Burt Lancaster
Himbersor
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17 de febrero de 2022 06:00h
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Pensar que la ultraderecha española podía inventar algo en pleno S. XXI era cosa poco creíble. Pero que intentase “colar” como propio algo de los años 30 del siglo pasado, es para no dejar de sorprenderse.
Si realmente se les puede reconocer algo en todo esto, ha sido el arte de la retórica utilizado en el desarrollo del actual documento para modificar y adaptar conceptos y temas de principios del S.XX al S.XXI, y con ello ser capaces de conmover y deleitar a sus fanáticos a sabiendas del engaño.
Cuando Vox presentó “Las 100 medidas para la España viva”, pareció para sus seguidores que habían inventado poco menos que el fuego, pero las mentiras tienen las patas muy cortas.
Si nos retrotraemos primero hasta los años 1933 y 1934, y vamos por un lado, al “Discurso a las Juventudes de España” de Ramiro Ledesma y por otro, al programa de la Falange Española de las JONS de José Antonio Primo de Rivera “Los 27 puntos del Estado nacionalsindicalista” (Franco eliminaría el punto 27, publicado el programa modificado el 19 de enero de 1939 en el Diario Español), veríamos las coincidencias existentes entre estos dos documentos, y el actual programa de Vox.
A lo largo de esta Tribuna, no entraremos a valorar las acciones o discursos que los actuales dirigentes de Vox han llevado a cabo, pero que ya mucho antes fueron realizados por otros líderes como Blas Piñar o Ricardo Sáenz de Ynestrillas, o más recientemente por miembros de partidos como España 2000, los cuales acusaron recientemente al líder de Vox de ser “una mala fotocopia”. Este artículo está enfocado en comparar los programas de Ramiro Ledesma Ramos y José Antonio Primo de Rivera con el programa de Vox, que pretendía ser el nuevo catequismo para sus creyentes.
El Falangismo presente en el documento de Vox
El documento base de Vox además de no aportar nada novedoso socialmente hablando, demuestra, como veremos a continuación, estar fundamentado y sustentado bajo los principios doctrinales del falangismo y de sus dos ideólogos de cabecera como eran José Antonio Primo de Rivera y Ramiro Ledesma Ramos, apuntalado con temáticas y conceptos actuales como el feminismo, la tras*parencia o la inmi gración, y edulcorado con promesas de nulo calado social.
Empezando el análisis por el propio encabezado, siendo este una declaración de intenciones, ambos programas comienzan de forma idéntica, donde mientras el programa de Falange (1934) empieza con “Nación, Unidad, Imperio”, el de Vox (2018) se inicia con un “España, Unidad, Soberanía”, es decir, ambos documentos comienzan de forma idéntica, donde la modificación de los conceptos Nación por España e Imperio por Soberanía vienen a significar lo mismo. Hemos de recordar que en los años 30 aún estaba muy presente la perdida de Cuba y Filipinas.
Si entramos de lleno en los programas, podremos observar las similitudes entre ambos documentos, donde Vox adapta el lenguaje del pasado a la actualidad.
En primer lugar, tanto el punto 2 del programa de Falange como el punto 1 de las medidas de Vox, hablan de la actitud beligerante que hay que tener hacia el independentismo. Donde el primero pone que “Todo separatismo es un crimen que no perdonaremos.”, mientras el segundo pone de manifiesto la “Suspensión de la autonomía catalana hasta la derrota sin paliativos del golpismo y la depuración de responsabilidades civiles y penales”.
A continuación, en el punto 3 del programa de Falange, se dice que “Afirmamos que la plenitud histórica de España es el Imperio. Reclamamos para España un puesto preeminente en Europa. Respecto de los países de Hispanoamérica, tendemos a la unificación de cultura, de intereses económicos y de poder”, mientras aquí para la comparativa, tenemos que recurrir a varios puntos de las medidas de Vox donde tanto el punto 60 como el punto 96 dicen por un lado “Exigir el debido reconocimiento de la lengua española a nivel internacional, conforme a su importancia como segunda lengua más hablada del mundo. Empezando por la UE”, y por otro, “Impulsar en Bruselas un nuevo tratado europeo, en la línea que defienden los países del grupo de Visegrado en cuanto a fronteras, soberanía nacional y respeto por los valores de la cultura europea y que aumente considerablemente el peso de España en la toma de decisiones, al menos tanto como lo hacía el tratado de Niza”. Con los cual, podemos observar la unión que existe por un lado, recurriendo al reconocimiento y exigencia internacional y por otro, con los valores que unen a España con otros países.
Entre el punto 6 del programa de Falange y el punto 2 de las medidas de Vox, existe mayor concordancia si cabe, ya que mientras en el primero se habla de “abolir el sistema de partidos políticos”, en el segundo dice “Ilegalización de los partidos, asociaciones o ONGs que persigan la destrucción de la unidad territorial de la Nación y de su soberanía”.
Continuando con el desglose de ambos programas, si nos acercamos al punto 12 del programa de Falange, este pone que “La riqueza tiene como primer destino –y así lo afirmará nuestro Estado– mejorar las condiciones de vida de cuantos integran el pueblo. No es tolerable que masas enormes vivan perversosmente mientras unos cuantos disfrutan de todos los lujos”, mientras el punto 83 de las medidas de Vox dice “Anteponer las necesidades de España y de los españoles a los intereses de oligarquías, caciques, lobbys u organizaciones supranacionales”.
En materia económica, mientras el programa de Falange simplifica este tema entre los puntos del punto 8 y 9 respectivamente, donde el primero de estos expone “El Estado nacionalsindicalista permitirá toda iniciativa privada compatible con el interés colectivo, y aun protegerá y estimulará las beneficiosas”, las medidas de Vox están enfocadas a lo largo de 7 puntos que van desde el 39 al 42 ambos inclusive, además del 44, 45 y 46, en temas tributarios. También hay conexión sobre el tema de las obras hidráulicas/planes hidrológicos con los puntos 18 del programa de Falange y 34 de las medidas de Vox respectivamente.
Aunque el programa de Vox toca temas que en los años 30 no aparecían como la reducción de políticos, la unificación de ayuntamientos, o la eliminación televisiones autonómicas, todo ello como estamos viendo en su gestión en diferentes comunidades autónomas, totalmente falso.
En los siguientes puntos donde hay unión entre ambos programas es entre el punto 13 del programa de Falange y el punto 86 de las medidas de Vox donde ambos hacen referencia a los abusos del gran capital. Mientras en el punto 13 pone “El Estado reconocerá la propiedad privada como medio lícito para el cumplimiento de los fines individuales, familiares y sociales, y la protegerá contra los abusos del gran capital financiero, de los especuladores y de los prestamistas”, el punto 86 habla de “Promulgar leyes anti usura”.
A continuación, el punto 15 de programa de Falange expone que “Todos los españoles tienen derecho al trabajo. Las entidades públicas sostendrán necesariamente a quienes se hallen en paro forzoso. Mientras se llega a la nueva estructura total, mantendremos e intensificaremos todas las ventajas proporcionadas al obrero por las vigentes leyes sociales”. Mientras los puntos 48, 49 y 50 de Vox hacen alusión a esas “medidas” así como a los “desempleados de larga duración” que viene a decir lo mismo que “quienes se hallen en paro forzoso” “48. Apoyo a los trabajadores autónomos. Cuota de cero euros si los ingresos no llegan al Salario Mínimo Interprofesional y, superado dicho umbral, una cuota progresiva desde los 50 euros en función de sus ingresos. Bonificación del 100% de la cuota mientras el trabajador por cuenta propia esté de baja.
49. Apoyo a los desempleados mayores de 50 años y a aquellos desempleados de larga duración mediante la reducción de un 20% de las cotizaciones de la empresa para nuevos contratos de carácter indefinido.
Las 100 mentiras de VOX
Pensar que la ultraderecha española podía inventar algo en pleno S. XXI era cosa poco creíble. Pero que intentase “colar” como propio algo de los años 30 del siglo pasado, es para no dejar de sorprenderse.
cordopolis.eldiario.es