Incorrezto
Ξηστως
pues nada, se hace una excepción cultural como con la cruel matanza halal. dejemos la profesión de matarife exclusiva para fiel a la religión del amores, no se contaminen por comer algo apiolado por un español.El tema de los enterramientos es más complejo porque la legislación nacional y autonómica sobre sanidad mortuoria no permiten los rituales islámicos, que exigen el contacto directo de la tierra con el cadáver, en principio sin ataúd.
y los ganaderos porcinos, que se joroben, a reconvertirse
yo me voy a inventar una religión que me prohíba comer cosas baratas.
por cierto que el cementerio de griñon se inaguró para los jovenlandeses de franco.