Lo suyo para sacar pasta es gravar el agua, en consideración a que es un bien escaso y a los crecientes costes (ficticios o reales) de su distribución, saneamiento, y depuración.
Así para ponderar el impuesto se podrá calcular un exiguo consumo de agua por persona o unidad familiar exento a partir del cual se impondrá una tasa por el exceso de consumo. Se dirá que el objetivo del impuesto es el de la protección de los acuíferos, que el ahorro en el consumo de agua ayuda a luchar contra el cambio climático y que un consumo excesivo de agua daña la vejiga urinaria.
Será por tanto un impuesto "pogresivo" y "pogresista" en donde los que más consuman más paguen y en el que señalará falsamente como pagadores a los ricos con piscinas, cuando en realidad el impuesto irá dirigido a gravar el consumo de agua de todo aquel que se duche más de dos veces a la semana.