«Llevo 5 meses buscando un panadero para operarme; si no, tendré que cerrar»

Vlad_Empalador dijo:

«Llevo 5 meses buscando un panadero para operarme; si no, tendré que cerrar»






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M.jovenlandesaLEJO

Manolo Gómez y Sara del Sá, al frente de una de las panaderías más veteranas de Tui, afrontan un momento crítico que pone contra las cuerdas la viabilidad de su panadería. Manuel está pendiente de que le llamen para una operación de cadera y no encuentran un profesional que pueda ocuparse del negocio
28 nov 2023. Actualizado a las 05:00 h.

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Quedan pocos artesanos del pan. El sector lo proclama hace ya meses y son varias las panaderías del área de Vigo que prevén un futuro incierto por la falta de personal o de relevo generacional sin que nadie lo remedio. Manolo Gómez y Sara del Sá, al frente de una de las veteranas, afrontan un momento crítico que también pone contra las cuerdas la viabilidad de Panadería Tudense, el negocio que abrieron cuando se casaron y que cuenta con una clientela fiel. Manuel está pendiente de que le llamen para una operación de cadera y no encuentran un profesional que pueda ocuparse del negocio mientras él esté de baja y que, si todo va bien, se quede después en plantilla. «Llevamos cinco meses buscando un panadero porque si no, tendremos que cerrar», explica Manolo.

Al matrimonio les va la vida en ello porque la operación es inaplazable, pero se juegan un negocio al que le han dedicado veinticinco años. «Si tengo que cerrar por no encontrar un panadero sustituto ya no vuelvo a abrir. Llevamos toda la vida trabajando en esto y, tener que dejarlo marchar así, por no encontrar a nadie, es desesperante». A ambos se les encoge el corazón al pensar en tener que echar el cierre. «Hemos preguntado a proveedores, asociaciones del sector, de comerciantes y centros educativos y buscamos aquí o en el norte de Portugal, en un radio de más de 30 kilómetros a la redonda, pero nada», indica Manuel. Son quienes mejor saben lo duro que es el trabajo, «que tiene que ser vocacional, pero no buscamos a alguien que le eche tanto tiempo como nosotros». «Ofrecemos un trabajo de ocho horas diarias a un panadero con formación y o experiencia para estar al frente. Es sorprendente que, cuando se publica el cierre de otros negocios, ves que la gente comenta que las condiciones laborales no han de ser buenas, pero es que ni siquiera puedes llegar a negociar, nadie quiere saber del sector y ni preguntan», advierten.

No solo han invertido su dinero y su tiempo en el negocio familiar, sino que han tenido que renunciar a vacaciones, días libres y tiempo para estar con sus hijos para poder forjarse un futuro con un negocio que «va bien porque tenemos una buena clientela fija a la que estamos muy agradecidos». Manolo está casi más preocupado casi por el futuro de su empresa familiar que por la operación de cadera a la que se tiene que someter y que no puede posponer por más tiempo.

«Desesperante»
«Uno se hipoteca para emprender y crear una empresa robando tiempo a los hijos. Tener que pensar en empezar de cero a los cincuenta años teniendo un negocio próspero es realmente desesperante», afirma esta pareja. Para ellos, «el mejor regalo de Navidad sería encontrar un panadero para mantener la Tudense». La intención de Manolo es que, quien se incorporase, si está satisfecho, se quede a trabajar «para que podamos crecer». «Tenemos clientes, pero no podemos tampoco ampliar la cartera por falta de personal», asegura el artesano.

Hace solo tres meses que La Flor de Nigrán cerró tras 35 años por falta de personal cualificado. «La pequeña panadería, la artesana y de proximidad va a desaparecer por falta de mano de obra», lamenta Manolo mientras busca un profesional.

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