Para ciertas cosas está muy bien, para otras, no tanto.
Tengo una grande y si hago por ejemplo, alitas adobadas para los cuatro, las hago ahí, igual que si hago muslitos de pollo, o nuggets para los niños. Tiene la ventaja de empezar a calentar inmediatamente, al horno le cuesta más, y para cosas no muy grandes, que quepan en el cestillo, no tienes que calentar el horno entero.
Pero si ya vas a tener que hacer varias tandas, mejor poner el horno.
Yo para patatas fritas no la utilizo, porque no uso patatas congeladas. Y considero un sacrilegio no freír mis excelentes patatas gallegas de casa en aceite de oliva. Total, no suelo freír muchas patatas (más que nada para los niños).
Las verduras salen bien, incluso pequeña repostería casera la tienes hecha en un cuarto de hora. Y también si cocinas mucho, y tienes los fuegos ocupados con otras cosas, puedes adelantar con la freidora de aire. Los chips de boniato picantitos salen crujientes, cosa que en el horno es casi imposible que no se me queden blandos. Tambien las verduras tienen ese punto un poco más duro y entero que en el horno, que a mí personalmente me gusta más.