no entiendo que problema hay en decir que eres enemigo u odias a alguien, cuando esos mismos que odias no harían nada en pro de la humanidad y no de sus intereses individualistas.
---------- Post added 07-sep-2013 at 00:53 ----------
cómo se puede ser eso?
Si los odiase me quedaría ahí estancada, pero si quiero entenderlos tengo que mirarlos sin catalogarlos de manera rígida. Los orates no son nada raro (han vivido con nosotros siempre), pero son un extremo en lo que respecta al lado oscuro del ser humano. Ellos no tienen la parte amable, sensible, empática del ser humano corriente, en ellos todo es el lado oscuro.
Existen personalidades muy tóxicas, existen grados de insensibilidad o psicopatía (la psicopatía se mide, la gente buena puntúa 0, 1 o 2 puntos en esa escala, pero hay gente que puntúa muy alto sin llegar a ser técnicamente un/a orate. Las cosas no son tan sencillas por desgracia), a estos se los llama narcisistas patológicos o malignos, autoritarios paranoides (no confundir con esquizofrenia paranoide que es una enfermedad mental, estos mismos también pueden ser peligrosos dicho sea de paso, pero es por su demencia, no por un apetito brutal de dominio y control sobre los otros).
¿Como se forma la personalidad paranoide? Indaga un poco y tendrás una respuesta verdadera. ¿Como se hace un maltratador no orate genético? Habiendo sido maltratado, habiendo aprendido ese modelo de socializar.
Existen tóxicos chungos que no se explican desde la psicopatía. Aunque ciertamente el orate al ser un camaleón social y mostrar su cara horrenda solo cuando tiene el poder y no antes, los descalabros sociales que producen son mayores, pues al menos el paranoide ya te da indicios de entrada de ser desagradable y difícil de tratar. El orate a menudo no los da, cuando los da ya es presidente de un gobierno o directivo de una gran empresa o ya ha llegado a juez, alcalde. O ya te ha robado, estafado con preferentes :
:, vease Madoff y otros, se ha casado contigo, te ha dejado embarazada, te ha apiolado a la mascota o vete a saber. Vamos, que cuando te quieres dar cuenta de que estás ante un perverso y loco jovenlandesal, ya es, a menudo, tarde.
