Eso fue al principio. UTP metió la pata hasta el fondo porque desoyó a gente mucho más experimentada y formada que él que le estaban advirtiendo de que se estaba rodeando sin darse cuenta de infiltrados que le estaban reconduciendo la investigación por otros derroteros muertos o equivocados.
Y claro, tan largo tiempo después si al menos hubiese reconocido su torpeza, sus errores propios de amateur, pues obviamente se le perdonaría sin más problema.
Pero ha demostrado ser un orgulloso, un tipo carente de la más elemental humildad, que se dió el gusto de ignorar y despreciar a quienes buenamente le advertían. Y que a día de hoy sigue sin reconocer su error.
La culpa por supuesto no es de él. La culpa fue de los que confiamos en él, porque no supimos ver a tiempo que estábamos ante un falso buscador de la verdad, sino más bien ante un sujeto que buscaba simplemente su minuto de gloria y algo de notoriedad. Y es que si existe disposición fundamental para ser un buscador de la verdad, es justamente la Humildad.
Lo más imperdonable es el gran daño que ha hecho al conjunto de trabajo de investigación sobre estos mismos temas que muchas personas llevaban denunciando con mucho esfuerzo y muchos problemas. Y ese daño va a tardar mucho tiempo en poder recomponerse. Arruinó un trabajo de años, simplemente por terquedad y afán de protagonismo.
No tengo nada que aplaudirle a este señor. Y si alguno vez lo hubo cabe retirarle tal aplauso.
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