Alcazar
Madmaxista
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Artículo muy bueno que narra la vida de este actor recientemente fallecido.
La broma infinita: cómo Matthew Perry gastó siete millones en desintoxicarse para nada (elconfidencial.com)
Resumen: este hombre tenía graves carencias afectivas y miedo al abandono porque era hijo de dos profesionales liberales progresistas que se desentendieron de el para ocuparse de sus carreras, y ese vacío solo podía rellenarlo con alcohol y opiaceos.
Su padre era un actor bohemio que abandonó a su familia antes de que su hijo cumpliera un año para vivir a su aire, y su progenitora la secretaria y jefa de prensa de Trudeau padre (seguramente también la amante, ya que a su vez la mujer de Trudeau era amante de Fidel Castro, padre biológico de su hijo a juzgar por el extraordinario parecido juvenil entre ambos).
Algunos extractos reveladores:
A un niño hay que darle valores y amor incondicional, de lo contrario las consecuencias pueden ser nefastas.
La broma infinita: cómo Matthew Perry gastó siete millones en desintoxicarse para nada (elconfidencial.com)
Resumen: este hombre tenía graves carencias afectivas y miedo al abandono porque era hijo de dos profesionales liberales progresistas que se desentendieron de el para ocuparse de sus carreras, y ese vacío solo podía rellenarlo con alcohol y opiaceos.
Su padre era un actor bohemio que abandonó a su familia antes de que su hijo cumpliera un año para vivir a su aire, y su progenitora la secretaria y jefa de prensa de Trudeau padre (seguramente también la amante, ya que a su vez la mujer de Trudeau era amante de Fidel Castro, padre biológico de su hijo a juzgar por el extraordinario parecido juvenil entre ambos).
Algunos extractos reveladores:
Las causas
Queda claro que Perry se metía mucho. Ahora bien: ¿qué cuenta sobre los motivos de su politoxicomanía?
Por ejemplo, había un problema de enfoque vital:
“Carecía tanto de principios espirituales que me sirvieran de guía como de capacidad para disfrutar de las cosas. Pero, por otro lado, al mismo tiempo, estaba enganchado también a las emociones fuertes. La combinación de ambas cosas es tan tóxica que flipas”.
“Si no estaba intentando dar con algo que me resultara emocionante, pasándomelo bien o borracho, entonces era incapaz de disfrutar de las cosas. Existe un término especializado para definir esa sensación: anhedonia, una palabra que más tarde me haría invertir millones de dólares en terapia y centros de tratamiento para tratar de identificar y comprender algunas cosas”.
Flores en homenaje al actor en EEUU. (Reuters)
Pero cuando reflexiona sobre los motivos profundos de sus adicciones, Perry habla sobre todo de sus padres. O, según él, de sus no padres. Es aquí donde toca poner un poco pie en pared...
Aunque la fin de Matthew Perry ha dolido mucho, el relato de su vida tiene abusos psicologistas que no se pueden obviar. El actor ve una línea recta entre la separación de sus padres cuando era pequeño —que le generó una fisura solitaria que nunca logró rellenar— y su adicción compulsiva. O la borrada de sus adultos de referencia como autopista directa al vicio —sus padres eran profesionales liberales que estaban a otra cosa: el padre, haciendo carrera bohemia en otro país; la progenitora, a cargo de su hijo, pero ocupadísima jefa de prensa del presidente canadiense, el mismísimo Trudeau sénior—.
Escribe Perry:
“Perdía a mi padre una y otra vez, me abandonaban en la frontera sin parar. Tengo metido el rugido del río Niágara [donde sus padres se separaron y ella se quedó con el niño] para siempre en los oídos y ni una dosis de fenobarbital será capaz de acallarlo”.
“Me pasé muchísimo tiempo solo; tuve algunas niñeras, pero no solían durar demasiado, así que también las añadía a la lista de personas que me habían abandonado… Y entonces continué en mi línea de resultar gracioso, elocuente e ingenioso para conseguir sobrevivir a todo aquello”.
"No sabría decir si la gente me gusta o no. Los seres humanos tienen una serie de necesidades, dicen mentiras, engañan, roban..."
“Todos los padres se van a trabajar y siempre regresan. Normalmente, funciona así. No hay de qué preocuparse. Nada que pueda derivar en un ataque de cólicos o en una adicción o en toda una vida sufriendo esa sensación de abandono o de que uno no es suficiente o una intranquilidad constante o un deseo desesperado por que lo quieran o la creencia de que no le importas a nadie”.
“No sabría decir si la gente me gusta o no. Los seres humanos tienen una serie de necesidades, dicen mentiras, engañan, roban o, peor aún: quieren hablar de sí mismos. El alcohol era mi mejor amigo porque él nunca quería contarme sus cosas. Simplemente estaba ahí, como un perro silencioso acostado a mis pies que de vez en cuando me miraba desde abajo y siempre tenía ganas de salir a dar una vuelta. Era capaz de hacer que gran parte del dolor que sufría desapareciera, incluso el que tenía que ver con el hecho de que cuando no estaba en compañía de alguien me sintiera solo, pero que cuando estaba rodeado de gente sintiera lo mismo”.
A un niño hay que darle valores y amor incondicional, de lo contrario las consecuencias pueden ser nefastas.