Seguramente tenga unos cuantos años más que tú.
Conozco Fuenlabrada desde los años 80. Cuando se vivía bien. He jugado hasta la madrugada por los alrededores de la fuente de los Cuatro Caños, corriendo con otros niños, con total seguridad. Ahora en cuanto llega el verano, salen los jovenlandeses al anochecer y ni rastro de españoles. Son sus larvas las que pueblan los parques y no los niños españoles.
He visto crecer esa localidad desde que era un pueblo, y como está ahora da ardor de estomago verla.
Llena de jovenlandeses y de neցros, islamizada a tope, especialmente en el centro. Con noticias y casos de okupas todas la semanas, y con un mercado de la droja espectacular en los barrios del centro, sobre todo la parte del parque del Huerto del Cura y aledaños. Aunque ya la pasan por todas partes, repartidores que tienen mochilas de globo y similares. Pasan droja hasta delante de la comisaría del CNP.
De delincuencia nimia nada, han tenido que decírselo en la cara al alcalde socialista en una intervención en Onda Cero recientemente: aumento del 800%, casualmente, cuando han metido jovenlandeses, dominicanos y otras subespecies a mansalva en los últimos años.
Y no, no voto a Vox, por si los defensores del socialismo que abundan por esos lares del sur se me ponen histéricos defendiendo a sus alcaldes de murales feministas y paguitas para todos. En Fuenlabrada tapan la cosa con fiestas cada fin de semana, pan y circo, no sea que piensen. Hoy concierto por aquí, mañana fiesta de abril por allá. Mientras las calles invadidas de amaperros y conejas jovenlandesas que cagan un hijo por año.
Los fuenlabreños tienen un enorme problema como sigan así.