la gana a la hora de conceder los créditos.
Según vosotros como los tipos de interés estaban bajos, los que pedían créditos se animaban a pedir más. Pero es que el banco también cuenta. Y los bancos pueden fijar el tipo de interés que quiera para cubrir su riesgo. Si no lo cubrían, no tiene nada que ver con los tipos que fijara el BCE, no lo cubrían porque no querían o porque se equivocaban al estimar el riesgo.
Yo me quedo con la A. El cortoplacismo de los beneficios anuales y los bonus del directivo pueden más que los intereses a largo plazo de la empresa.
El combustible.
El banco central puso unos intereses muy bajos más de lo necesario ya que creen que puedan controlar la masa monetaria o no.
El banco alemán pedía un préstamo al interés más bajo al banco central (el que dictaba éste).
Con un interés bajo, el banco en los préstamos el margen de beneficio es pequeño. Con lo que hay que ganar dinero con volumen (mayor número de hipotecados más ganancias, por lo tanto, se generalizó: no pagues en los dos primeros años o 30 años de hipoteca y etc).
En España pasó la famosa ilusión monetaria provocada por el perverso sistema de intereses reales negativos.
Es decir, el BCE propicia una política de intereses bajos. Alemania en 2002 ya está en su ajuste y con una inflación muy controlada, no le supone ningún problema. ¿Pero España?. Parte con una inflación alta -tradicional con la peseta-. El banco español X pide al interbancario (está detrás el BCE) un crédito a interés al 2% mientras la inflación real era el doble o más. Beneficio asegurado. Así que, empezó el juego (los bancos del interbancario pidieron una garantía: fue la cédula hipotecaria).
La inflación no se controla en España. A eso se suma la cantidad de masa monetaria que se inyecta en la economía española del interbancario vía banca española. Esa masa monetaria por razones consabidas va a un mercado cautivo pero de bajo valor añadido (no genera alta productividad, con lo que, la producción de bienes no casa con el capital prestado, véase productividad marginal de la deuda a partir de 2003 como descendía cada año). Eso genera una inflación real mayor (en el IPC oficial no se refleja, como es un proceso inflacionario inicial aún no ha llegado a éste -bienes básicos de consumo-, donde está indexado los salarios -como estaba la peseta-), con lo que la banca española devolvía con creces al interbancario. Es tal el flujo que se endeudaba a corto plazo ya que devolvía con beneficios los vencimientos de deuda a la banca extranjera. Pedía más y el interbancario más ganaba (más volumen, más beneficios). Con el tiempo era pura refinanciación de la deuda. Duraba demasiado tiempo. Los veteranos de la banca extranjera lo sabían. Cada año más beneficios que el año anterior. Demasiados años. La aversión del riesgo se perdió. ¿Pero quien era el guapo que decía que se acaba la fiesta?. El Banco central podía subir los tipos de intereses y los bancos bajar el pedal. Los bancos confiaban que podían retirarse a tiempo y sino estaba el Banco Central para salvarles.
Sin el combustible (crédito barato) no ocurrió lo que pasó.
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