Gerión
Madmaxista
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No debe romper sus alianzas de cualquier manera, esto es, desde un punto de vista táctico, pero estratégicamente debe estar preparada para hacerlo cuando sea posible y deseable, e idear, crear y habilitar las condiciones para ello. Aún así, todo esto es tan independiente de nuestras decisiones como país, y pintamos tan poco en ellas, siendo estas alianzas tan poco naturales, que lo más probable es que los mismos poderes que las han levantado sean los primeros en deshacerse de ellas, esto es, EEUU abandonando la OTAN o Francia y Alemania abandonando la Unión Europea.
Nuestra liberación tendrá seguramente este cariz: recobrando la consciencia de repente, molidos a palos, rotos, desindustrializados, fragmentados, vejados y destruidos en una era postoccidental, como un personaje de la ciencia ficción que se despierta en una pesadilla postapocalíptica. Pero abriremos los ojos, y EEUU ya no estará. La UE ya no estará. Siempre hay esperanza: con un par de libros viejos, un buen refrán y un par de españoles de corazón bastará para levantarlo todo de nuevo.
El régimen occidental es satánico, además, de forma abierta y referencial al cristianismo. Se construye en contra del mismo. Esto puede ser un argumento para la proyección inversa (una vez caiga el poder satánico de las corporaciones de Nueva York y California, y se deshagan las redes políticas tejidas en Washington y Bruselas, sólo hay que darle la vuelta a los valores para obtener exactamente lo deseado), pero el hecho es así.
España "ha sido encajada" en Occidente por su situación geográfica, pero no lo fue hasta de forma muy tardía (nada menos que en los años 1980, un puñado de años antes de la inserción de los países de la ex-esfera soviética, por ejemplo), y sus equivalentes iberoamericanos simplemente no han sido invitados al sistema de poder atlántico, ni siquiera Colombia o México, que han estado sujetas con cadenas de hierro a EEUU a través de diferentes presidencias e incluso se han postulado ellas mismas para entrar; menos aún se fían de Brasil. Nuestro enemigo sabe perfectamente lo que somos, quiénes somos, y lo que podemos hacer si realmente entramos en sus círculos sagrados de poder.
