Lux Mundi
In Hoc Signo Vinces
- Desde
- 8 Dic 2019
- Mensajes
- 15.641
- Reputación
- 63.863
Después del estudio antropológico de la Costa Marrón, debatida y discutida en el hilo adjunto abajo, me dispongo básicamente por petición popular foril, a invitarles al debate de otra madrileña zona digna de mención.
Opinión: - Madrileñan Horror History. La Costa Marrón: Fuenlabrada, Getafe, Leganés, Móstoles y Alcorcón.
En el oeste madrileño, el Sol se oculta en un área tremenda, dantesca, solamente rescatable porque ya se respira un aire más puro que viene de la sierra. No hay mucho más que añadir de cualidades y buenas cosas.
Las Rozas es un claro caso de "quiero y nopuedismo".
Centros comerciales monstruosos, horrendos y horteras, destinados para que vayan allí a comprar horteras. En ese submundo que se cree exclusivo y pijo, realmente dinero tienen cuatro gatos. Van con ropas de marca muy antiestéticas y de imitación a pasearse arriba y abajo por las tiendas de Las Rozas Village, y tienen criadas latinis, pero comen arroz con pollo todo el año. Las mujeres no comen, solo ensaladas, y cuando quedan con sus amigas con mechas, se piden poleos menta y cosas de esas o la última sensación en infusiones. La anorexia que abunda entre las mueres es llamativa, y si hay obesas es porque tendrán algún problema de ansiedad que les hace atiborrarse de pastillas : han descubierto que sus maridos no están tan forrados como aparentan.
No comen, primero porque la comida engorda y después porque no tienen dinero, el dinero lo tienen los hombres con los que están casadas y esos maridos andan endeudados hasta las cejas. Todo es una farsa, viven por las apariencias. Y si hay alimento más allá del arroz con pollo es cuando van al Burguer del centro comercial. Lamentables todos.
El urbanismo es mortal, imaginen barrios enteros, qué shishi, pueblos enteros con la estética del barrio de Emilio Aragón en Médico de Familia. Chalets adobados y pareados cuyos jovenlandesadores se creen de la alta sociedad y sus antepasados más cercanos cagaban en el corral hasta antes de ayer. Sólo se oyen perros y mira que esta gente suele tener hijos, Beltrán, Gonzalo y Jimena, nombres que les ponen los padres para demostrar que no son gente, pero sí que lo son: son quiero y no puedo. Pero no se oyen críos jugar por sus calles. Todos metidos en sus casas o metidos en las mil actividades extraescolares que les hagan competir contra Borja, el amiguito del cole cuya progenitora es considerada la arpía a derribar, porque si hay algo en ese tontódromo, es envidia pura y dura. A la mamá de Borja le ha podido comprar su marido un Cayenne, a las demás no.
No hay vida en esas calles, solo hay perros y matrimonios aburridos que pasean sin mirarse a la cara. No se miran entre ellos porque se consideran el uno mejor que el otro, hasta con los de su familia actúan así.
El único hobby es ir al monstruoso y hortera centro comercial y creerse que compran en uno de Dubai, diseñados iguales. Franquicias de 100 Montaditos y Sureñas con cerveza apestosa con decoración de mármoles y otros.
Pueden suceder fenómenos paranormales y para besugos que deberían ser estudiados por Santiago Vázquez borracho, a ser posible: la extraña omertá que invade al pueblo de Pozuelo de Alarcón, ese pueblo en el que todo el mundo parece pertenecer a una secta. Pones un pie en Pozuelo y notas como hay ojos observándote y una voz te dice desde algún sitio escondido "lárgate de aquí que no eres de los nuestros".
Seguramente alguna logia masónica gobierne ese pueblo desde las sombras, no es ni medio normal, es descarado y no lo disimulan. Son así de orates, se les ve a la legua. Masones de pastel y farol, su masonada es quiero y no puedo también.
Boadilla es un pueblo con tranvía donde Emilio Botín decidió construir su propia ciudad, y allí murió, a saber de qué. Que triste ser banquero y rico y palmar en Boadilla del Monte porque estás pegado a un puñetero negocio familiar.
Majadahonda es que alguien me tiene que decir que shishi hay en ese sitio aparte de rotondas. Algo me estoy perdiendo segurísimo, porque me pierdo con las rotondas. Rotundas y chalets, no hay nada más. No hay vida más allá.
Algo más para arriba está Villalba, otros que ir mucho que vayan de pijos deben saber que hay inmi gración masiva que asola sus calles. New Paquismo constructor, calles horrendas, salvado solo por el aire de la montaña vecina.
Por algo el sol se pone por esos lares, allí el sol va a morir, al Tontódromo quiero y no puedo.
Opinión: - Madrileñan Horror History. La Costa Marrón: Fuenlabrada, Getafe, Leganés, Móstoles y Alcorcón.
En el oeste madrileño, el Sol se oculta en un área tremenda, dantesca, solamente rescatable porque ya se respira un aire más puro que viene de la sierra. No hay mucho más que añadir de cualidades y buenas cosas.
Las Rozas es un claro caso de "quiero y nopuedismo".
Centros comerciales monstruosos, horrendos y horteras, destinados para que vayan allí a comprar horteras. En ese submundo que se cree exclusivo y pijo, realmente dinero tienen cuatro gatos. Van con ropas de marca muy antiestéticas y de imitación a pasearse arriba y abajo por las tiendas de Las Rozas Village, y tienen criadas latinis, pero comen arroz con pollo todo el año. Las mujeres no comen, solo ensaladas, y cuando quedan con sus amigas con mechas, se piden poleos menta y cosas de esas o la última sensación en infusiones. La anorexia que abunda entre las mueres es llamativa, y si hay obesas es porque tendrán algún problema de ansiedad que les hace atiborrarse de pastillas : han descubierto que sus maridos no están tan forrados como aparentan.
No comen, primero porque la comida engorda y después porque no tienen dinero, el dinero lo tienen los hombres con los que están casadas y esos maridos andan endeudados hasta las cejas. Todo es una farsa, viven por las apariencias. Y si hay alimento más allá del arroz con pollo es cuando van al Burguer del centro comercial. Lamentables todos.
El urbanismo es mortal, imaginen barrios enteros, qué shishi, pueblos enteros con la estética del barrio de Emilio Aragón en Médico de Familia. Chalets adobados y pareados cuyos jovenlandesadores se creen de la alta sociedad y sus antepasados más cercanos cagaban en el corral hasta antes de ayer. Sólo se oyen perros y mira que esta gente suele tener hijos, Beltrán, Gonzalo y Jimena, nombres que les ponen los padres para demostrar que no son gente, pero sí que lo son: son quiero y no puedo. Pero no se oyen críos jugar por sus calles. Todos metidos en sus casas o metidos en las mil actividades extraescolares que les hagan competir contra Borja, el amiguito del cole cuya progenitora es considerada la arpía a derribar, porque si hay algo en ese tontódromo, es envidia pura y dura. A la mamá de Borja le ha podido comprar su marido un Cayenne, a las demás no.
No hay vida en esas calles, solo hay perros y matrimonios aburridos que pasean sin mirarse a la cara. No se miran entre ellos porque se consideran el uno mejor que el otro, hasta con los de su familia actúan así.
El único hobby es ir al monstruoso y hortera centro comercial y creerse que compran en uno de Dubai, diseñados iguales. Franquicias de 100 Montaditos y Sureñas con cerveza apestosa con decoración de mármoles y otros.
Pueden suceder fenómenos paranormales y para besugos que deberían ser estudiados por Santiago Vázquez borracho, a ser posible: la extraña omertá que invade al pueblo de Pozuelo de Alarcón, ese pueblo en el que todo el mundo parece pertenecer a una secta. Pones un pie en Pozuelo y notas como hay ojos observándote y una voz te dice desde algún sitio escondido "lárgate de aquí que no eres de los nuestros".
Seguramente alguna logia masónica gobierne ese pueblo desde las sombras, no es ni medio normal, es descarado y no lo disimulan. Son así de orates, se les ve a la legua. Masones de pastel y farol, su masonada es quiero y no puedo también.
Boadilla es un pueblo con tranvía donde Emilio Botín decidió construir su propia ciudad, y allí murió, a saber de qué. Que triste ser banquero y rico y palmar en Boadilla del Monte porque estás pegado a un puñetero negocio familiar.
Majadahonda es que alguien me tiene que decir que shishi hay en ese sitio aparte de rotondas. Algo me estoy perdiendo segurísimo, porque me pierdo con las rotondas. Rotundas y chalets, no hay nada más. No hay vida más allá.
Algo más para arriba está Villalba, otros que ir mucho que vayan de pijos deben saber que hay inmi gración masiva que asola sus calles. New Paquismo constructor, calles horrendas, salvado solo por el aire de la montaña vecina.
Por algo el sol se pone por esos lares, allí el sol va a morir, al Tontódromo quiero y no puedo.