Los jesuitas y el Nuevo Orden Mundial

Babilonia, Cabalistas, Gnosticos, Templarios, Montesa, Jesuitas.
Cuando el exterminio popular y masivo de esta ultima? A lo mejor los fiel a la religión del amores estarian mas que motivados de contribuir a la causa.
 
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El papa es jesuita, por si alguien no lo sabe. Pero como es muy evidente que el actual papa es anticristiano y luciferiano, me remontaré a los orígenes de la orden para explicar porque son judíos y porqué desde siempre han sido promotores del Nuevo Orden Mundial:

Los estatutos de limpieza de sangre fueron criticados por ciertos sectores como en el caso de la catedral de Toledo o el de la Universidad de Salamanca. Una de las personas que mostró una oposición más firme a los estatutos fue Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, quien en una ocasión afirmó que le habría gustado descender de los judíos porque así podría ser "pariente de Cristo Nuestro Señor y de Nuestra Señora la gloriosa Virgen María". Al culto que había a la pureza de sangre Ignacio de Loyola lo calificaba como "el humor español". Así pues, los jesuitas admitieron a los conversos, de quienes el rector del colegio jesuita de Alcalá escribió en una carta a Ignacio de Loyola: "se encuentra entre ellos más virtud que entre los cristianos viejos y los hidalgos". El sucesor de Ignacio de Loyola como general de la Compañía en 1556 fue un converso, Diego Laínez, lo que suscitó la oposición entre ciertos sectores de la Iglesia. Francisco de Borja, sucesor de Laínez y cristiano viejo, escribió en una carta que para el Señor "no hay acepción de personas ni distinción entre griego y judío, entre bárbaro y escita". Las presiones sobre los jesuitas aumentaron, siendo presentados a veces como un grupúsculo de judíos, hasta que en 1593 aprobaron la exclusión de los conversos. Pero la medida fue abolida quince años después al aprobarse que se permitiría entrar a los conversos que hubieran sido cristianos desde hacía cinco generaciones ("la mayoría de los conversos de España para esa fecha habían sido, de hecho, cristianos de cinco generaciones, como resultado de las conversiones obligatorias de 1492", por lo que los conversos podían volver a ser admitidos en la Compañía). Poco antes el jesuita Juan de Mariana había escrito en su tratado El rey (1599) una dura crítica a los estatutos de limpieza de sangre argumentando que "las notas de la infamia no deben ser eternas, y es preciso fijar un plazo fuera del cual no deben pagar los descendientes las faltas de sus antepasados".

Kamen, Henry (2011) [1999]. La Inquisición Española. Una revisión histórica (3ª edición). Barcelona: Crítica. Páginas 237-239

Hay que ser caradura para citar al hispanófobo de Henry Kamen.
 
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