Pues mira qué curioso, cuando antaño un emigrante español quería alquilar una casa o un local en hezpanchoamérdica los arrendadores autóctonos se lo alquilaban con sumo gusto, sin exigir garantías de pago e incluso por un precio menor. Y esto no se debía a que los arrendadores hermonos cobrisos amasen a los españoles, ya que nadie en todo el planeta los odiaba más que ellos, sino a que sabían que los españoles, al contrario de sus congéneres apokalyptos, eran personas serias y cumplidoras que iban a pagarles puntualmente la "renta" y no les iban a destrozar el inmueble ni causar problema alguno. La pela es la pela JOJOJOJOJO