Algunas de las cosas que señala el artículo son interesantes.
Por ejemplo, lo del cansancio pandémico-laboral:
Temerosos de un éxodo, los empresarios intentan levantar la jovenlandesal y evitar el agotamiento. Recientemente, LinkedIn dio a la mayoría de sus empleados una semana de vacaciones pagadas, mientras que a los empleados de Twitter se les ha dado un día libre extra al mes para recargar energías en el marco de un programa llamado #DayofRest. Credit Suisse concedió a sus banqueros junior 20.000 dólares en concepto de "subsidios de estilo de vida", mientras que Houlihan Lokey, otra empresa de Wall Street, dio a muchos de sus empleados vacaciones con todos los gastos pagados.
Los aumentos de sueldo y el tiempo libre pueden convencer a algunos empleados para que se queden. Pero para otros, el problema es el estancamiento, y la única solución es un cambio radical.
La gente ha visto que el teletrabajo puede ser peligroso si se desdibujan los límites espacio-tiempo de ocio/descanso/trabajo en el hogar (y peor si no tienes un despacho o espacio adecuado en casa para ello), pero que puede ser estupendo el no tener la tiranía de los horarios/fechas rígidos de lunes a viernes.
No deja de ser el problema o ventaja de los autónomos, que no tienen horarios para bien y para mal.
Y, como en muchos casos se ha ido a un aumento del volumen de trabajo por el exceso de e-reuniones, multitud de correos electrónicos que por mucho que se contesten siguen aumentando, trabajar a horas raras por la noche para aprovechar la paz de los niños durmiendo, etc., los e-trabajadores están agotados y algunas empresas se están dando cuenta de ello y parece que sí tienen margen de maniobra para "aflojar la correa" o compensar con esas vacaciones extras.
Estamos en "tiempos interesantes", no solo energético-ambientales o geopolíticos y políticos, sino también sociales y sociolaborales... El bichito lo está acelerando todo.