En una pequeña empresa con un negocio de bajo valor añadido, eso es irrefutable. Ahora bien, en la indústria, y si hablamos de medianas y grandes empresas, la competitividad no solo depende del coste de los salarios. También es importante invertir para mejorar procesos y aplicar innovaciones tecnológicas que te permitan ser más productivo o producir bienes de mayor valor añadido. Eso puede conducir a despidos y a la necesidad de puestos de trabajo más especializados que terminaran remunerándose más que los operarios menos formados.